De 2020 a la fecha han fallecido 59 repartidores de plataformas digitales en la Ciudad de México, de ellos 55 murieron atropellados por automóviles, taxis, camiones, combis o un tráiler, sin ninguna resolución a favor del trabajador y sin ningún detenido, y 4 fueron asesinados por un arma de fuego o apuñalados, aseguró Saúl Gómez, fundador de la organización “Ni un Repartidor Menos”.
En una entrevista dijo que, si bien toda la Ciudad de México es peligrosa, la incidencia mayor se registra en Iztapalapa, Huayamilpas, Coyoacán; en algunas zonas de Benito Juárez, Cuauhtémoc, la Condesa y otras áreas.
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Pues no se pueda afirmar que hay un lugar seguro, porque también sufren el robo del pedido, el vehículo, bicicleta, motocicleta o la mochila.
Saúl Gómez comentó que ya se cansaron, porque nunca pasa, “estamos cansados de mesas estériles, promesas vacías de ausencia de justicia, pero también de que las autoridades laborales locales y federales reconozcan sus derechos como trabajadores”.
El activista precisó que la mayoría de los casos son de repartidores de comida.
La mayor cantidad de casos se han reportado en Rappi, seguido de Uber y Didi, citó, al proponer un mecanismo para otorgar mayores garantías y seguridad social, el eliminar cronómetros para realizar el pedido, así como un pago de seguro social tripartita entre la empresa, el gobierno y el mismo trabajador.
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Acusó que los decesos a los que ha dado seguimiento la organización, en ninguno de estos las autoridades han dado una resolución “positiva” para los familiares de las víctimas.
El más reciente es el de un repartidor que fue atropellado por un conductor borracho, quien salió libre.
“Ni permanece ninguna persona detenida por las muertes de los repartidores”.
Asimismo, lamentó que los contratos que tienen los repartidores, sólo consideran un seguro de vida que es válido si el trabajador se encuentra en el trayecto para dejar un pedido, pero si sufren un accidente o fallecen justo después de la entrega, ya no cuentan con ningún tipo de protección.
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Al realizar un recuento de las adversidades que enfrentan los repartidores de aplicación, insistió que van desde las cuotas por uso de la infraestructura de la CDMX, hasta la falta de justicia ante los casos de repas.
Saúl Gómez externó que el acuerdo autoritario de la Semovi sólo ha traído más discriminación en plazas y medidas más injustas, “desde encadenar motos y bicicletas, hasta que se nos siga negando el paso con nuestras herramientas de trabajo".
Dijo que los han engañado, a nivel local y a nivel federal. “Hemos sido bandera política y electoral de muchos, pero nadie nos ha tomado en cuenta para diseñar políticas públicas que nos beneficien”.
El vocero de Ni un Repartidor Menos consideró que después “vino la Secretaría del Trabajo y Previsión Social a endulzarnos el oído, Alejandro Salafranca, de la STPS y señor Nacib nos comentaron es un pizarrón en blanco y vamos a construir desde cero”. Más promesas de esta secretaría”.
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