Ante la presión que ejercieron alumnos de la Universidad de la Salud (UNISA) de la Ciudad de México, con la toma de instalaciones y paro de labores desde el pasado 5 de agosto, además de una serie de bloqueos de avenidas que llevaron a cabo en diferentes días, presentó su renuncia al jefe de gobierno Martí Batres Guadarrama, la directora general de la institución educativa Lilia Elena Monroy Ramírez de Arellano.
Por lo tanto, el Comité Estudiantil de Paro se comprometió a entregar el próximo domingo 25 de agosto, a las 18:00 horas, las instalaciones de la UNISA ubicadas en la colonia Santa Fe, Álvaro Obregón, así como a participar a partir del miércoles 28 en las mesas de trabajo con autoridades capitalinas, tal es el caso de funcionarios de la Secretaría de Gobierno (SECGOB), para que se atiendan sus demandas que se centran en ampliar la plantilla de docentes.
Lo exigían en pliego petitorio
Los más de tres mil alumnos participantes en el paro, en su pliego petitorio solicitaban la destitución de Monroy Ramírez y ya lograron presentara su renuncia con carácter de irrevocable a partir del 31 de agosto, luego de que el viernes de esta semana se manifestaron afuera de las instalaciones de la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI) del gobierno capitalino, ubicadas en calle Olivo número 39 en la colonia Florida.
Aldair Enrique Herrera Ruiz, uno de los integrantes del Comité Estudiantil de Paro confirmó a LA PRENSA la decisión de entregar las instalaciones y de participar en la mesa de trabajo con autoridades capitalinas, luego de la decisión de Lilia Elena Monroy, de quien lamentó minimizara el movimiento de los estudiantes y que dijera que este estuviera integrado por un pequeño grupo de alumnos, cuando no es así ya que están involucrados más de tres mil.
Destacó que, tras la manifestación del viernes, fueron atendidos por el subsecretario de gobierno de la SECGOB, Erasto Ensástiga Santiago y por el subsecretario de Educación de la SECTEI, Uladimir Valdez Péreznuñez, quienes mostraron disposición de llegar a acuerdos.
En una carta que dirigió al jefe de gobierno, además de la que contenía su renuncia, Lilia Elena Monroy Ramírez aseguró que “en las últimas semanas hemos vivido una situación extraordinaria y compleja a partir de la toma de las instalaciones de nuestra casa de estudios por parte de un pequeño grupo de estudiantes, quienes lejos de buscar un diálogo que permita atender inquietudes de índole académica han creado un ambiente de hostilidad que dificulta avanzar en el quehacer sustantivo de la institución”.
Rechazaron un diálogo
Ante ello Herrera Ruiz aseguró que la responsable de la UNISA nunca dio la cara y no fueron buscados para entablar un diálogo con autoridades y académicos de la universidad, a la vez que aseguró que no se trata de un número pequeño de alumnos.
“Lamentablemente no se me permitió participar en la mesa de diálogo establecida para buscar una solución a esta problemática y el esfuerzo realizado no ha llevado a buen término la crisis que enfrentamos. Lejos de abonar al retorno de las actividades universitarias, en el transcurso de estos días se ha creado un entorno que no es propicio para la vida académica. A tantos días del conflicto, se pone en riesgo la viabilidad de procesos relevantes para la formación de estudiantes, particularmente de la segunda generación, quienes ahora deberán transitar a instituciones de salud que tienen ciclos rigurosamente calendarizados para la totalidad de las universidades del país, cuyo inicio de actividades está muy cercano”, dijo en su escrito la que el 31 de agosto dejará el cargo de directora general.
Los alumnos demandan contar con suficientes profesores y que no se ejerza presión en contra de los mentores a los que ya se les ha retenido el sueldo por estar a favor del paro e incluso ha habido algunos despidos. Urgieron se termine con el acoso y agresiones hacia el alumnado, así como se le dé mantenimiento a los inmuebles que conforman la universidad.
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