Salvan vidas, es reconocida labor de los “Relámpagos” Unidad de Rescate Aéreo, Valentía, empatía y pasión por su trabajo, son algunas de las cualidades que destacan entre los miembros del grupo “Relámpagos” Unidad de Rescate Aéreo, dedicados a la búsqueda y rescate de personas; una ardua y difícil labor.
Para ellos mantener a salvo a la población y poder ayudar a quien más lo necesita se ha vuelto más que un trabajo, un estilo de vida, el cual disfrutan plenamente.
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La unidad de Rescate Aéreo realiza más de mil operaciones al año, es decir: del 2006 al 28 de febrero de 2022 han participado en 11,594 operaciones aéreas, 9,367 ambulancias aéreas de las cuales 336 han sido con equipo de visión nocturna, 471 Traslados de órganos y plasmas de sangre, 301 traslados de recién nacidos en incubadora, 170 traslados de personas intoxicadas y 475 operaciones de búsqueda y rescate.
Adscritos a la Secretaría de Finanzas del Gobierno del Estado de México, los Relámpagos dedican cada día de su vida a efectuar diversas labores, tales como: traslados de personas en estado crítico, traslado de órganos vitales, búsqueda y rescate en diversos puntos del Estado y Ciudad de México.
Durante un recorrido que LA PRENSA realizó por el hangar de los Relámpagos, los rescatistas platicaron más a detalle sobre la preparación que han tenido que llevar a cabo, para poder estar lo suficientemente capacitados y ejecutar de manera correcta cada misión; un error podría ponerlos en riesgo.
TRABAJO BIEN COORDINADO
Planificación, comunicación y rapidez La comunicación entre los rescatistas es la base de un trabajo exitoso, aunado a esto la planificación que previamente tienen y la rapidez con la que se efectúan los trabajos de rescate, el tiempo es crucial, no accionar de manera adecuada podría costar la vida e integridad de una persona.
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Todo inicia desde el área de radio-operación en donde Manuel Nava (radio-operador y oficial táctico aéreo) con 12 años de experiencia, monitorea por medio de cuatro computadoras y una pantalla el trabajo de los rescatistas. Cuando el teléfono de emergencia suena, se llena el protocolo de activación, es decir, se recaban todos los datos necesarios para el traslado, y con ellos los rescatistas determinan el tipo de medicamentos y equipo necesarios para la operación.
Por medio de los radios matra el equipo se mantiene comunicado y con ayuda del monitoreo del Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto (C5) llevan el registro de todos los accidentes que están pasando en tiempo real, posteriormente, ubican las coordenadas del lugar y se arroja directamente al sistema un punto seguro en dónde el piloto rescatista podrá aterrizar.
Del mismo modo, en esta área se mantiene monitoreada toda la operación y ahí es en dónde se considera la magnitud de la emergencia para valorar si es necesario involucrarse o dejar la situación en manos de otras instituciones como los Bomberos, la Cruz Roja, Protección Civil, Seguridad Pública, por mencionar algunos.
¡MANOS A LA OBRA!
Una vez que el centro de radio-operación en conjunto con los paramédicos hayan determinado que la situación amerita que los Relámpagos se involucren, estos comienzan a prepararse para emprender vuelo y dirigirse a la zona del accidente.
Aquí inicia la complicada labor de los rescatistas, pilotos y operadores de grúa. En entrevista con LA PRENSA, el paramédico rescatista Víctor Figueroa, cuyo indicativo es “Maverik” habló más a detalle sobre las cuatro principales funciones que realizan los relámpagos estas son: Servicio de ambulancia aérea, rescate aéreo, extinción de incendios forestales y servicio de capacitación.
BRINDAN ATENCIÓN PREHOSPITALARIA
La principal labor de Víctor Figueroa como médico rescatista, es brindar atención prehospitalaria a bordo de los helicópteros, la vida e integridad de las personas está en sus manos. Y, por si fuera poco, en ocasiones la labor se puede complicar aún más, esto se debe a que los helicópteros cuentan con cabinas no presurizadas, es decir, el paciente puede tener cambios fisiológicos al momento de volar por 10 mil pies de altitud.
“El paciente puede presentar hipoxia (disminución en la capacidad de oxígeno), puede tener hipotermia o hipoperfusión. Esto ocurre porque no tenemos cabinas presurizadas, entonces debemos saber contrarrestar estos padecimientos. Mi función como paramédico es oxigenar al paciente, cubrirlo, mantenerlo en una temperatura normal y lograr estabilizarlo. Nuestra premisa es que el paciente debe llegar en mejores condiciones de cómo lo encontramos” aseguró el rescatista.
Víctor Figueroa asegura que ser parte de los rescatistas aéreos era uno de sus más grandes sueños, el cual ha cumplido desde hace 22 años y cada día se siente más a gusto y afortunado de poder salvar la vida de aquellos que más lo necesitan.
Durante ese largo periodo de tiempo, Víctor Figueroa, ha tenido diversas misiones que han marcado su vida, pero la que más dejó huella fue un rescate nocturno en los adentros del Nevado de Toluca. “Un rescate que me ha marcado fue la vez que tuvimos que rescatar a una persona a 14 mil pies de altitud, una persona que cayó en el Nevado de Toluca y lo pudimos sacar. Al decir esa altitud fisiológicamente el cuerpo no te responde igual, entonces, la operación fue complicada, pero el hecho de meterte con visores de visión nocturna, el clima, las adversidades y a pesar de eso rescatar a una persona, para mí es un desafío, lo disfrute y me marcó” aseguró el rescatista.
Por otra parte, el objetivo del transporte aeromédico es llevar la atención médica a lugares de difícil acceso, brindar la atención prehospitalaria y trasladar al paciente a un hospital resolutivo para que ahí se le pueda brindar la atención que merece y salvar su vida.
Cabe mencionar, que este servicio gubernamental a nivel estatal, cubre a más de 125 municipios del Estado de México y es completamente gratuito, cualquier persona puede hacer uso de la ayuda de los Relámpagos, en caso de ser necesario.
De igual manera el comandante Cesár Rodriguez, comentó que dependiendo la situación, zona y gravedad del asunto es cómo ellos se organizan y se equipan para accionar de manera rápida y eficaz. La mayoría de sucesos en los que los relámpagos se ven involucrados es porque ningún otro servicio de emergencia puede intervenir.
El piloto rescatista Cesár Rodriguez, procedente de la Fuerza Aérea Mexicana y con 10 años en el servicio de emergencias es el encargado de dirigir la nave en donde se realizan los rescates, desde que despega y hasta que el paciente es trasladado a un hospital, es por ello que su responsabilidad durante la operación es muy importante.
Sin embargo, pese a lo complicado que puede llegar a hacer el trabajo el capitán comenta que “Relámpagos es una institución dónde un piloto puede realizar prácticamente todas las operaciones de control en un helicóptero y el hecho de poder ayudar, salvar una vida o extinguir un incendio forestal es algo muy importante para mí”.
TRABAJAN EN CONDICIONES ADVERSAS
En algunas ocasiones las condiciones climáticas llegan a hacer los obstáculos con los que los pilotos rescatistas se enfrentan, pues la situación podría salirse de control y poner en riesgo a todo el equipo, por ello, es importante evaluar previamente las condiciones y de ser necesario la labor se tiene que suspender.
Por su parte, jefe de la Unidad de Rescate Aéreo, Gerardo Manjarrez, asegura que su labor una gran responsabilidad, ya que la forma en cómo administran los recursos que el Gobierno del Estado de México les brinda, es muy importante para que las operaciones salgan seguras y de manera inmediata. Gerardo aparte de ser jefe de la unidad también se involucra en las misiones de rescate.
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Para realizar las operaciones los rescatistas cuentan con tres helicópteros de ambulancia y rescate, mismos que están a disposición de la población los 365 días del año. Al contar con tres unidades las labores pueden realizarse de manera simultánea, es importante resaltar que cada helicóptero cuenta con equipo biomédico que puede atender a personas en estado grave, además, están certificados por la COFEPRIS.
De esta forma los integrantes del equipo los Relámpagos, dejaron ver que su labor y compromiso con la sociedad va más allá de cualquier límite y obstáculo, incluso, a sabiendas de que su propia vida podría verse en riesgo; estos héroes se levantan cada mañana con el único fin de poner a salvo a todas las personas que lo necesiten. Una labor riesgosa, pero que les alimenta el alma.
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