La Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México lleva a cabo la rehabilitación de las barrancas de Dolores y Barrilaco, en la tercera sección del Bosque de Chapultepec, con el propósito de mejorar las condiciones de la vegetación que ahí se encuentra, así como consolidar los taludes para evitar la erosión y eliminar las descargas clandestinas de aguas residuales.
Sobre el tema, Marina Robles García, titular de la Secretaría del Medio Ambiente, en un recorrido de supervisión por la tercera sección del Bosque, pudo constatar las obras de restauración hídrica que comenzaron en 2020 y se prevé concluyan en 2023. La Dirección de Gestión del Bosque de Chapultepec detalló que con estas intervenciones de mejoramiento del flujo hídrico, en materia de descargas de aguas residuales para evitar la erosión de los suelos, se busca mantener un bosque en mejores condiciones.
“Ahorita hemos tenido una buena intervención en cuanto a la disminución de la erosión del suelo, la mejora de la vegetación, en esta zona ya hemos plantado 2 mil 224 árboles nuevos y estaremos replantando nuevamente hacia la temporada menos fría de este año 2022, a principios de marzo o finales de febrero, para terminar la temporada de reforestación del año. Ya estamos viendo resultados, hay una buena cantidad de sobrevivencia en el arbolado y la gente está muy contenta porque también se ha retirado gran cantidad de toneladas de basura”, precisó el biólogo Martín Aguilar Cervantes, Subdirector Técnico del Bosque.
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Aguilar Cervantes explicó que en la barranca Barrilaco hay una problemática que data de hace años y tiene que ver con las escorrentías de aguas residuales de los domicilios. Se calcula que por lo menos 9 mil personas que viven en los alrededores y que descargan las aguas directamente a las barrancas contribuyen a la contaminación de este sitio.
“No es un problema sencillo, también hay factores de riesgo que se están atentiendo como el rompimiento de banquetas y sobre la vialidad que tiene mucho que ver con la erosión que durante muchísimos años no se ha atendido. Las vialidades son muy angostas, las que cruzan la barranca, con el paso de los años se han ido socavando en las partes bajas, es también una cuestión de seguridad porque además los árboles que se plantaron a un costado de las calles, en administraciones anterioes, ya se están transformando como árboles de alto riesgo”
Aguilar Cervantes
La dependencia explicó que continuará trabajando para mejorar el sistema de Barrancas de la Ciudad de México, que genera valiosos servicios ambientales para la población como son la recarga de mantos acuíferos, la captura de carbono y la retención de partículas contaminantes. Además, actúan como amortiguadores de ruido, regulan el microclima y son refugio de flora y fauna.
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