/ miércoles 12 de junio de 2024

Primer año de bachillerato, donde más deserción escolar hay en el país

El prestigio de la UNAM e IPN genera un cuello de botella en Zona Metropolitana de CDMX; las mujeres abandonan menos la escuela que los hombres

El primer año de bachillerato sigue siendo el periodo más crítico para el abandono escolar, aseguró Luis Antonio Mata Zúñiga, investigador del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE), tras indicar que las mujeres tienen una tasa de eficiencia terminal casi un 10% mayor que los hombres, mostrando una mayor permanencia y éxito escolar.

Disminuye matrícula

Sin embargo, el primer año de la educación media sigue siendo el periodo más crítico para el abandono escolar. En los ciclos de la pandemia (2019-2020 y 2021-2022), la matrícula disminuyó un 5.5%, lo que equivale a que unos 283,582 jóvenes dejaron de asistir al bachillerato, resaltó el académico.

En su conferencia en la Universidad Iberoamericana titulada “¿Qué significa estudiar el bachillerato? Significados y sentidos en la relación jóvenes-estudiantes y escuela”, presentó un análisis detallado sobre los múltiples significados y obstáculos de estudiar el bachillerato en México.

Según datos del INEGI, actualmente hay 4.98 millones de estudiantes de educación media superior en México. Entre los ciclos 2020-2021 y 2022-2023, la matrícula femenina aumentó en un 2.2%, mientras que la masculina disminuyó en un 2.3%.

Acompañado por la Dra. Claudia Santizo, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Mata Zúñiga destacó el tema de la segmentación educativa y el prestigio institucional, problemáticas que, generan desigualdades significativas en el acceso a la educación media superior.

“La solución no es sencilla, pero es fundamental trabajar en políticas que promuevan la igualdad de oportunidades y la calidad educativa en todos los planteles,” señaló.

Segmentación limita oportunidades

Además, Claudia Santizo, investigadora de la UAM, expuso que en la Zona Metropolitana del Valle de México, la segmentación y el prestigio de ciertas instituciones crean un cuello de botella en el acceso a los bachilleratos más deseados como los de la UNAM y el IPN, limitando las oportunidades para muchos jóvenes.

La investigación de Mata Zúñiga, que se desprende de un proyecto coordinado desde 2013 hasta 2021, incluye datos de 5,806 encuestas y 77 entrevistas semiestructuradas con estudiantes, profesores, directivos y padres de familia; además, se realizaron 102 observaciones en campo.

Entre los hallazgos, se destacó que la escuela es un espacio de vida juvenil donde se construyen las primeras relaciones afectivas, emocionales y sexuales significativas. “Los jóvenes no solo van a la escuela para aprender materias académicas, sino para vivir experiencias significativas, formar relaciones y adquirir un sentido de pertenencia,” subrayó.

La académica Santizo complementó esta visión al hablar sobre la importancia de las políticas públicas que consideren la diversidad de experiencias y necesidades de los jóvenes estudiantes. “Es esencial que las políticas educativas sean integrales y tomen en cuenta la subjetividad de los jóvenes, resaltó.

No se trata sólo de ofrecer becas, sino de crear programas que verdaderamente respondan a sus expectativas y contextos,” señaló. Además, enfatizó que el diseño de políticas debe considerar factores como la equidad de género, ya que las mujeres han mostrado una mayor permanencia y éxito escolar en comparación con los hombres, añadió.

Finalmente, remarcó la importancia de la escuela como un espacio de inclusión y encuentro para la formación y participación política. En contextos de alta violencia y marginación, la escuela se convierte en un refugio seguro donde los jóvenes pueden desarrollar su identidad y adquirir nuevas responsabilidades.

Síguenos en Facebook: La Prensa Oficial y en Twitter: @laprensaoem

El primer año de bachillerato sigue siendo el periodo más crítico para el abandono escolar, aseguró Luis Antonio Mata Zúñiga, investigador del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE), tras indicar que las mujeres tienen una tasa de eficiencia terminal casi un 10% mayor que los hombres, mostrando una mayor permanencia y éxito escolar.

Disminuye matrícula

Sin embargo, el primer año de la educación media sigue siendo el periodo más crítico para el abandono escolar. En los ciclos de la pandemia (2019-2020 y 2021-2022), la matrícula disminuyó un 5.5%, lo que equivale a que unos 283,582 jóvenes dejaron de asistir al bachillerato, resaltó el académico.

En su conferencia en la Universidad Iberoamericana titulada “¿Qué significa estudiar el bachillerato? Significados y sentidos en la relación jóvenes-estudiantes y escuela”, presentó un análisis detallado sobre los múltiples significados y obstáculos de estudiar el bachillerato en México.

Según datos del INEGI, actualmente hay 4.98 millones de estudiantes de educación media superior en México. Entre los ciclos 2020-2021 y 2022-2023, la matrícula femenina aumentó en un 2.2%, mientras que la masculina disminuyó en un 2.3%.

Acompañado por la Dra. Claudia Santizo, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Mata Zúñiga destacó el tema de la segmentación educativa y el prestigio institucional, problemáticas que, generan desigualdades significativas en el acceso a la educación media superior.

“La solución no es sencilla, pero es fundamental trabajar en políticas que promuevan la igualdad de oportunidades y la calidad educativa en todos los planteles,” señaló.

Segmentación limita oportunidades

Además, Claudia Santizo, investigadora de la UAM, expuso que en la Zona Metropolitana del Valle de México, la segmentación y el prestigio de ciertas instituciones crean un cuello de botella en el acceso a los bachilleratos más deseados como los de la UNAM y el IPN, limitando las oportunidades para muchos jóvenes.

La investigación de Mata Zúñiga, que se desprende de un proyecto coordinado desde 2013 hasta 2021, incluye datos de 5,806 encuestas y 77 entrevistas semiestructuradas con estudiantes, profesores, directivos y padres de familia; además, se realizaron 102 observaciones en campo.

Entre los hallazgos, se destacó que la escuela es un espacio de vida juvenil donde se construyen las primeras relaciones afectivas, emocionales y sexuales significativas. “Los jóvenes no solo van a la escuela para aprender materias académicas, sino para vivir experiencias significativas, formar relaciones y adquirir un sentido de pertenencia,” subrayó.

La académica Santizo complementó esta visión al hablar sobre la importancia de las políticas públicas que consideren la diversidad de experiencias y necesidades de los jóvenes estudiantes. “Es esencial que las políticas educativas sean integrales y tomen en cuenta la subjetividad de los jóvenes, resaltó.

No se trata sólo de ofrecer becas, sino de crear programas que verdaderamente respondan a sus expectativas y contextos,” señaló. Además, enfatizó que el diseño de políticas debe considerar factores como la equidad de género, ya que las mujeres han mostrado una mayor permanencia y éxito escolar en comparación con los hombres, añadió.

Finalmente, remarcó la importancia de la escuela como un espacio de inclusión y encuentro para la formación y participación política. En contextos de alta violencia y marginación, la escuela se convierte en un refugio seguro donde los jóvenes pueden desarrollar su identidad y adquirir nuevas responsabilidades.

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