Este martes 75 mil mujeres decidieron no guardar silencio y tomaron las calles de la Ciudad de México, para exigir justicia y levantar la voz por aquellas que ya no pueden hacerlo, por las miles de víctimas de feminicidio y la violencia.
“Justicia, por ti, por mí, por todas”, fue la proclama feminista que las miles de mujeres lanzaron desde el Ángel de la Independencia, punto donde se dieron cita al filo del mediodía, para participar en la multitudinaria marcha del 8 de Marzo 2022, que culminó en el Zócalo de la Ciudad de México.
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Ninguna faltó. Madres de familia, hijas, hermanas, abuelas, estudiantes, amas de casa, trabajadoras, mujeres indígenas, mujeres con discapacidad, niñas, adolescentes, jóvenes y adultas se congregaron para exigir el derecho a una vida libre de violencia, a vivir sin miedo.
Antes de iniciar la marcha, un grupo de mujeres indígenas realizó una ceremonia náhuatl tlalmanali frente al Ángel de la Independencia y colocaron una ofrenda floral, con semillas de arroz, frijol, veladoras e incienso para alejar las malas vibras, aliviar el dolor en el corazón de las madres que han sufrido la pérdida de sus hijas y pedir para que la marcha se desarrollara en paz y armonía.
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El olor del incienso invadió todo el lugar y se guardó solemnemente un minuto de silencio, que sólo fue interrumpido por un grito solitario y agudo: “Ni una Más”, lo que desencadenó la proclama a coro: “justicia, justicia, justicia”.
Después, en muy momento emotivo, las miles de voces entonaron a capela la icónica “Canción sin Miedo”, que se ha convertido en el himno de la lucha feminista, que concluyó en medio de fuertes gritos de alegría, chiflidos y cacerolazos.
Poco antes de las 15:00 horas empezaron a salir los primeros contingentes sobre Paseo de la Reforma, las mujeres que portaban pancartas, banderas y cartulinas, portando los distintivos colores morado y verde avanzaron con orden y lanzando consignas contra el acoso, la discriminación y la desigualdad que viven las mujeres todos los días en la calle, en las escuelas, los centros de trabajo e incluso dentro de su propio hogar.
El avance de la festiva y multitudinaria marcha fue acompañado por el agrupamiento femenil de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), que observó de lejos, sin tener ningún roce con las manifestantes.
A la altura de Avenida Juárez se unieron en una sola columna, el contingente que venía del Ángel de la Independencia, con otro más que salió del Monumento a la Revolución, para continuar su trayecto hacia la Plaza de la Constitución.
Historias que merecen ser contadas
Entre las participantes llamó la atención la asistencia de una adulta mayor. La señora de 89 años, quien avanzaba lentamente apoyada por una andadera se manifestó orgullosa de poder asistir a esta marcha del 8M22. “Quiero estar aquí, todavía tengo fuerza para luchar y hacer algo por todas las niñas, por las más jóvenes”.
Miles de voces de mujeres protestando, traducidas a cientos de casos que a diario ocurren en la Ciudad y todo México, sin embargo, en su mayoría no son contados públicamente y de muchos no se tiene conocimiento, pero hoy no faltó ninguna, todas las víctimas estuvieron presentes; se escuchó su nombre, se vieron sus rostros, se cantó por ellas, se marchó y se lloró.
Tal es el caso de María Elizondo, sus tres hermanas se dieron cita desde muy temprano y con una lona con la cara de María y del otro lado su agresor, piden a las autoridades correspondientes que se haga justicia por el feminicidio de su hermana mayor, en el testimonio de una de ellas aseguran que desde el 2020 no han dado solución alguna del caso.
"Estamos aquí presentes por el feminicidio de mi hermana, sabemos que al día muchas mujeres son asesinadas y el dolor no lo entiendes hasta que te arrebatan a alguien que quieres. La Fiscalía de la Ciudad de México no nos ha dado respuesta alguna sobre el asesinato de mi hermana ocurrido el 14 de febrero del 2020, si las autoridades no lo hacen nosotras seguiremos en la búsqueda de su agresor" dijo la joven con la voz cortada y aguantando las lagrimas.
Por otra parte, también se hicieron presentes varios hombres, quienes estuvieron apoyando en todo momento a los contingentes feministas y entonaban las canciones de protesta junto con ellas; muchos de ellos portaban prendas moradas en unión a la lucha.
Al momento de preguntarle al señor Efraín Gózales de 71 años de edad, quien se encontraba vendiendo congeladas durante la marcha, LA PRENSA se acercó para conocer sobre la perspectiva que tenía él al ver a cientos de mujeres protestando por la justicia, igualdad, discriminación y leyes para promover la seguridad de las mujeres, este contestó muy nostálgico.
"Me parece bien que todas se unan este día tan especial y claro que apoyo el movimiento, a mi nieta de 7 años la violaron; su papá, ahora no sabemos en dónde está y no sabe el dolor que siento al saber que tan pequeña se tuvo que enfrentar a una situación así; claro que apoyo lo que hacen todas ellas, para eso vine"
Estos son sólo dos ejemplos de los miles de casos que suceden en México, cada vez las mujeres se encuentran expuestas a sufrir violencia en sus propios hogares, por parte de sus familiares y/o parejas sentimentales, salir a la calle ya no es seguro, el trabajo de la mujer no es reconocido y las autoridades no dan solución alguna ante la problemática social.
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