Como sacado de una novela, el edificio de la CNDH de República de Cuba 60, en el Centro Histórico de la CDMX, por dentro luce en un total abandono; sucio, polvoso y mal oliente. Los salones que eran ocupados como habitaciones por miembros del grupo feminista se encuentran en mal estado.
Una energía fuerte es la que invade el lugar y el sello feminista se puede sentir desde la entrada del inmueble, en las paredes y techo; cientos de pintas fueron realizadas en los adentros de esta casa de refugio, donde las paredes hablan.
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En el lugar se encuentran cartones con envases de cervezas vacíos, botes de pintura en aerosol (con los que realizaban las pintas) y basura de diversos productos de alimento y cuidado personal regados por el piso del edificio que fue nombrado como “Okupa de Cuba Casa de Refugio”.
El lugar fue tomado en septiembre del 2020 por un grupo de mujeres en protesta de todos los feminicidios y desapariciones que han ocurrido en México. LA PRENSA realizó un recorrido por el edificio de la CNDH luego de cuatro días de ser recuperado por elementos de la SSC, donde tres mujeres fueron detenidas.
“Justicia”, “quemaré todo hasta que me devuelvan a mis amigas”, “sin miedo” y “ni una menos” son algunas de las frases que se encuentran plasmada a las afueras de la casa de la CNDH ubicada en República de Cuba 60, en el Centro Histórico de la CDMX.
En el primer patio se encuentran algunas obras artísticas que hacen referencia al poder de la mujer, igual existen pintas en alusión al anarquismo y la rebeldía, entre ellas: “Aquí nadie se vende, bloque negro”, “Si no te cuida la policía, te cuido yo”, “tomaremos la justicia”.
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Al menos seis salones del inmueble cuentan con camas y literas las cuales eran utilizadas para el descanso de las mujeres, sin embargo, el estado en el que vivían era completamente impulcro y descuidado.
En cada una de las habitaciones se encuentran pertenencias como ropa, zapatos, cobijas, ropa interior, toallas, lentes, ganchos, bolsas, gorras y un sinfín de artículos personales.
El rincón más estremecedor del inmueble se encuentra en medio del segundo patio, ahí fue instalado un altar en honor a la Santa Muerte, en el cual se puede observar la imagen de la Santa patrona, cascos de policías, semáforos rotos, extinguidores, una muñeca semejante a una integrante del bloque negro, bebidas alcohólicas, dulces, cigarros y flores.
Durante el recorrido también fueron localizados cuartos llenos de despensa, medicamentos, artículos de cuidado personal, libros, juguetes y muebles rotos o en mal estado que eran acumulados por las jóvenes que invadieron el lugar hace casi dos años.
Cada una de los salones de la Casa de Refugio Okupa, son el reflejo de un movimiento feminista que intentó alzar la voz en contra de un gobierno que no se preocupa por la violencia que a diario viven las mujeres en México.
Muestra el panorama y la calidad de vida que a diario llevaban las mujeres en los adentros de esta instalación y las condiciones en las que vivían.
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