El Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred), exhorta a las dependencias gubernamentales, establecimientos, centros de trabajo, universidades y a la ciudadanía en general a reconocer y respetar social y jurídicamente la existencia de las identidades no binarias.
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Así como garantizar la inclusión de las personas no binarias en cualquier ámbito social.
El organismo explica que el género no binario es una identidad de género que no se ajusta estrictamente a las categorías tradicionales de "hombre" o "mujer". Las personas no binarias pueden identificar su género de muchas maneras, incluyendo, pero no limitado a:
Género fluido: Personas cuya identidad de género cambia con el tiempo.
Agénero: Personas que no se identifican con ningún género.
Bigénero: Personas que se identifican con dos géneros, ya sea simultáneamente o alternadamente.
Genderqueer: Un término general que abarca diversas identidades no binarias.
¿Qué es la binariedad de Género?
La binariedad de género es el concepto que sostiene que solo existen dos géneros: hombre y mujer. Este sistema binario se basa en la idea de que el género está determinado por el sexo asignado al nacer y que estos géneros son opuestos y mutuamente excluyentes.
La binariedad es una construcción social que ignora la diversidad de experiencias e identidades de género que existen fuera de estas dos categorías tradicionales.
En el caso de México se estima que 340 mil 620 personas se identifican como no binarias, de género fluido, agénero, entre otras identidades, de acuerdo con el “Informe de Personas No Binarias en México, Resultados de la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género 2021”, que publicó Yaaj México A.C y School of Law Williams Institute en este 2024.
La población no binaria demanda reconocimiento social
A diferencia de las poblaciones cisgénero y heterosexuales, las personas no binarias enfrentan discriminación, falta de reconocimiento social y jurídico porque su identidad no corresponde con la norma binaria del género. Por ende, demanda su reconocimiento social y material ante una sociedad diversa que les impide vivir plenamente sus derechos.
Es de suma importancia que cualquier acción o buena práctica dirigida a personas no binarias, desde su diseño debe ser consultada con la población y elaborada desde las vivencias y experiencias que enfrentan.
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Para visualizar una ruta de acción general, el COPRED pone a su disposición el “Decálogo para el reconocimiento y el trato igualitario de las personas de la diversidad sexual y de género que laboran y transitan en el Consejo”.
El Día Internacional de la Visibilidad No Binaria, que se celebra el 14 de julio, desde 2012, ha buscado visibilizar y sensibilizar a las sociedades del mundo sobre la importancia de respetar los derechos humanos de las identidades no binarias que viven y transitan en los espacios públicos y privados. Por otro lado, busca ser un catalizador de la reflexión colectiva para cuestionar como el sistema sexo-género impide a las personas vivir su género e identidad.
Al igual que otras poblaciones de la diversidad sexual, las personas no binarias a lo largo de la historia han existido. Según una investigación publicada en el Cambridge Archaeological Journal, Eleonore Pape y Nicola Lalongo, especialistas en antropología, encontraron que, en el período neolítico temprano hasta la edad de bronce, las poblaciones no binarias tuvieron presencia e incluso fueron reconocidas, protegidas y veneradas en la prehistoria europea.
Las personas no binarias son estigmatizadas y violentadas socialmente a través del trato desigual, comentarios ofensivos, burlas del uso de sus pronombres y del lenguaje incluyente, la malgenerización en instituciones, empresas, establecimientos, escuelas, y la falta de reconocimiento jurídico en las instituciones del Estado.
Por todo ello, es fundamental concientizar, sensibilizar y trabajar desde los marcos legales y normativos, con las sociedades civiles y los múltiples actores sociales existentes en ellas entorno a la complejidad de las identidades de género y por tanto a la inclusión de las múltiples identidades que existen fuera de las dicotomías y/o la binariedad, pues sólo así lograremos espacios dignos, libres y seguros en condiciones de igualdad de género para todes, todas y todos.
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