A pocos días que se instale en sesión permanente el Consejo de Representantes de la Comisión de Salarios Mínimos (Conasami) para fijar el aumento para el 2023, el especialista Jorge Sales Boyoli aseguró que a pesar de que cada fin de año se alcanza un incremento a los salarios mínimos en el país, sea el porcentaje que sea, no logran reducir los índices de pobreza laboral que alcanzan a 38.3% de la población nacional.
El experto laboral manifestó que al estudiar el comportamiento del salario mínimo del 2005 al 2022, es evidente que los aumentos tampoco han incidido en mejorar los niveles de informalidad lo que debiera invitar a la reflexión porque "no alcanza con los incrementos al salario mínimo”.
En una entrevista, destacó que “el salario mínimo ha incrementado dos veces su tamaño en los últimos siete u ocho años y la pobreza laboral ha disminuido 0.08 veces en el mismo periodo y la lógica sería que si esta percepción mejora, la pobreza laboral tendría que reducirse y no existe esa correlación.
“Algo similar ocurre en cuanto al incremento del salario mínimo y la tasa de informalidad laboral que se ha incrementado un 0.03 por ciento, manteniéndose en rangos de 35 a 37 por ciento de la población ocupada”, indicó.
El socio de la firma Littler México se pronunció por un nuevo pacto social que dé respuesta a 55.7 millones de personas en pobreza y 10.8 millones en pobreza extrema y una desbordada informalidad.
Recalcó que está claro que para poder abatir esos números de pobreza laboral e informalidad, no basta solo con incrementos al salario mínimo.
Sales Boyoli resaltó que “el planteamiento no es que el salario mínimo no suba, sino que sirva para mejorar con la implementación de políticas laborales más amplias como la seguridad básica universal o en la renta básica universal.
Lo que no está bien es que, en México, un trabajador que esté en el mercado formal sea pobre. Quizá también habrá que pensar en un impuesto al consumo más grande y quitar otro tipo de impuestos o poner otro tipo de incentivos a la informalidad porque hoy estar en la formalidad es un gravamen y estar en la informalidad es un incentivo”, subrayó.
Para Sales Boyoli, es necesario que a la par de que se fije el salario mínimo, se alcance un nuevo pacto social entre los factores de la producción como son sindicatos, patrones, trabajadores y gobierno, así como contar con una seguridad social universal donde para acceder a los servicios de salud no se tenga que ser empleado o estar dado de alta por ejemplo en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
El socio consultor de Littler México, agregó que las personas debieran tener seguridad social universal solo por el hecho de ser mexicanos lo que sería un incentivo a la informalidad.
“Que las personas tengan derecho a recibir un ingreso fijo por el simple hecho de vivir en México y creo que por ahí tendríamos que ir y seguir aumentando el salario mínimo por lo que independientemente que el salario que se fije para 2023 si no va acompañado de estos elementos no va a servir de nada”, citó.
No olvides seguirnos en Google Noticias para mantenerte informado
Según la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), entre 2018 y 2020, el porcentaje de la población del país en situación de pobreza aumentó de 41.9% a 43.9%, mientras que el número de personas en esta situación pasó de 51.9 a 55.7 millones de personas.
En términos de carencias sociales, el cambio entre 2018 y 2020 fue un preocupante aumento de 12.0 puntos.
De los seis indicadores de carencias sociales que mide el índice multidimensional de la pobreza (rezago educativo, servicios de salud, seguridad social, calidad de la vivienda, servicios básicos y alimentación), la mitad empeoraron: la población en pobreza alimentaria pasó de 27.5 a 29.6 millones; el rezago educativo aumentó de 23.5 a 24.4 millones y la población que no tuvo acceso a los servicios de salud pasó de 20.1 a 35.7
Síguenos en Facebook: La Prensa Oficial y en Twitter: @laprensaoem