Habían pasado varias horas de que Jesús, el hijo de Dios le devolvió la vista a un niño ciego de nacimiento, y de que resucitó a Lázaro, por lo que debió seguir su camino, pues ya conocía que Judas Iscariote lo traicionó a cambio de unas monedas; entonces siguió con su meditación, pues vendrían las horas más amargas para Jesús de Nazaret, porque sería insultado, azotado y humillado.

Venden a Jesús por 30 monedas

Sabía que todo estaba escrito: eran las últimas horas en la tierra y esperaba el arrepentimiento de la raza humana ante tanta maldad a lo largo de los siglos, desde que el mundo fue mundo. Fueron 30 las monedas que los sacerdotes le entregaron en una bolsita a Judas y solamente esperaban que les diera el lugar en donde sería encontrado el hijo del carpintero para que fuera aprehendido y juzgado.

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Ante miles de personas con este pasaje bíblico continuó la 180 representación de la pasión y muerte del Nazareno en Iztapalapa. Bajo la atenta mirada de visitantes nacionales y extranjeros, David Uriel González Martínez, quien este año interpreta el papel de Jesús y Paula Quetzally como la Virgen María recorrieron las calles donde se lleva a cabo la procesión.

Recorren los ocho barrios de Iztapalapa

Cuando los rayos del sol aún se dejaban sentir dio inició la visita de las 7 casas. Pero por ser ocho los barrios en Iztapalapa el Mesías (David Uriel) recorrió los templos de estos puntos de la demarcación. Ataviado con una túnica de hermoso diseño, Jesús caminaba por las calles en compañía de sus apóstoles; metro a metro recorrió los templos donde pedía fuerzas para sacar adelante su interpretación.

Fue mucho el fervor de la gente al verlo pasar, niños y jóvenes sonreían y los adultos, con mayor respeto inclinaban un poco la cabeza. Eran horas de regocijo y meditación, porque a cada paso se recordaba el calvario por el que tuvo que pasar Jesucristo para lavar con su sangre los pecados de la humanidad, que nunca ha entendido el sacrificio de Jesús.

Las ocho iglesias en las que se recordó la visita de las siete casas fueron: La Asunción, San Ignacio, Santa Clara, San Lucas, San Pedro, San Miguel, San Fernando y del Señor de la Cuevita. Ahí David se acercaba al altar y se hincaba como muestra de respeto y tras él iba quien representa el personaje del Arcángel Gabriel, siempre fiel detrás del Mesías.

Durante su paso por la calle de Aztecas, 5 de Mayo, Toltecas, Primer Callejón de General Anaya, Comonfort y Ermita hasta llegar al Santuario del Señor de la Cuevita, se siguieron cada uno de los pasajes bíblicos. En esta parroquia escucharon misa y al término de la misma prosiguieron su camino por las calles de Ermita Iztapalapa, Ayuntamiento, entre otras hasta llegar al jardín Cuitláhuac.

La última cena

Fue en este punto donde se llevó a cabo la Ultima Cena. Ahí, en un acto humilde, Jesús lavó los pies de sus 12 apóstoles como una muestra de limpieza del alma para acercarse a recibir la comunión. Al término, sentados en la mesa, el Mesías con su mirada recorrió a quienes se encontraban con él. Entonces reveló la traición de que uno de ellos lo había vendido por 30 monedas.

Ya cuando la obscuridad de la noche se tendió sobre el cielo, Jesús agarró camino al Cerro de la Estrella, que fue convertido en el huerto de los Olivos. Sumido en sus rezos, daba gracias a su Padre, cuando de pronto se le apareció Satanás, quien le pidió no siguiera con su sufrimiento y ofrendara su vida a cambio de la salvación de los pecados de la humanidad.

Traición de Judas

No obstante hizo caso omiso a la petición del ángel que fuera expulsado del cielo por su maldad. Momentos después de esa escenificación, apareció Judas Iscariote que era acompañado por un grupo de soldados romanos. Fue entonces que con un beso en la mejilla Iscariote traicionó al enviado de Dios y fue aprendido para, hoy ser presentado ante el Rey Herodes y juzgado por Poncio Pilatos, quien dictará la sentencia de que sea crucificado el Rey de los Judíos.

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