Dentro de las paredes de la Coordinación General de Investigación Forense y Servicios Periciales, de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, se cuentan historias, se viven sucesos que forman parte del acontecer diario de una enorme urbe.
Víctor Eduardo Garduño, perito en Jefe Supervisor de Zona, se mueve en este mundo de ciencia y de leyes. Es responsable, entre otras cosas, del área de asuntos relevantes y de la célula de búsqueda en bases de datos. Por sus laboratorios pasan miles de evidencias científicas de los crímenes perpetrados en la Ciudad de México.
En campo o en laboratorio, las y los expertos investigan los sucesos de la Ciudad de México para toda acción que pudiera representar un delito, así, la Coordinación General de Investigación Forense y Servicios Periciales tiene a un especialista.
“Se cuenta con 39 especialidades y se está gestionando la creación de una especialidad pericial más, ya que, históricamente, cada una surge de las necesidades propias de la investigación de los delitos a lo largo del tiempo. Al año, las 39 especialidades emiten cerca de 470,000 dictámenes”, señala Víctor Garduño.
La Coordinación General de Investigación Forense y Servicios Periciales de la FGJCDMX es una unidad administrativa que lleva, a petición de autoridades, investigaciones a las evidencias relacionadas con la comisión de posibles delitos. Víctor trabaja en el área de investigación de la Fiscalía, desde hace más de 26 años.
Expertos en ciencias, artes y oficios, las y los peritos de la FGJCDMX aportan conocimientos especializados a la investigación de presuntos delitos en auxilio del derecho, de ahí su carácter de investigadores e investigadoras forenses.
En la Ciudad de México, a decir del experto en ciencias forenses, no hay gente buena o mala, sino circunstancias que los llevan a cometer algún delito. En la capital, a diario pierden la vida al menos una veintena de personas en diversas situaciones, desde accidentes, víctimas de violencia, o alguna otra causa diferente a la natural, la cual es objeto de investigación.
la FGJCDMX dispone de oficinas de peritos en cada una de las alcaldías de la capital, pero además cuenta con 43 anfiteatros para el examen criminalístico de cadáveres
Salvaguardas de bases de datos
Las y los peritos de la Fiscalía no solo son los ojos fidedignos de las autoridades para buscar datos científicos en los delitos cometidos en la capital, además son salvaguardas de múltiples bases de datos que permiten robustecer las labores de investigación y combate al crimen a diversas corporaciones, encargadas de la seguridad y la justicia.
La Coordinación General guarda en sus laboratorios, concentrados en el edificio sede, un sinfín de incógnitas: en alguno de sus pisos hay un archivo inimaginable de tarjetas con huellas dactilares de hace décadas.
“Una vez que un indicio, o evidencia, son identificados en el lugar de intervención señalado por la autoridad se procede a la documentación, levantamiento sistemático, y al embalaje y etiquetado correctos e individualizados, para posteriormente ser enviados, si fuera el caso, a estudios complementarios en los laboratorios de criminalística, como balística, química, patología, genética, video, antropología forense, entre otros”.
La violencia que se vive en el país ha llevado a la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México a especializar sus corporaciones, por lo que, además, cuenta con áreas de peritos para la atención de fiscalías Especializadas.
Y también con una Unidad Criminalística De Proximidad (UCP) para la atención de homicidios dolosos y feminicidios, y un equipo pericial para búsqueda de personas desaparecidas con el fin de realizar investigación en sitio; bases de datos sobre la localización de personas reportadas como desaparecidas con vida y sin ella.
Uno de los sucesos que más ha marcado a Víctor Garduño en sus más de 26 años en la Coordinación fue cuando participó con un grupo de búsqueda de personas, que por las inclemencias del tiempo tuvieron que parar las labores.
Entonces, padres, hermanos y familiares de personas ausentes, quienes en un primer momento no quisieron interactuar con ellos, después se acercaron a conocer la labor de las y los peritos, y la forma en que pueden colaborar de manera interdisciplinaria.
Esto logró que las y los familiares cambiaran de parecer y vieran a las y los peritos como alguien en quien confiar, y entender que su trabajo serviría de mucho para poder identificar, si fuera el caso, a sus familiares, lo que cambió por completo las labores de búsqueda.
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Importancia de los servicios periciales
De ahí, enfatizó Víctor Garduño, la importancia de contar con equipos especializados con los que cuenta en servicios periciales (Unidad Criminalística de Proximidad-UCP y equipo pericial para búsqueda de personas desaparecidas).
Los servicios periciales datan de 1929, cuando los servicios periciales se consolidaron, primero como parte de la policía y después, dependiente de otras áreas de la entonces procuraduría.
En 2019 se crea una unidad criminalística de proximidad conformada por agentes del ministerio público, policías de investigación y personal pericial enfocadas en primera instancia, a la atención de muertes de aparente etiología homicida.
A lo largo del tiempo, esta unidad se ha consolidado y actualmente interviene en casos de feminicidios, incluso ante la mínima sospecha de los mismos.
Además que, durante la pandemia se contó con una unidad especializada para la atención de cadáveres por covid-19, lo que minimizó las posibilidades de contagios y contaminación durante la investigación de este tipo de eventos.
“Por otro lado, ante esta experiencia y en respuesta a las leyes en la materia, se crea en el 2022 el equipo pericial para búsqueda de personas desaparecidas, quienes en coordinación con la fiscalía especializada para búsqueda de personas, las comisiones de búsqueda y otras instituciones, participan activamente en la búsqueda, prospección y en su caso recuperación sistemática de indicios relacionados con personas desaparecidas, además de la búsqueda en bases de datos”.
Para los ojos científicos de la Ciudad de México, una evidencia de un delito es inalterable, pues pasa por una cadena de custodia tan minuciosa que llega al laboratorio sin ninguna alteración; “el modelo de justicia penal actual exige un control estricto de la cadena de custodia, definida como el acto de traspasar de una persona a otra, la responsabilidad de mantener la integridad de un indicio desde su localización en la escena hasta su estudio en los laboratorios forenses e incluso de su resguardo posterior a la intervención pericial en las bodegas de indicios y evidencias.
Algo es seguro, la comisión de delitos en la ciudad con mayor movimiento de personas en todo el país continuará, pero la impartición de justicia seguirá mejorando, pues una de las metas de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México es profesionalizar al personal para mejorar la atención a las necesidades de quienes la habitamos, concluyó.
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