Estratégicamente la oposición en el Congreso de la Ciudad de México logró reventar la sesión ordinaria del jueves, para no permitir que se aprobara la licencia temporal para separarse del cargo de 9 legisladores de Morena para hacer actividades partidistas, con lo que se rebasaría el número permitido de los diputados que podrían estar en esa condición, al sumarse a los 6 que ya dejaron a sus suplentes.
De acuerdo al reglamento interno del Poder Legislativo local, solamente una quinta parte del total de los representantes populares electos pueden solicitar de manera simultánea licencia, lo que para morenistas no tenía sustento y que era cuestión de interpretación.
Una hora con 15 minutos estuvieron en sesión los congresistas y se enfrascaron con el tema de las licencias, las cuales se votaron de manera nominal, mediante el tablero electrónico y, solo 31 legisladores registraron a favor, faltaron 3 para ser mayoría. Los morenistas y sus aliados que suman 35, no lograron imponerse.
La estrategia que en esta ocasión utilizaron las bancadas de oposición, tal es el caso del PAN, PRI y PRD, además de la asociación parlamentaria Ciudadana, fue el de no votar, por lo que el presidente de la Mesa Directiva del órgano deliberativo, Héctor Díaz Polanco optó por declarar que no había quórum para continuar con la sesión.
De manera automática si los diputados panistas, priístas, perredistas y ciudadanos hubieran votado en contra o marcado abstención, las licencias hubieran pasado, en tanto que se suma un día más de improductividad en el Congreso, con un aumento del rezago legislativo.
Las licencias que se apestaban a aprobar eran de los diputados Alberto Martínez Urincho, Carlos Cervantes Godoy, José Octavio Rivero Villaseñor, Gerardo Villanueva Albarrán, Esperanza Villalobos Pérez, Nancy Marlene Núñez Reséndiz, Miriam Valeria Cruz Flores, Marcela Fuente Castillo y Leticia Estrada Hernández, quienes quieren dejar temporalmente el cargo para dedicarse a promover la participación ciudadana en la consulta de revocación de mandato.
El vicecoordinador de la bancada del PRD en el recinto de Donceles y Allende, Jorge Gaviño Ambriz, señaló que si fueran en total 13 los diputados con licencia no habría problema, porque ya con 15 se rebasa la quinta parte del total de los 66.
Resulta que en lo que va de la II Legislatura del Congreso, que inició el 1° de septiembre ya han solicitado licencia Isabela Rosales Herrera, quien actualmente es titular de la Unidad de Análisis Estratégico y Vinculación Interinstitucional de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) y Lourdes Paz Reyes, responsable de la Procuraduría de la Defensa del Trabajo local.
Además, recientemente lo hicieron Valentina Batres Guadarrama, Carlos Hernández Mirón, Xóchitl Bravo Espinosa y Yuriri Ayala Zúñiga, quienes en su momento notificaron que dejaban el cargo para dedicarse a asuntos del partido Morena y a promover la participación en la revocación de mandato.
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El posicionamiento de la fracción parlamentaria morenista, a cargo de Martha Ávila Ventura, fue en el sentido de condenar y rechazar enérgicamente, “las prácticas golpistas y violentadoras del marco constitucional que rige la vida del Congreso de la Ciudad de México”.
Los de ese instituto político reprobaron que la oposición haya convertido en un método y práctica reiterada el sabotaje de los trabajos legislativos, al tiempo que difundieron que con el pretexto de impedir las licencias a las que tienen derecho los legisladores para integrarse a diversos trabajos de participación política, los diputados de los otros partidos optaron por reventar la sesión, con lo que se vulneró el Estado de Derecho.
Durante la sesión se preveía abordar 87 asuntos de interés público y que se hicieran posicionamientos sobre el Día Internacional de la Mujer, además de presentar iniciativas en materia de procuración de justicia, de mejoramiento de los establecimientos mercantiles, de uso de la bicicleta y sobre el tratamiento de residuos sólidos.
El vicecoordinador del PAN en el Legislativo, Ricardo Rubio Torres, aclaró que Morena quiso interpretar el reglamento interno y ley, a la vez que lamentó que no haya diálogo con los de ese partido intransigente, al que pertenece Díaz Polanco que actúa a favor del partido en el poder y acostumbra aplicar la ley mordaza.
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