Ante el anárquico crecimiento que en los últimos años registra el comercio informal, es urgente que el nuevo gobierno de la Ciudad de México levante un censo confiable de vendedores en vía pública, que permita conocer la dimensión real del problema, a fin de diseñar estrategias efectivas que permitan su incorporación a la formalidad.
Gerardo López Becerra, presidente del Consejo para el Desarrollo del Pequeño Comercio A.C., destacó que la informalidad creció exponencialmente a raíz de la pandemia, debido a que muchos negocios no tuvieron la capacidad financiera de subsistir y la única alternativa fue “bajar la cortina” y “salir a la calle”.
En entrevista con LA PRENSA, López Becerra señaló que persiste una deuda con el desarrollo económico y el fortalecimiento del comercio en pequeño de la Ciudad de México, que además de enfrentar una excesiva tramitología, fuertes cargas fiscales, altos costos de operación como pago de renta, luz y salarios de trabajadores, debe sobrevivir en condiciones de desventaja y competencia desleal por el creciente ambulantaje.
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“No puede haber desarrollo económico ni crecimiento sostenible en la capital del país si se apapacha el ambulantaje y la informalidad”, indicó el líder de ConComercio al advertir que el pago de impuestos y el aumento de la base de contribuyentes son aspectos indispensable para el fortalecimiento de la infraestructura y prestación de servicios públicos en la Ciudad.
“La seguridad pública y la seguridad económica deben ser dos ejes fundamentales para la nueva administración”, indicó López Becerra al señalar que tampoco se han resuelto temas fundamentales, como es la movilidad, ya que los prolongados tiempos de traslado y mal estado en que se encuentran las vialidades restan competitividad a la Ciudad de México.
Al señalar que alrededor de la mitad de la economía capitalina se encuentra en la informalidad, Gerardo López indicó que el último padrón de ambulantes se levantó en la administración de Miguel Ángel Mancera, en el cual se hablaba de 100 mil vendedores en vía pública.
“Obviamente ahora son muchísimos más, estimamos que sean más de 2.5 millones de personas que se desempeñan entre el ambulantaje y la economía informal, lo cual representa un gran reto para la nueva administración en la Ciudad de México”, indicó.
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Por otra parte, señaló que además del crecimiento que registran los puntos de comercio informal, como tianguis, puestos en los accesos de las estaciones del Metro y en los alrededores de los mercados públicos, lo que ha generado una mayor presión al comercio establecido.
“El tema no es prohibir o sobrerregular, sino normar esta actividad, no se debe replicar el modelo que se siguió en Iztapalapa, alcaldía donde abunda el comercio ambulante, ese no debe ser el modelo de desarrollo para la Ciudad”, apuntó.
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Gerardo López Becerra, confió que la nueva administración, encabezada por Clara Brugada establezca puentes de diálogo con el pequeño comercio, a fin de que se aborden temas que preocupan al sector como son los temas de sobreregulación que sigue una tendencia prohibicionistas, así como el apoyo al comercio vulnerable, sobre todo, el que sufre competencia desleal por el ambulantaje.
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