El delito de extorsión no distingue tamaño ni capacidad económica de los comercios de la Ciudad de México, pues incluso los establecimientos más pequeños llegan a recibir llamadas anónimas y amenazantes en las que se les exige el pago de hasta 100 pesos para dejarlos trabajar.

Así lo reveló Arturo Vega, presidente de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño de la Ciudad de México (Canacope/Servytur), quien explicó que la mayoría de los casos de extorsión se comenten vía telefónica o utilizando el método conocido como “el sobre amarillo”.

“La delincuencia acosa todos los días al comercio, siempre estas personas encuentran la forma de extorsionarlos y sacarles dinero, ya sea de una manera violenta o no, la extorsión persiste y no creo que desaparezca mientras exista un ambiente de corrupción e impunidad”, declaró el dirigente del pequeño comercio.

Informó que alrededor del 22 al 25% de los comercios afiliados a Canacope reporte haber sido víctimas de algún tipo de delito, ya sea asalto con o sin violencia, robo, intimidación de falsos inspectores que amenazan con cerrar el negocio para sacar dinero, extorsión telefónica y cibernética, robo de identidad y jaqueo de sistemas.

Vega Martínez explicó que la mayoría de los negocios pequeños que se inician en el comercio electrónico no tienen la seguridad digital que se requiere para proteger su información, por lo que frecuentemente sus sistemas son vulnerados.

“Esto lleva a que estén expuestos a chantajes, sabotajes o mala competencia”, indicó Arturo Vega al señalar que para contrarrestar esta problemática que afecta a todo tipo de negocios de la Ciudad, sin importar su tamaño o capacidad económica, la Canacope tiene un convenio de colaboración con la Secretaría de Seguridad Ciudadana y el Consejo de Seguridad Ciudadana, para que los comerciantes tengan una línea de apoyo directa, a través de aplicación digital o reporte telefónico.

Indicó que este delito observó un decremento durante el periodo de pandemia, lo cual fue relativo, ya que la mayoría de los establecimientos comerciales estuvieron cerrados, pero al momento que se reabrieron las cortinas se empezó a reactivar esta actividad delictiva.

“Lo que podemos decir es que este delito se encuentra en un estado de actividad alto, pero no podemos decir sí es mayor o menor, porque la tasa de comparación es relativa por el contexto económico que se tuvo durante la pandemia”, explicó.

De 2019 a la fecha, indicó que la Canacope ha recibido 40 mil reportes de delitos de extorsión, por parte de sus 15 mil agremiados, cuyos montos van desde los 100 pesos hasta los 10 mil o 25 mil pesos, dependiendo la modalidad que se utilice y el grupo delictivo que la cometa.

Señaló que a través de la famosa extorsión conocida como “el sobre amarillo”, los delincuentes logran obtener ganancias hasta de 50 mil pesos, mientras que cuando este delito se comete de forma presencial es lo que se tenga en caja.

Vega Martínez comentó que también es frecuente que lleguen personas a los comercios haciéndose pasar por inspectores o autoridades gubernamentales y bajo la amenaza de cerrar el negocio logran sacar dinero.

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Los giros y sectores comerciales más vulnerables de caer en la extorsión de los falsos inspectores, generalmente, son los negocios informales o que no están debidamente regulados, indicó.

El presidente de Canacope destacó que cuando los comerciantes no conocen sus derechos, qué permisos existen, cuáles de ellos ameritan una multa, sanción o amonestación o estar fuera de la normativa, están en una situación de mayor vulnerabilidad, porque piensan que no pueden denunciar lo que les está pasando, lo que reproduce el ciclo delictivo y de impunidad.

Arturo Vega comentó que todavía no se puede hablar de una recuperación de ventas, debido a que la mayoría de los negocios, sobre todos, los micro, pequeños y medianos se sobreendeudaron durante la pandemia, cerraron o se pasaron a la informalidad, por lo que lo que enfrentan una alta volatilidad económica.

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