/ martes 30 de mayo de 2023

Mujeres viven con pánico constante ante feminicidios, alertan expertos 

“Sabemos que salimos, pero no si vamos a regresar”, el testimonio de Laura; especialista advierte que impactos por noticias de violencia de género 

Salir a la calle y voltear de un lado a otro con temor a ser espiada o perseguida, experimentar angustia ante la oscuridad al caminar por cualquier avenida, abordar con incertidumbre cualquier transporte pensando en un secuestro, violación o feminicidio, así vive día con día Laura, sin saber si ella será la siguiente víctima.

La mujer, quien se desempeña como asistente en un despacho de abogados, dice que salir a la calle se ha vuelto “un acto de valentía, ya que nunca se sabe cuándo le tocará a uno. Sabemos que salimos, pero no si vamos a regresar”, señala Laura.

Las noticias sobre feminicidios se han vuelto frecuentes, no solo en los medios de comunicación, también en las redes sociales, donde las imágenes e información circulan a gran velocidad y van generando, poco a poco, estrés y paranoia en los ciudadanos, especialmente en las mujeres de, prácticamente, todas las edades.

La profesora investigadora de la facultad de psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Ana Celia Chapa, explica que estar en contacto con las noticias de violencia de género afecta en muchos niveles.

“Hay una relación directa entre la violencia que se vive hacia nosotras y la situación de alteraciones, en la sensación de seguridad, finalmente lo que se está violando es el derecho a vivir una vida libre de violencia”, indica la doctora Chapa en entrevista con LA PRENSA.

La psicóloga hace hincapié en que en el estado tendría que recaer en generar la seguridad hacia las mujeres, y no en ellas, al sugerir salir acompañadas, no salir a determinadas horas, o de determinada manera, vestir de cierta forma que no nos exponga a cualquier tipo de violencia en las calles, trabajo, escuela o el hogar.

“Los mensajes de tranquilidad son complejos cuando vemos continuamente las desapariciones, y esto tiene mucho de la percepción de seguridad, ¡y con toda la razón!, porque para estas situaciones considero que más bien, a lo mejor, el mensaje sería ver si esta violencia, por ejemplo, se encuentra en el entorno de pareja, (en el entorno) laboral, familiares, y que esta violencia tiende a escalar”, comentaAna Celia Chapa.

Foto: Ignacio Huitzil | La Prensa

En el último estudio publicado por la ONU Mujeres en 2019, en la Ciudad de México, se dio a conocer que 96.3% de las mujeres encuestadas han sido objeto de violencia sexual al menos una vez en su vida. El 81.3%de las mujeres encuestadas manifestaron tener miedo de sufrir un ataque sexual en calle y espacios públicos.

En su apartado titulado “Inseguridad en el espacio público”, el Programa General de Ordenamiento Territorial (PGOT CDMX) señala que “la inseguridad en la Ciudad de México ha generado que las mujeres, en comparación con los hombres, dejen de realizar ciertas actividades cotidianas. Por ejemplo, 46 de cada 100 mujeres han dejado de salir por la noche en la ciudad; 48.5% de las mujeres tienden a sentirse más inseguras que el 41.3% de los hombres; 69.0% de las mujeres se siente más insegura en centros comerciales y lugares de recreación que el 64.0% de los hombres (EVALUA, 2020)”.

A pesar de que hoy contamos con más mecanismos para salvaguardar los derechos de las mujeres, como la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia o la Ley Olimpia, no son han sido suficientes para proteger a las mujeres de la violencia, pero tampoco del impacto que produce la información sobre feminicidios y/o desapariciones.


La última violencia es el feminicidio

Los estímulos derivados de las noticias, que cada vez son más frecuentes y cercanas al entorno, impactan por el nivel de violencia con el que se cometieron los asesinatos, en muchos casos a manos de personas conocidas.

“En la actualidad, los homicidios se cometen con mucha frialdad; eso nos impresiona a todos. Hay una falta de conexión del asesino con la víctima y con la vida humana, y son crímenes cada vez más exentos de emoción”, alertó la directora del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH) de la UNAM, Elisa Speckman Guerra, en el ciclo de conferencias El Historiador frente a la Historia 2023.

La especialista en salud mental, Ana Celia Chapa, asegura que el temor que sienten las mujeres actualmente es legítimo, por la cantidad de casos que hoy salen a la luz en los medios de comunicación y por la crueldad con la que se cometen los crímenes, por lo que, enfatiza, es importante observar la violencia que cada una pueda vivir en lo particular, lo que, dice, evitará que escale.

Foto: Romina Solís | El Sol de México

La doctora explica que “la violencia nunca es de nivel bajo, siempre es medio y alto”, siendo el feminicidio el último acto de violencia, por lo que es necesario identificarla y buscar espacios o instancias que permitan obtener más herramientas de seguridad en cada uno de los entornos.

Crear círculos de reflexión

Además del trabajo particular, es necesario trabajar en el estrés que se produce en niñas y adolescentes por medio de estas noticias, razón por la que considera de suma importancia crear “círculos de reflexión para que no se quede como en la sensación de estamos ‘muy angustiados’, sobre lo que somos las mujeres, quiénes somos y que eso se pueda ir transmitiendo e ir cambiando ciertas conductas machistas-misóginas”.

Pérez es enfática al sugerir que el estado debe ser responsable de garantizar las medidas de seguridad y trabajar en que se responsabilice a las mismas mujeres, para pasar del “pánico social, a las acciones colectivas concretas, al exigir al estado garantías, poder discutir de qué manera podemos identificar las violencias, de qué manera puedo apoyar a quién están violentando y lo estoy permitiendo, de qué manera puedo pedir ayuda”.

La especialista también lanzó un mensaje a los medios de comunicación, para abordar el tema desde perspectivas más humanas, ya que estas noticias pueden “generar ansiedad, angustia, y es algo de lo que no podemos escapar, pero hay que lanzar mensajes no revictimizantes para quienes viven, y no verlos como (casos) aislados, son productos de una situación y de un contexto”, y que el mensaje sea tomar conciencia del origen de cada una de las violencias.

Foto: Cortesía GobCDMX

Víctimas colaterales

Los hijos de Lesly, sepultada hace dos semanas, nunca se imaginaron que el día del niño sería la última vez que la verían con vida, el feminicida prófugo de la justicia no pensó en los menores de 8 y 9 años de edad que dejaría sumergidos en la tristeza, al igual que al resto de sus seres queridos.

El caso de Lesly tomó tal relevancia desde que sus familiares decidieron manifestarse en la Ciudad de México, para después viajar a Morelos, donde encontraron pistas para su localización, que después los llevó a Guerrero donde fue encontrado su cuerpo el pasado 16 de mayo, y de cuya muerte se responsabiliza a su expareja, Alberto Alejandro "N".

Versiones de amigos cercanos y familiares, reconocieron la violencia pasivo-agresiva dentro la relación de Lesly con Alejandro, donde el control y los chantajes eran recurrentes hacia Lesly, por lo que decidió dejar la relación tiempo atrás.

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La recomendación de la psicóloga de la UNAM Ana Celia Chapa cobra relevancia al enfatizar en observar si en el entorno se está viviendo alguna especie de violencia, ya que suele incrementar con el tiempo y las consecuencias pueden derivar en una fatal consecuencia.

Para la especialista, es indispensable pedir ayuda en caso de estar en una relación o entornos violentos, o bien, para identificar si eso está ocurriendo y atender la situación para evitar que escale y, aclaró que es indispensable no responsabilizar a las víctimas tras un hecho hostil.

Foto: Cortesía GobCDMX

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Salir a la calle y voltear de un lado a otro con temor a ser espiada o perseguida, experimentar angustia ante la oscuridad al caminar por cualquier avenida, abordar con incertidumbre cualquier transporte pensando en un secuestro, violación o feminicidio, así vive día con día Laura, sin saber si ella será la siguiente víctima.

La mujer, quien se desempeña como asistente en un despacho de abogados, dice que salir a la calle se ha vuelto “un acto de valentía, ya que nunca se sabe cuándo le tocará a uno. Sabemos que salimos, pero no si vamos a regresar”, señala Laura.

Las noticias sobre feminicidios se han vuelto frecuentes, no solo en los medios de comunicación, también en las redes sociales, donde las imágenes e información circulan a gran velocidad y van generando, poco a poco, estrés y paranoia en los ciudadanos, especialmente en las mujeres de, prácticamente, todas las edades.

La profesora investigadora de la facultad de psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Ana Celia Chapa, explica que estar en contacto con las noticias de violencia de género afecta en muchos niveles.

“Hay una relación directa entre la violencia que se vive hacia nosotras y la situación de alteraciones, en la sensación de seguridad, finalmente lo que se está violando es el derecho a vivir una vida libre de violencia”, indica la doctora Chapa en entrevista con LA PRENSA.

La psicóloga hace hincapié en que en el estado tendría que recaer en generar la seguridad hacia las mujeres, y no en ellas, al sugerir salir acompañadas, no salir a determinadas horas, o de determinada manera, vestir de cierta forma que no nos exponga a cualquier tipo de violencia en las calles, trabajo, escuela o el hogar.

“Los mensajes de tranquilidad son complejos cuando vemos continuamente las desapariciones, y esto tiene mucho de la percepción de seguridad, ¡y con toda la razón!, porque para estas situaciones considero que más bien, a lo mejor, el mensaje sería ver si esta violencia, por ejemplo, se encuentra en el entorno de pareja, (en el entorno) laboral, familiares, y que esta violencia tiende a escalar”, comentaAna Celia Chapa.

Foto: Ignacio Huitzil | La Prensa

En el último estudio publicado por la ONU Mujeres en 2019, en la Ciudad de México, se dio a conocer que 96.3% de las mujeres encuestadas han sido objeto de violencia sexual al menos una vez en su vida. El 81.3%de las mujeres encuestadas manifestaron tener miedo de sufrir un ataque sexual en calle y espacios públicos.

En su apartado titulado “Inseguridad en el espacio público”, el Programa General de Ordenamiento Territorial (PGOT CDMX) señala que “la inseguridad en la Ciudad de México ha generado que las mujeres, en comparación con los hombres, dejen de realizar ciertas actividades cotidianas. Por ejemplo, 46 de cada 100 mujeres han dejado de salir por la noche en la ciudad; 48.5% de las mujeres tienden a sentirse más inseguras que el 41.3% de los hombres; 69.0% de las mujeres se siente más insegura en centros comerciales y lugares de recreación que el 64.0% de los hombres (EVALUA, 2020)”.

A pesar de que hoy contamos con más mecanismos para salvaguardar los derechos de las mujeres, como la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia o la Ley Olimpia, no son han sido suficientes para proteger a las mujeres de la violencia, pero tampoco del impacto que produce la información sobre feminicidios y/o desapariciones.


La última violencia es el feminicidio

Los estímulos derivados de las noticias, que cada vez son más frecuentes y cercanas al entorno, impactan por el nivel de violencia con el que se cometieron los asesinatos, en muchos casos a manos de personas conocidas.

“En la actualidad, los homicidios se cometen con mucha frialdad; eso nos impresiona a todos. Hay una falta de conexión del asesino con la víctima y con la vida humana, y son crímenes cada vez más exentos de emoción”, alertó la directora del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH) de la UNAM, Elisa Speckman Guerra, en el ciclo de conferencias El Historiador frente a la Historia 2023.

La especialista en salud mental, Ana Celia Chapa, asegura que el temor que sienten las mujeres actualmente es legítimo, por la cantidad de casos que hoy salen a la luz en los medios de comunicación y por la crueldad con la que se cometen los crímenes, por lo que, enfatiza, es importante observar la violencia que cada una pueda vivir en lo particular, lo que, dice, evitará que escale.

Foto: Romina Solís | El Sol de México

La doctora explica que “la violencia nunca es de nivel bajo, siempre es medio y alto”, siendo el feminicidio el último acto de violencia, por lo que es necesario identificarla y buscar espacios o instancias que permitan obtener más herramientas de seguridad en cada uno de los entornos.

Crear círculos de reflexión

Además del trabajo particular, es necesario trabajar en el estrés que se produce en niñas y adolescentes por medio de estas noticias, razón por la que considera de suma importancia crear “círculos de reflexión para que no se quede como en la sensación de estamos ‘muy angustiados’, sobre lo que somos las mujeres, quiénes somos y que eso se pueda ir transmitiendo e ir cambiando ciertas conductas machistas-misóginas”.

Pérez es enfática al sugerir que el estado debe ser responsable de garantizar las medidas de seguridad y trabajar en que se responsabilice a las mismas mujeres, para pasar del “pánico social, a las acciones colectivas concretas, al exigir al estado garantías, poder discutir de qué manera podemos identificar las violencias, de qué manera puedo apoyar a quién están violentando y lo estoy permitiendo, de qué manera puedo pedir ayuda”.

La especialista también lanzó un mensaje a los medios de comunicación, para abordar el tema desde perspectivas más humanas, ya que estas noticias pueden “generar ansiedad, angustia, y es algo de lo que no podemos escapar, pero hay que lanzar mensajes no revictimizantes para quienes viven, y no verlos como (casos) aislados, son productos de una situación y de un contexto”, y que el mensaje sea tomar conciencia del origen de cada una de las violencias.

Foto: Cortesía GobCDMX

Víctimas colaterales

Los hijos de Lesly, sepultada hace dos semanas, nunca se imaginaron que el día del niño sería la última vez que la verían con vida, el feminicida prófugo de la justicia no pensó en los menores de 8 y 9 años de edad que dejaría sumergidos en la tristeza, al igual que al resto de sus seres queridos.

El caso de Lesly tomó tal relevancia desde que sus familiares decidieron manifestarse en la Ciudad de México, para después viajar a Morelos, donde encontraron pistas para su localización, que después los llevó a Guerrero donde fue encontrado su cuerpo el pasado 16 de mayo, y de cuya muerte se responsabiliza a su expareja, Alberto Alejandro "N".

Versiones de amigos cercanos y familiares, reconocieron la violencia pasivo-agresiva dentro la relación de Lesly con Alejandro, donde el control y los chantajes eran recurrentes hacia Lesly, por lo que decidió dejar la relación tiempo atrás.

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La recomendación de la psicóloga de la UNAM Ana Celia Chapa cobra relevancia al enfatizar en observar si en el entorno se está viviendo alguna especie de violencia, ya que suele incrementar con el tiempo y las consecuencias pueden derivar en una fatal consecuencia.

Para la especialista, es indispensable pedir ayuda en caso de estar en una relación o entornos violentos, o bien, para identificar si eso está ocurriendo y atender la situación para evitar que escale y, aclaró que es indispensable no responsabilizar a las víctimas tras un hecho hostil.

Foto: Cortesía GobCDMX

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