Desde hace tres días la Plaza Giordano Bruno en la Alcaldía Cuauhtémoc, fue poblada por haitianos que buscan conseguir un permiso para quedarse a vivir en el país o en su defecto poder llegar a Estados Unidos.
En la Ciudad de México más de 320 personas, en su mayoría familias completas de haitianos con sus hijos coparon ya la Plaza Giordano Bruno, conocida como la Pequeña Haití, donde las canchas multicolores de las casas de campaña ya abarcaron toda a plancha del lugar, en espera de una pronta respuesta a su reclamo de entrega de algún permiso para transitar legalmente por el país o solución a sus solicitudes de asilo como refugiados.
En un recorrido por esta zona, se pudo constatar en el estado deplorable en que viven estos migrantes en dicha zona, pues carecen de los principales servicios.
Entre anafres para cocinar algún alimento para poder comer, los haitianos se encuentran desesperados por solucionar su estado actual, pues reconocieron que vivir en esta situación es inhumano.
Recientemente, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum confirmó que el campamento de Bosque de Tláhuac ya no se abrirá, por lo que abrirán una nueva estancia en un sitio más cercano a las oficinas migratorias, lo que agrava la situación ya que no especificó fecha ni sitio donde estará el nuevo albergue.
La mandataria capitalina informó que decidió cerrar este albergue temporal al quedar rebasado su capacidad de atención, ya que tenía programado atender a 180 personas y llegó el nivel de que había más de 4 mil gentes, la mayoría migrantes que buscan seguir su camino hacia Estados Unidos, por lo que al cerrarse esta estancia muchos de ellos regresaron a las inmediaciones de la Plaza Giordano Bruno, donde esperarán la entrega de documentos que les permita el libre tránsito en el país.
“Aquí no hay vida”, dijo Vicente un haitiano que sufre las carencias diarias en este lugar, pues sufren las lluvias y los fuertes vientos, además reconoció que por las condiciones en que viven hay gente que se ha enfermado y no poder acudir aún médico, es muy difícil.
Vicente se encuentra aquí con su esposa y dos niños que sufren las carencias “en la casa de campaña dormimos cuatro personas, pero hay oras casas en donde viven cerca de seis personas”, dijo.
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Reconoció que hasta el momento ni alguna autoridad capitalina les ha extendido la mano para ayudarlos “no, no, ayer (miércoles) vino alguien y me pidió mí nombre y digo que regresaría para alojarnos en un hotel y es la hora que no ha llegado”.
Algunos de los entrevistados aseguraron que permanecerán en el sitio hasta que les den respuesta a sus solicitudes de refugio, cuya fecha para su primera cita la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) se les programó para el próximo 30 de este mes.
Personal de la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social (SIBISO) comenzó un censo de las personas que se encuentran en el lugar, con el objetivo de medir la capacidad para atención y alimentación de esta comunidad migrante.
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