Ciudad de México- El saldo blanco tras el sismo de magnitud 7.5 dejó más tranquilos a los habitantes del Multifamiliar Tlalpan, quien salieron al escuchar la alerta sísmica, sintiendo el movimiento telúrico en los pasillos y escaleras.
El recuerdo del terremoto en septiembre de 2017 de inmediato les vino a cabeza mientras contemplaban el movimiento de los edificios que, en aquel año, quedaron dañados y por los que pelearon mucho para su reconstrucción y entrega.
A Claudio lo agarró dormido y cansado tras su jornada laboral nocturna, sus dos hijas lo despertaron y salieron a prisa para ponerse a salvo, mientras en el camino se encontraban a los amigos y vecinos, muchos de ellos con miedo a que las estructuras no resistieran.
En el sismo de hace más de dos años, Claudio llevaba a sus hijas a la escuela cuando sintieron el temblor y regresaron a la zona del multifamiliar donde “todo era un desastre, dentro y fuera de los edificios, la gente triste en las calles, entonces uno se imagina lo peor”.
Una de las jovencitas dijo no haber tenido miedo, “pero sabía que tenía que salir rápido”, en tanto, su hermana menor confesó, “yo me asusté mucho, lo que quería era despertar a mi papá y salir todos a la calle, no sabía si los edificios podían resistir otro temblor tan fuerte”.
La situación fue angustiosa para doña Clemen, como le llaman sus allegados, “pensé que no iba a salir a tiempo, se sintió igual de fuerte que la vez pasada, algunos vecinos nos ayudaron hasta que llegamos a la calle y me esperaron”.
La señora Clementina de 85 años de edad, llegó a vivir al Multifamiliar Tlalpan hace 17 años con su hija y pasaron dos años “muy difíciles porque tuvimos que vivir con la familia y eso es difícil, estábamos contentos de regresar al departamento hace un mes y nos recibe un temblor”.
Algunos vecinos tuvieron tiempo de salir con cubrebocas, otros no pensaron en ello, pero esperaron en la calle durante algunas horas, en lo que el personal Protección Civil revisaron los edificios que hace unos meses se comenzaron a habitar, para verificar que los propietarios no corrieran peligro.
A causa de los nervios, algunas personas dejaron una que otra estufa encendida y se reportó una fuga de gas, por lo que la compañía responsable acudió al lugar para a los trabajadores de PC, para después, permitir a las familias regresar a casa, aún con temor a una réplica.