Don Armando afirmó que la noche de este lunes “peregrinó” más de cuatro horas para llegar al Hospital General de Atizapán Zaragoza, donde está internada su esposa desde hace varios meses, ya que no había transporte público que lo pudiera acercar.
“Me salí como pude cuando vi en la tele que se estaba metiendo agua al hospital (…) nadie quería venir para acá y los micros de la ruta se tardaron mucho; había mucho tráfico por todas partes y hasta me dieron ganas de bajarme a caminar, pero el agua estaba muy alta”, comentó mientras intentaba ingresar al nosocomio.
Al llegar al cruce de Boulevard Adolfo López Mateos y la calle Montesol, Don Armando descansó unos minutos a un costado de los locales ambulantes de alimentos y se compró un pan de dulce con un café caliente.
Me preocupé por mi viejita, está delicada y si se mojaba no sé que le pudo pasar, por eso vine a ver si la podía ayudar en algo. Ahora a ver qué me dicen, si ya se la llevaron o sigue aquí
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En un instante devoró su alimento y caminó hasta la entrada del estacionamiento donde se entrevistó con una policía privada, quien luego de varias preguntas le permitió ingresar al hospital para que hablara con las autoridades.
Personal del Hospital General de Zaragoza “Dr. Salvador González Herrejón” estableció un puesto de mando en la explanada del mismo para brindar apoyo, orientar y dar información sobre los pacientes a todos los familiares.
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