La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación demanda un aumento salarial emergente y amaga con realizar un paro nacional. Asimismo, exigen se deroguen la Unidad de Medida Administrativa (UMA) y las Afores.
Los maestros disidentes invitaron a todos los sindicatos a luchar por un aumento salarial del 100 por ciento para recuperar la pérdida del poder adquisitivo, defender e incrementar nuestras prestaciones laborales actuales.
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Aun cuando en el presente sexenio ha habido aumentos al salario mínimo, este no ha impactado en los salarios contractuales de los trabajadores formales, quedando muy por debajo de la inflación y lejos de la canasta básica.
Los sindicatos existentes, lejos de velar por los intereses de sus afiliados, recrudecen el entorno hostil donde nos situamos, debido a su corporativización y afinidad a los gobiernos burgueses.
Así como impulsar la lucha contra “el charrismo sindical” y por la democratización de los sindicatos. Demandan el restablecimiento de la jubilación solidaria para todos los trabajadores.
“Los trabajadores deben ser quienes en una organización contundente defiendan sus derechos. Es necesario que en el VI congreso nacional extraordinario preparemos la huelga nacional”, adelantaron.
En su pasado Foro Nacional Sobre el Salario llamó a los organismos sindicales y a las agrupaciones de jubilados y pensionados a organizar una Jornada Nacional de Movilización con base en un pliego petitorio nacional de demandas.
Ahí los maestros disidentes se pronunciaron por la construcción de un Frente Único de Clase para exigir aumento salarial y acumular fuerzas para avanzar hacia un estadío de lucha superior.
La Coordinadora recordó que en su historia iniciada a finales de la década de los setenta, con una convicción firme y contundente no deja duda que ha velado por las causas justas, en beneficio del gremio magisterial.
Los profesores resaltaron que la CNTE nunca ha dejado de abrazar las causas populares y la lucha por mejorar las condiciones laborales y de vida de todo el pueblo de México.
Y remarcaron que el salario mínimo debiera responder a la cantidad de tiempo de vida invertido por el trabajador o la trabajadora en la producción o prestación de servicios, y en años recientes, en México se ha evidenciado como uno en el que se trabajan más horas y sus percepciones salariales se encuentran en el fondo de las mediciones internacionales, es decir, se trabaja mucho y se gana poco.
La depreciación del salario ha rebasado la barrera del 70% y aunado a problemas globales como fue la pandemia evidenció aún más la precarización de la calidad de vida de las personas en general, pero, sobre todo, mermó la fuerza laboral.
Es innegable que el estado mexicano, los dirigentes propatronales y los partidos políticos han avalado las reformas estructurales y lesivas contra el pueblo.
También exigieron el retiro de las iniciativas de ley de López Obrador del 5 de febrero relativas a los salarios mínimos profesionales y pensiones.
Además, de la supresión de la contrarreforma al artículo tercero constitucional, la erradicación de la ley general del sistema para la carrera de las maestras y los maestros y el brazo ejecutor del Usicamm.
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