Entre Rock and Roll, chamarras negras de cuero y cerveza, exintegrantes de la famosa banda de "Los Panchitos", celebraron su 44 aniversario, con su gente, en un evento especial realizado en la colonia 16 de Septiembre, el pasado sábado, en la alcaldía Miguel Hidalgo, el sitio que los vio nacer.
Sobre el escenario colocado sobre la calle Poniente 75, casi esquina con Sur 144, a un costado del Panteón Israelita, tocaron un total de 20 bandas que hicieron bailar al grupo de aproximadamente 500 asistentes, incluso a unos niños de cerca de 8 años, quienes alegres, imitaban los pasos de los más grandes. Era un día de fiesta.
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De esos niños de entre 11 y 13 años de edad, que fundaron la agrupación que causaba terror principalmente en el Sur Poniente de la CDMX, entre los cuales se encuentran los nombres de Adán, Fernando "El Cuate", Cirilo, "Mimoso", "El Sapo", Toño "El Masas" y "El Lego", los que sobreviven, hoy son padres, abuelos, profesionistas y activistas sociales.
"¡Una foto mi Lego!", le gritaban a Martín Legorreta, quien junto con su hermano Jesús, lidera la organización, mientras caminaba abriéndose paso entre la gente. Posaba junto a los suyos frente a los teléfonos celulares. El hombre de tez morena, alto, fuerte y de mirada franca, no le niega el saludo a nadie, se siente orgulloso de ser parte de la historia.
"Nos reuníamos en un comedor para niños pobres. Llegábamos nada más con la cuchara. Aquí nos empezamos a juntar, de ahí comenzamos y nos extendimos. No teníamos idea de hacer una banda. Ya cuando vimos ya nos estábamos enfrentando con más y más bandas", dijo "El Lego", quien actualmente tiene 56 años.
Un robo que salió mal a los 12 años
Un robo que salió mal, viene a la mente de Martín. "A los 12 años fuimos ahí al Cuerno y robamos una tienda, ahí mataron al primero de nosotros. El tendero salió, disparó y lo mató, nomas porque robamos papitas y todo el resto. Era un niño. Luego salió libre", dijo, refiriéndose a un suceso ocurrido en calles de la colonia El Cuernito, ubicada en la alcaldía Álvaro Obregón.
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"El Chuchote", Jesús Legorreta, de 59 años de edad, un hombre espigado, vestido de chamarra negra de cuero y con mirada desafiante, es quien dirige la organización. Para él, quien fue ocultado con apodos falsos, como "El Jefe Maya", o "El Jefe Hacha", para que la policía no pudiera seguirle la pista, ya no hay más pleitos ni robos. Ahora se le ve bailando junto a su esposa, portándose bien.
"Éramos chiquillas desmadrosas que íbamos a la secundaria. Por bailar Rock and Roll y andar en el relajo nos unimos a la banda, éramos chicos inocentes. Los muchachos decían: vamos de compras, e iban a robar. En mi casa no sabían que yo andaba con ellos. Cuando empezaron las redadas, a mí me escondieron en Michoacán", comentó Rebeca Olivares, quien se integró al grupo, también a los 11 años.
Como si de una inocente broma se tratara, quedaron en el recuerdo esas peleas con palos y piedras contra grupos contrarios para hacerse respetar, el cometer uno que otro delito menor y drogarse con solventes, en comparación con los actos atroces y violentos y el consumo excesivo de droga que actualmente se percibe en la capital.
Falta de oportunidades, origen de la banda
Humberto Morgan, exintegrante de la banda, quien fue Jefe Delegacional de la alcaldía Miguel Hidalgo, afirma que la marginación social y la falta de oportunidades dieron origen a la banda de delincuentes juveniles. Él está en desacuerdo con la forma de proceder del actual Gobierno federal, encabezado por Andrés Manuel López Obrador.
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"Opino que este Gobierno es una respuesta fallida a una manifestación legítima de hartazgo de la ciudadanía. Se aprovecha de la buena voluntad de la gente. El recurso destinado a los programas compensatorios, debería de ser utilizado para incentivar realmente la creatividad y el desarrollo de los jóvenes", expresó Morgan, aprovechando el marco del festejo de aniversario.
Martha Angélica Hurtado, conocida como "Angi", estaba entre los asistentes al evento. Ella se integró a la pandilla desde los 11 años. Sus hermanas la invitaron. Ellas son conocidas como "Las Rumanias", sobrenombre derivado de un intento por llamarlas "The Runaways", por su parecido con las integrantes de la banda de Hard Rock y Punk de los 70's.
Los Panchitos, con labor social y tocadas con causa
"Hoy por hoy nos dedicamos a hacer labor social, a hacer tocadas con causa. Llevamos productos de limpieza personal a los reclusorios, principalmente a los femeniles. Algunos llevan comida a los hospitales y donativos a las Casas Hogar", dijo la mujer que atrae las miradas por su belleza.
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La fiesta duró hasta la madrugada del domingo, en un ambiente de camaradería y respeto. "Los Panchitos", seguirán siendo recordados como un referente de inconformidad y desigualdad social. Como ese grupo de niños que a través de transgredir la ley, sentaron las bases para que los derechos de los jóvenes se convirtieran en un tema importante para las autoridades.
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