La Ciudad de México es una de las urbes más importantes de todo el mundo, los grandes acontecimientos que han sucedido alo largo de la historia abarcan desde la existencia de una de las culturas más relevantes de la historia, hasta momentos como los JJOO de México 1968 y los Mundiales de 1970 y 1986, sin embargo, la importancia de nuestra capital va más allá de este milenio e incluso, desde antes de que la humanidad pudiera dominar el planeta y así lo demuestran los miles de hallazgos que se han tenido de fósiles animales pero hay unos en especial, que llaman la atención y que puedes ver con tus propios ojos sin necesidad de ir a un museo.
Se trata de los fósiles milenarios llamados Gasterópodos que se encuentran en el Metro de la CDMX, mismos que datan del periodo llamado Cámbrico, el cual es mejor conocido por ser la primera fase de la era Paleozoica, la cual comenzó hace aproximadamente unos 538.8 millones de años y terminó alrededor de 486.9 millones de años atrás.
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A pesar de que están a la vista de todos y en varias estaciones como Deportivo 18 de Marzo, Potrero, Universidad, Nativitas, Santa Anita e incluso algunas de las más modernas como Mixcoac en la Línea 12, pocas personas notan su presencia ya que están totalmente adheridos a la piedra onix, misma que sirve de superficie en el suelo de todos los andenes del Sistema de Transporte Colectivo Metro.
¿Cómo llegaron los fósiles al Metro de la CDMX?
Fue durante las obras de construcción de las Líneas 2, 3, 4 y 5, que el gobierno hizo un pedido masivo de piedra onix proveniente de los municipios San Antonio Texcala y Tepexi de Rodríguez, ambos localizados en el estado de Puebla.
Al momento de ensamblar fue que se descubrió cómo las formas de vida que vivieron en la tierra hace millones de años ya venían impregnadas y hoy maravillan a todos aquellos que los pueden descubrir mientras utilizan el Metro.
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