/ martes 26 de noviembre de 2024

Las posadas serán 20% más costosas que el año pasado: ANPEC

La escalada inflacionaria también se deja sentir en los precios de los principales alimentos, artículos decorativos y piñatas para esta celebración

Las tradicionales posadas que se realizan en los centros de trabajo, en escuelas, entre amigos y familiares costarán 20% más caras este año en comparación con 2023, informó la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC).

La escalada inflacionaria también se deja sentir en los precios de los principales alimentos, artículos decorativos y piñatas para esta celebración, por lo que para realizar esta reunión se deberá presupuestar un costo aproximado de 8,400 pesos.

Te recomendamos: Canales de Xochimilco podrían secarse en 2030; hay alarma entre pobladores

En la actualidad, las posadas que destacan son las que se llevan a cabo en los centros de trabajo, las escuelas y entre amigos, 9 de cada 10 posadas se han convertido simplemente en celebraciones prenavideñas y han perdido la tradición religiosa que les dio origen.

La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) realizó un sondeo de mercado y encontró que se encareció en un 20%, pasando de costar 7 mil pesos el año pasado a 8,400 pesos en promedio hoy, considerando un grupo de diez personas, siendo la cena el gasto de mayor costo en 3 mil, seguido de las bebidas con alcohol incluido 2,600 pesos, botanas 1,000 pesos, decoraciones propias de la ocasión $700.00, velas y luces de bengala $600.00 y piñata llena de dulces $500.00.

A estos gastos habrá que sumar el del intercambio de regalo que no baja de 500 pesos y, por supuesto, el atuendo en caso de estrenar en el evento que puede implicar un gasto de entre 3 mil a 5 mil pesos por pantalón, camisa y zapatos.

Las posadas tradicionales son con un enfoque más religioso y apegadas a las raíces culturales, se reducen a sólo 1 de entre cada 10 y suelen observarse en comunidades rurales y pueblos mágicos, donde las tradiciones son el eje central de la vida comunitaria, con procesiones, cánticos religiosos y la representación del peregrinaje de María y José.

Foto: Jaime Llera | La Prensa

Estas celebraciones incluyen el rezo del rosario, villancicos y la entrega de dulces y frutas; las comunidades locales de San Juan Teotihuacán en el Estado de México, el pueblo de Tepoztlán en Morelos, en San Miguel de Allende, Guanajuato, muchas comunidades indígenas y rurales de Oaxaca, los barrios históricos de Tlaxcala, Pátzcuaro y la región Purépecha en Michoacán, en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, pueblos mágicos como Atlixco, Cholula y otras localidades cercanas en Puebla, son lugares que ofrecen aún una experiencia de las posada auténtica de origen religioso.

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“El mundo pragmático del presente y el ahora cancela cada vez más al mundo de la fe y la esperanza, estamos cavando la tumba del porvenir y el ayer, la preocupación de vida de las nuevas generaciones se circunscribe a un presente asfixiante y frívolo. Recuperar la fe, la esperanza y el sueño de un futuro mejor es la cuna del idealismo, hoy herido de muerte por un materialismo hueco y sin sentido”, señaló Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.

En pleno siglo XXI las peregrinaciones a la virgen de Guadalupe se mantienen; sin embargo, las posadas se han alejado de su origen, de celebrar, rezar y adorar el nacimiento del niño Dios, ahora se han convertido en reuniones previas a la Navidad, sin vínculo alguno con el mundo de la fe, indicó Rivera.

“La inflación mata la tradición y el factor económico se convierte en el principal lastre que agüita la participación de celebraciones como la posada, incluso muchas grandes empresas, por razones de austeridad, han ido disminuyendo el tamaño de la posada para sus trabajadores y otras incluso cancelado el evento. Cada vez son menos este tipo de convivencias sociales. De ahí que podamos afirmar que las posadas se encuentran en proceso de extinción”, concluyó Rivera.

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Las tradicionales posadas que se realizan en los centros de trabajo, en escuelas, entre amigos y familiares costarán 20% más caras este año en comparación con 2023, informó la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC).

La escalada inflacionaria también se deja sentir en los precios de los principales alimentos, artículos decorativos y piñatas para esta celebración, por lo que para realizar esta reunión se deberá presupuestar un costo aproximado de 8,400 pesos.

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En la actualidad, las posadas que destacan son las que se llevan a cabo en los centros de trabajo, las escuelas y entre amigos, 9 de cada 10 posadas se han convertido simplemente en celebraciones prenavideñas y han perdido la tradición religiosa que les dio origen.

La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) realizó un sondeo de mercado y encontró que se encareció en un 20%, pasando de costar 7 mil pesos el año pasado a 8,400 pesos en promedio hoy, considerando un grupo de diez personas, siendo la cena el gasto de mayor costo en 3 mil, seguido de las bebidas con alcohol incluido 2,600 pesos, botanas 1,000 pesos, decoraciones propias de la ocasión $700.00, velas y luces de bengala $600.00 y piñata llena de dulces $500.00.

A estos gastos habrá que sumar el del intercambio de regalo que no baja de 500 pesos y, por supuesto, el atuendo en caso de estrenar en el evento que puede implicar un gasto de entre 3 mil a 5 mil pesos por pantalón, camisa y zapatos.

Las posadas tradicionales son con un enfoque más religioso y apegadas a las raíces culturales, se reducen a sólo 1 de entre cada 10 y suelen observarse en comunidades rurales y pueblos mágicos, donde las tradiciones son el eje central de la vida comunitaria, con procesiones, cánticos religiosos y la representación del peregrinaje de María y José.

Foto: Jaime Llera | La Prensa

Estas celebraciones incluyen el rezo del rosario, villancicos y la entrega de dulces y frutas; las comunidades locales de San Juan Teotihuacán en el Estado de México, el pueblo de Tepoztlán en Morelos, en San Miguel de Allende, Guanajuato, muchas comunidades indígenas y rurales de Oaxaca, los barrios históricos de Tlaxcala, Pátzcuaro y la región Purépecha en Michoacán, en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, pueblos mágicos como Atlixco, Cholula y otras localidades cercanas en Puebla, son lugares que ofrecen aún una experiencia de las posada auténtica de origen religioso.

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“El mundo pragmático del presente y el ahora cancela cada vez más al mundo de la fe y la esperanza, estamos cavando la tumba del porvenir y el ayer, la preocupación de vida de las nuevas generaciones se circunscribe a un presente asfixiante y frívolo. Recuperar la fe, la esperanza y el sueño de un futuro mejor es la cuna del idealismo, hoy herido de muerte por un materialismo hueco y sin sentido”, señaló Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.

En pleno siglo XXI las peregrinaciones a la virgen de Guadalupe se mantienen; sin embargo, las posadas se han alejado de su origen, de celebrar, rezar y adorar el nacimiento del niño Dios, ahora se han convertido en reuniones previas a la Navidad, sin vínculo alguno con el mundo de la fe, indicó Rivera.

“La inflación mata la tradición y el factor económico se convierte en el principal lastre que agüita la participación de celebraciones como la posada, incluso muchas grandes empresas, por razones de austeridad, han ido disminuyendo el tamaño de la posada para sus trabajadores y otras incluso cancelado el evento. Cada vez son menos este tipo de convivencias sociales. De ahí que podamos afirmar que las posadas se encuentran en proceso de extinción”, concluyó Rivera.

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