La Misa de las Rosas es una tradición que se lleva a cabo en la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México, al mediodia del 12 de diciembre está dedicada a la Virgen de Guadalupe, considerada la patrona de México y Emperatriz de América.
Ante los miles de creyentes en el interior y atrio guadalupano, el Arzobispo Primado de México, Carlos Aguiar Retes, presidió la celebración religiosa concelebrada con obispos auxiliares, el rector del templo mariano, Efraín Hernández y parte del cabildo guadalupano, resaltó por qué, así como es la Madre de Jesús, la Virgen María también es Madre Nuestra.
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Por eso, añadió el Arzobispo de México, María es la Madre de la Iglesia, y Nuestra Madre. “Ella ha querido seguir manifestando su amor, como Madre de la Iglesia, por eso vino a México, a buscarnos para expresarlo a todos sus hijos, como lo manifestó a San Juan Diego al revelarle su deseo con estas palabras: ‘Escucha hijo mío el menor, juanito: Sábelo, ten por cierto hijo mío, el más pequeño, que yo soy la Perfecta siempre Virgen Santa María’”.
“Que sea Madre de Jesús –agregó en su homilía- nadie lo niega, ni cuesta trabajo entenderlo; pero, ¿por qué Madre Nuestra? Jesús desde la Cruz, le expresó a María que moría él y volvía con su Padre, pero que ahora ella cuidara y acompañara a su discípulo Juan, presente en el Calvario, diciendo ‘ahí está tu hijo’”.
El resto de su vida María acompañó no sólo a Juan sino a todos los demás discípulos de Jesús, y juntos a los 50 días de aquel acontecimiento en el Calvario, recibieron el Espíritu Santo”.
En esta celebración religiosa del 492 Aniversario del Acontecimiento Guadalupano, los devotos llevan consigo rosas para ser bendecida durante la ceremonia. Al final, los religiosos reparten las flores y también entre ellos se da una rosa bendita.
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Oración especial
Asimismo, en la Misa, Carlos Aguiar dirigió la siguiente oración a la Virgen por los jóvenes y por los sacerdotes:
Señora y Madre nuestra, María de Guadalupe, este 12 de diciembre, te pedimos especialmente por los jóvenes para que, acompañados por guías sapientes y generosos, respondan a la llamada que tú diriges a cada uno de ellos, para realizar el propio proyecto de vida y alcanzar la felicidad.
Que aprendan de ti, y mantengan abiertos sus corazones a los grandes sueños, descubran que la felicidad y la alegría son frutos del amor y del servicio en favor de sus hermanos, superando la tentación de la búsqueda del placer por el placer, y logren orientar sus instintos, buscando siempre el bien del ser amado por encima del propio bien.
También te pedimos por todos tus hijos que hemos sido llamados a vivir el celibato para expresar desde esta vida el Reino de los cielos, con generosidad y alegría.
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Misa de las Rosas
La Misa de las Rosas tiene como propósito recordar el momento histórico en el que el indígena san Juan Diego Cuauhtlatoatzin se presenta ante el primer obispo de México, fray Juan de Zumárraga, y frente a él, desdobla su tilma que contenían rosas como las de Castilla, y en donde aparece estampada la milagrosa imagen de la Virgen de Guadalupe.
Según las tradiciones populares, la narrativa relata la preocupación de Juan Diego por la salud grave de su tío. Posteriormente, tras dirigir sus inquietudes a la Virgen de Guadalupe, ésta le concedió un milagro sanador para su familiar. En un acto extraordinario, Juan Diego recogió unas rosas del cerro, un gesto considerado prácticamente imposible debido al lugar árido donde se encontraba.
También narra que las rosas fueron cortadas y llevadas en su ayate. Posteriormente la imagen de la Virgen de Guadalupe quedó impregnada en la prenda como agradecimiento y un recordatorio del milagro.
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