Son madres, hijas, abuelas, tías, amigas, luchadoras, astronautas, emprendedoras… Los murales sirven para rendirle homenaje a aquellas que están y, a las que no también, sirven para reproducir su belleza, pero también su fuerza y determinación: “Mamá me enseñó a luchar”, reza una frase plasmada en una pared de Iztapalapa, que inspira a las nuevas generaciones... y a las de antaño también: “Lo que no tuve para mí, que sea para ellas”, se lee en otro muro. Muros que gritan la lucha por el respeto y el derecho a la vida.
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