Los pasillos van repletos de gente, el barullo inunda el ambiente y desde el puente que cruza Fray Servando y conecta con el Mercado de Sonora, se respira el ambiente decembrino, comerciantes ofrecen todo tipo de artículos: “¡Pásele mi gente!, ¡Qué le vendemos!” “¿Cómo qué busca?”, pregonan los marchantes.
Pero nos dirigimos a la zona de “hierbas medicinales y místicos” del Mercado de Sonora y apenas poner un pie dentro, se respira todo tipo de esencias y de hierbas que despiertan los sentidos.
De inmediato llaman la atención las velas, hierbas, los “conejitos de la abundancia”, las veladoras docenarias de colores, las figuras de los borreguitos con sus semillas que atraen la buena suerte, todos con el mismo fin: cumplirle sus aspiraciones a quien los adquiera.
Por ello, personas de todos los lugares de la Ciudad de México, estados de la República e incluso, extranjeros se agolpan en estas épocas al Mercado de Sonora, para realizarse algún ritual mágico o para adquirir un producto que los proteja y les probé de un año 2023 próspero en todos los ámbitos de su vida.
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Así que no tardamos en preguntarle a una joven llamada Alejandra, el motivo que la llevó al místico Mercado de Sonora:
“Por lo regular vengo cada año a comprar mis velas, para prenderlas todo el año. Le rezamos a la Divina Providencia y las prendemos cada día primero de mes. La verdad me ha ido muy bien, por eso vengo cada año con don Manuel (dueño del local) a comprar mis velas”, señala con una evidente sonrisa en el rostro.
Así que le preguntamos directamente a don Manuel Valadez, dueño de uno de los locales, cuáles son los artículos que más compran las personas para hacer sus rituales de Año Nuevo:
“Básicamente, las personas vienen y piden por tres cosas fundamentales: para la salud, el dinero y las cuestiones sentimentales, entre ellas el amor”.
“Traigo abrecaminos pa’ tu destino”
“Uno de los rituales que más se realiza la gente son los llamados baños de despojo, los cuales consisten en limpiarse para botar todo ese tipo de cosas negativas, mas aún en cuestión de la enfermedad, hoy con esta situación del Covid, imagínate; así que son unos baños lustrales”.
“Estos consisten en usar unas hierbas lustrales, los cuales llevan eucalipto, alcanfor y hoja de guayaba y se le agrega un poco de loción de agua florida, se agita muy bien y la persona se debe bañar con un jabón de “abrecamino”, con ese se enjabona y con el agüita de las hierbas se enjuaga y se la debe aplicar en todo el cuerpo”.
“Con cada aplicación de esa agua, la persona debe pedir por lo que más quiera, por ejemplo, por la salud y el dinero”.
“Y con esa hierba, se casa usted”
“Para las cuestiones sentimentales se recomienda que coloquen en un recipiente unos 15 litros de agua tibia, se coloca un poquito de miel, y se le van a aplicar tres esencias: “ven dinero” “para mí” y “del amor”, las mezclan muy bien y la persona se va a bañar con jabón de “la chuparrosa”, y se lo debe aplicar muy bien en el cuerpo después del baño, y en cada bandejazo debe pedir lo que más quiera, para que venga la buena suerte en cuestiones sentimentales y pedir que lleguen a ellos personas que las valoren y las quieran”.
Las veladoras de la prosperidad
Por otra parte, don Manuel nos contó que otro ritual al cual recurre mucho la gente es el de las veladoras de la prosperidad:
“Estas veladoras vienen con semillas de la abundancia, son semillas comestibles. Cada veladora representa un mes del año, lo que la gente hace es despedir el 2022 con luz y de la misma manera el 2023. Una media hora antes del Año Nuevo se enciende la veladora, se reza una oración y se hace la petición, mientras se cena con la familia y llega el nuevo año. Ya después, se enciende una veladora cada día primero de mes y de igual forma, se hace la petición y una oración, siempre con mucha fe por lo que se está pidiendo”, concluyó don Manuel.
Borreguitos y conejitos de la abundancia
Por otra parte, doña Rosario, otra locataria del mercado que tiene 50 años vendiendo en Sonora, relató que uno de los artículos que más vende en estas fechas son los “borreguitos de la abundancia”:
“Los hay de todos tamaños. Traen sus semillas: arroz, lentejas, chícharos para que no falte el alimento y el dinero en todo el año en casa. También tenemos las semillas de la abundancia”, al instante que nos muestra unos costalitos, “Estas semillas las riega el día primero de enero en la puerta de su casa para que no falte la comida en su hogar durante todo el año”, indicó.
El alma de este lugar es sin duda la gente que abarrota los pasillos, que camina en todas direcciones buscando sus veladoras, sus hierbas, algún amuleto, otras preguntan a los locatarios cuál rito se ajusta más a sus necesidades, mientras los gritos de los vendedores son el termómetro del tradicional Mercado de Sonora, que parece un verdadero hormiguero.
Mercado de Jamaica, otra opción
Por otra parte, visitamos también el mercado de Jamaica, otro centro de comercio de los más concurridos en la Ciudad de México, donde hay también locales que ofrecen productos con artículos místicos. En uno de ellos, Giselle muy amablemente nos explicó:
“En estas fechas, lo que más se está llevando la gente son los “borreguitos de la abundancia” y “los conejos de la abundancia”, ya que el año 2023 en el calendario chino será el año del conejo”.
“Estos conejitos ya vienen preparados con semillas de la abundancia, los cuales traen chícharos, arroz, lentejas, y estos los pueden colocar en un altar o incluso hay algunos tamaño cartera, para que ahí los traigan y no les falte el dinero durante el año”.
Por su parte, Cecilia, otra locataria, nos explicó el significado de las veladoras docenarias y que se encienden una por mes:
“Pues la blanca significa salud y tranquilidad, la azul armonía en el hogar y la familia, la rosa estabilidad, la plateada y la dorada abundancia, para que les vaya bien económicamente hablando”.
“Estas veladoras las personas que tienen negocio las deben colocar ahí, en un altar, y cada mes encender una y hacer una oración pidiendo que les vaya bien”.
En su local, Cecilia también tiene unas veladoras en forma de pirámides con unos angelitos, unas mazorcas de colores para que no falte el alimento en los hogares, velas de colores y los baños herbales para despojarse de la mala suerte y las malas vibras.
Calzones de colores para el Año Nuevo
Otro de los rituales más populares igual de importante como el comer uvas, dar la vuelta a la manzana con unas maletas, es recibir el Año Nuevo con calzones de colores.
Así que dimos un recorrido por la zona de La Merced, donde Saraí, una comerciante de lencería nos platicó:
“Los colores más comunes que se lleva la gente para recibir el Año Nuevo son el amarillo para el dinero y el rojo para el amor, pues se tiene la creencia de que recibir el año con chones de estos colores nos ayudará a conseguir nuestros deseos”.
Saraí también nos comentó un poco sobre los colores que son menos comunes que se lleve la gente, pero explicó que el verde significa tener buena salud, el azul estabilidad económica, el blanco buena salud y los negros para tener muchas conquistas amorosas durante el año”.
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“El chiste es pasarlo felices”
Por otra parte, la señora Norma se dio una vuelta por La Merced y nos compartió su forma de recibir el Año Nuevo:
“Pues llevo aunque sea un brasiersito baratito porque la verdad, con todo lo que ha subido el presidente, ya no nos alcanza para casi nada; ya como está la cosa no podemos comer pavo ni birria, aunque sea un pollito rostizado para compartir con la familia, el chiste es pasarlo felices”.
Al preguntarle sobre el color de su lencería explicó:
“Pues llevo un brassier rojo, para que no me falte el amor, pero también deseo salud para todos, para todos los niños, para todos los enfermos, para los que no tienen de comer… en general deseo que nos vaya bien a todos, primeramente Dios”, concluyó muy emocionada doña Norma.
Así, el recorrido que realizamos por los mercados de Sonora, Jamaica y La Merced nos deja ver cómo la sociedad encuentra una forma muy personal y peculiar de desenmascarar, transformar e invertir las convenciones que silenciosamente nos organizan, mediante esa dimensión imperceptible, pero presente y diversa a la que se entra por medio del ritual y de la magia.
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