La industria restaurantera todavía no recupera los niveles que tenía antes de la pandemia, y ahora enfrenta el encarecimiento de prácticamente todos los alimentos, que incluso registran incrementos por arriba del índice inflacionario.
De acuerdo con el más reciente reporte del INEGI, el PIB restaurantero a finales de 2022 se ubicó 3 puntos porcentuales por debajo del registrado en 2019, informó el presidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac), Germán González, en entrevista para LA PRENSA.
El líder empresarial explicó que esto significa que la industria, después de la pandemia, no regresó del mismo tamaño que tenía, por lo que sin duda alguna, hay menos establecimientos, menos plazas de trabajo y menor volumen de transacciones.
El sector todavía no logra recuperarse totalmente de las secuelas que dejó la crisis sanitaria de Covid-19, pero ya enfrenta el reto inflacionario, que amenaza la sobrevivencia de los negocios por la escalada de precios que registran prácticamente todos los alimentos, incluso por arriba del índice general inflacionario.
Germán González recordó que en el punto más álgido de la pandemia, la Canirac estimó el cierre de 120 mil establecimientos; de los cuales, algunos lograron recuperarse, otros se transformaron o cambiaron de dueños. Sin embargo, indicó que el sector todavía se encuentra en 3 o 4 puntos por debajo de lo que se tenía hace tres años.
Indicó que de acuerdo con resultados de un estudio realizado por la Canirac, que midió cuatro indicadores, como: empleo, volumen de ventas, transacciones y número de establecimientos, se estima que la industria podría regresar a los niveles que tenía antes de la pandemia a finales de 2023, o incluso, en el primer trimestre de 2024. “Todavía nos queda un largo tramo por recorrer”, apuntó.
Respecto al incremento que han venido registrando los precios de los alimentos en el último año, Germán González indicó que los precios de los productos que compran regularmente los restaurantes, la parte agrícola va muy por encima de otros indicadores de precios.
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Por ello, explicó que el índice inflacionario para los restauranteros ha ido muy por arriba de la inflación general. “Si la inflación anual fue de 7.8%, la inflación para los restauranteros ha sido casi del 20% por el tipo de productos que compramos”, agregó.
“Si al ir a un restaurante los consumidores sienten que el precio ha aumentado es justamente por esto, porque la parte agropecuaria trae una tendencia muy por encima del índice inflacionario”, indicó González Bernal.
“Todos estamos esperando que empiecen a bajar los índices inflacionarios en los precios de alimentos, por lo que estamos viendo que vamos a seguir con esta tendencia por lo menos el próximo semestre”, indicó el líder de Canirac.
Los restauranteros han tenido que recurrir a una reingeniería para no repercutir el incremento de precios de los alimentos en el costo final de sus platillos, indicó Germán González.
Sin embargo, indicó que los restauranteros se encuentran en una encrucijada, toda vez que no pueden sacrificar la calidad o cantidad de sus platillos, pero tampoco subir mucho sus precios, ante el riesgo de que los consumidores empiezan a espaciar cada vez más sus visitas a los restaurantes.
“Si subes precios afectas tus ventas, por lo que la preocupación de todos los empresarios restauranteros es cómo subir lo menos posible los precios, sin lastimar o poner en una situación riesgosa el negocio o perder la clientela que espera recibir la misma calidad”, señaló.
“Para los restauranteros es un suicidio no darle al cliente la misma calidad. Tenemos que equilibrar entre no subir tanto los precios, pero a la vez mantener la calidad y el servicio que se tiene”.
Indicó que todavía no se observa un impacto en el consumo, debido a que la población ha espaciado sus visitas a los restaurantes o busca opciones más económicas. Sin embargo, advirtió que de continuar la tendencia inflacionaria, la población empezará a resentir el impacto en su bolsillo y podría empezar a ausentarse de los restaurantes.
Comentó que en la Ciudad de México, la industria es altamente competitiva por lo que hay una gran diversidad de precios y ofertas, además, de que después de la pandemia, el restaurante se ha convertido en el punto de reunión por excelencia para reuniones y convivencia social.
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