Del 100% de los árboles plantados en suelo de conservación de la Ciudad de México, mediante los programas de reforestación que promueve la Corenard, la supervivencia de éstos, alcanzan un índice del 80% en el último año de este sexenio. En algunas zonas reforestadas la sobrevivencia alcanza hasta 85%.
El índice de supervivencia fue obtenido por técnicos de la Corenadr utilizando la metodología del Informe de Sobrevivencia Inicial (ISI) para determinar el porcentaje de árboles que prosperan.
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Esta técnica, desarrollada por la CONAFOR, permite a los investigadores evaluar la salud y supervivencia de los árboles a través de un sistema de muestreo, evitando la necesidad de inspeccionar cada árbol individualmente.
A lo largo del año, ya sea por fuertes lluvias, vientos, sequía, maltrato de la gente, se pierden muchos árboles en calles, avenidas, parques, bajo puentes y zona de conservación; por lo que le corresponden a la Secretaría del Medio Ambiente local replantar árboles, así como a los vecinos sembrarlos frente a sus hogares o en sus casas, y todas las personas cuidarlos.
Más de 47 millones de plantas producidas
Ante la gran importancia de cuidar el medio ambiente y tener una capital más arbolada, la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural va a cerrar la presente administración con la producción de 47 millones de plantas. Y con 6 ediciones del reto verde, el cual inició en el 2019.
Desde el inicio de la presente administración a la fecha, se han sembrado más de 30 millones de árboles en suelo de conservación. Se prevé que al cierre, en septiembre próximo, se planten 40 millones de plantas, señaló la titular de Corenard, Columba López Gutiérrez.
Afirmó que el gobierno local, tras la reforestación de miles de árboles realiza diversas actividades de mantenimiento que en su conjunto buscan asegurar la sobrevivencia y favorecer el desarrollo de la planta establecida.
Entre ellas, la reapertura de cajetes, limpieza con herramientas manuales (machete, azadón, etc.), entre otras actividades que se observen necesarias en las visitas de seguimiento, explicó.
Esto debe realizarse, añadió, cuando en el área de intervención se esté desarrollando vegetación que represente competencia directa por recursos con la planta establecida (agua, luz, etc.).
Control de malezas
Columba López puntualizó que la rehabilitación de cajetes, la cual consiste en retirar el azolve acumulado dentro del cajete o reconstruirlo (en caso de presentar deslaves) para restablecer sus funciones de captación de agua esta actividad debe realizarse durante la plantación y previo o principio de la temporada de lluvias.
Pero también es muy importante el control de malezas, que tiene como objetivo eliminar la competencia de éstas, por agua, luz y nutrientes entre las plantas establecidas en la reforestación, para favorecer el desarrollo de las plantas.
La limpieza de cajetes contribuye al control de malezas; sin embargo, también hay que considerar que muchas de las especies consideradas como “malezas”, son especies pioneras y cumplen una función dentro del proceso de restauración, por lo que el control de malezas debe tener una orientación a disminuir la competencia directa con la planta establecida únicamente, indicó.
La directora de Corenard expuso que otro de los procedimientos es la reposición de planta muerta. “Con las visitas de seguimiento se visualiza la planta que no sobrevivió como rastros del tallo, follaje o raíces para hacer la sustitución por plantas vivas.
Esta actividad se realiza generalmente al año posterior de ser establecida la reforestación, dijo.
También se hacen podas para el levantamiento de fuste, para el desarrollo del árbol y evitar que en caso de incendio los afecte. Esta actividad se realiza después de algunos años o en especies de rápido crecimiento al año siguiente en temporada de hibernación del árbol.
Refirió que esas cifras no sólo reflejan un aumento en la producción, sino un compromiso inquebrantable con la diversificación y conservación ecológica.
Viveros para reverdecer la capital.
Para mantener verde a capital, la administración local tiene tres viveros: San Luis Tlaxialtemalco, Netzahualcóyotl, en Xochimilco y Yecapixtla, Morelos, donde se producen millones de plantas nativas, árboles y flores que se siembran en las distintas temporadas del año en el territorio capitalino.
En ellos, se producen las especies que dan vida y belleza a avenidas, calles, camellones, jardines públicos, así como en zonas boscosas y protegidas.
El Vivero de San Luis Tlaxialtemalco, área esencial de la Corenard, es uno de los pilares esenciales de este progreso. Su producción para los programas “Reto Verde” y “Restauratón” ha aumentado exponencialmente, pasando de 250 mil plantas en 2018 a 10.1 millones anuales a partir del 2021.
Produce árboles forestales para proteger y mejorar los bosques, ahí colectan semillas, les dan tratamiento y siembran plantas de calidad en contenedores Ahí se originan las especies nativas que van a restaurar el suelo de conservación de la capital mexicana.
Su producción va destinada a las 9 alcaldías que tienen suelo de conservación: Álvaro Obregón, Cuajimalpa, Gustavo A. Madero, Iztapalapa, Magdalena Contreras, Milpa Alta, Tláhuac, Tlalpan y Xochimilco.
El vivero Nezahualcóyotl, ubicado en la alcaldía de Xochimilco, produce más de 150 especies de plantas, como jacarandas, acacias negras, y arbustos; plantas para área urbana, árboles, arbustos y flores que embellecen las calles y ayudan a regular la temperatura de la capital.
En el de Yecapixtla se produce planta ornamental, que contribuye principalmente a la revegetación de las zonas urbanas, el cual se siembra cempasúchil, nochebuenas y otras decenas de especies, con una producción programada más de 200 mil plantas por año.
Reforestación y restauración
La reforestación y la restauración ecológica son dos términos que muchas veces se confunden y son muy distintos. Mientras que la reforestación se centra en repoblar zonas rápidamente deforestadas, la restauración ecológica persigue un enfoque más completo, buscando recuperar un ecosistema en su totalidad, abarcando fauna, flora, suelo y agua, expuso la Corenadr.
Es vital priorizar la restauración ecológica, pues implica una revitalización completa del ecosistema, más allá de la simple plantación de árboles.
Combatientes Forestales: Héroes de los Núcleos Agrarios
En el suelo de conservación laboran hombres y mujeres guardianes de los bosques: las y los brigadistas y combatientes forestales, que encarnan la herencia agraria, al ser ellos mismos miembros de los ejidos y comunidades que han sido dueños y protectores de estas áreas naturales por siglos.
El cuerpo de combatientes forestales de la capital se compone de 2,119 mujeres y hombres capacitados, más 500 brigadistas de apoyo.
Estos dos millares se distinguen del resto de brigadistas por la capacitación y certificaciones con las que cuentan, pero que en su conjunto suman un grupo de 4,500 elementos que protegen las 88,440 hectáreas del suelo de conservación, apoyados por Corenadr través del programa Altépetl Bienestar.
Las y los combatientes forestales provienen de las mismas comunidades y ejidos que se esfuerzan por proteger.
Con el programa Altépetl Bienestar, su realidad ha cambiado drásticamente: el apoyo económico que reciben se ha incrementado hasta en un 300%, además cuentan con un seguro de vida y contra accidentes.
Hoy son muchos más: en 2018 sólo existían 1,800 brigadistas, y ahora son más de 4,500. Están capacitados y bien equipados; todos los combatientes cuentan con equipo especializado, uniformes, cursos y talleres que los posicionan como uno de los mejores a nivel nacional.
Los combatientes de incendios forestales en CDMX actúan en el marco del Protocolo para la Atención de Incendios Forestales en Suelo de Conservación, un instrumento jurídico que establece las instrucciones y procesos que deben seguir las instituciones de los tres órdenes de gobierno en el marco del Programa de Incendios Forestales.
Detección de incendios
Cuando un incendio ocurre, este es detectado por alguna de las 13 torres de vigilancia, las cuales dan aviso al Centro Estatal de Manejo del Fuego (CEMF), que funciona las 24 horas los 365 días del año, encargándose de coordinar y distribuir los recursos humanos (brigadas) y materiales (herramientas y equipos) hacia los siniestros.
La ciudad cuenta con dos distinciones a nivel nacional: Primer lugar Nacional en detección de columnas de humo (5 minutos), cuando a nivel nacional es 1 hora con 1 minuto; y Segundo lugar Nacional en llegada al incendio (44 minutos), cuando a nivel nacional son 3 horas con 54 minutos.
Desde 2020, la ciudad ha sumado a su estrategia para el combate de incendios forestales a los vehículos aéreos no tripulados (drones), con los cuales se genera información sobre la topografía, composición y estado de salud de todo el Suelo de Conservación, con una definición de centímetros.
Así, las más de 88 mil hectáreas se han dividido digitalmente en más de 1,200 cuadrantes, de los cuales se conocen sus características para facilitar la coordinación en la prevención, combate y control de incendios, sanidad forestal y vigilancia ambiental.
De los últimos 10 años, anualmente se presenta un promedio de 885 incendios forestales que afectan una superficie de 2,410 hectáreas.
Más de 1020 incendios con vocación forestal en lo que va del 2024
En lo que va del año 2024, se han combatido 1,020 incendios con vocación forestal, con una afectación de 3,087.37 ha. A pesar de este incremento, las estrategias implementadas por la Corenadr han mantenido a la entidad como la más rápida en la detección y extinción de estos siniestros.
En CDMX, el 100% de los incendios son provocados de forma intencional o accidental, pero todos están relacionados con la actividad humana.
¿A quien le corresponde sembrar un árbol que se cae? A las 16 alcaldías de la capital, así como a la Secretaría del Medio Ambiente. Y cuidarlos, a todas las personas que habitan en la capital.
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