La Unión Nacional de Avicultores rechazó la propuesta del gobierno federal de limitar la importación de maíz transgénico quebrado por considerar que este conlleva riesgos sanitarios para las aves por ser más propenso a bacterias y hongos; además de que anticipan incrementos en sus costos entre 15 y 20% por la logística.
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La reserva para restringir la importación de maíz entero en la Comisión de puntos constitucionales de la Cámara de Diputados, podría generar aumentos al precio del huevo, pollo, res y cerdo.
En entrevistas por separado, David Castro Monroy, presidente de la Unión Nacional de Avicultores y Juan Carlos Anaya, director del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), calificaron como una ocurrencia, dicha propuesta, con lo que aumentaría en un 15% el costo de producción y lamentablemente impactaría a la alza, los precios al consumidor final.
Esto se debe tomar en cuenta, ya que en México, el huevo y el pollo es la proteína más importante y económica que consumen los mexicanos, por lo que se tiene que cuidar a los productores, indicó el directivo de la UNA.
Juan Carlos Anaya, director general del GCMA, precisó que con esta propuesta aumentaría el costo del huevo, pollo y otros cárnicos de producción, ya que van a ser las plantas menos eficientes, porque el maíz quebrado hace más ineficiente la productividad, por más bajo crecimiento de los pollos, del ganado: cerdo y res.
“Vuelve a sector pecuario ineficiente y afecta a la agroindustria que produce almidones y otros productos que se elaboran con maíz. “Las afectaciones son mayores que los beneficios con esta propuesta”, indicó.
¿Cómo afecta el costo del maíz quebrado?
En resumen, añadió, los costos asociados del maíz quebrado, pueden afectar desde la pérdida de valor comercial, gastos adicionales de almacenamiento, procesamiento y pruebas de seguridad en conservación, ambiental y contaminación, lo que afectará la rentabilidad a lo largo de la cadena de suministro, proceso y comercialización de productos finales.
México enfrenta un momento crítico en la definición de sus políticas agrícolas y comerciales. “A todo el ganado se le da alimento que contiene maíz y sorgo”.
La falta de claridad de esta reforma y la posible simulación en su aplicación podrían agravar los problemas en lugar de resolverlos, señaló Juan Carlos Ayala.
La UNA recordó que la importación de maíz para consumo animal no debe condicionarse al maíz quebrado, ya que de acuerdo a los avicultores el ingreso del exterior del grano quebrado dificultará el proceso de digestión y la adecuada absorción de los nutrientes, afectando así a la producción de las aves.
"Restringir la importación de maíz entero invariablemente afectará a la seguridad alimentaria de nuestra población, recordando que 6 de cada 10 kilogramos de la proteína animal que se consumen son de origen avícola”, comentó.
Esta postura la expresaron, luego que el jueves pasado, la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados aprobó una reforma constitucional que prohíbe el cultivo de maíz transgénico y cualquier otra modificación genética en México.
La reforma establece que el maíz, considerado un alimento básico y un elemento de identidad nacional, debe ser cultivado sin modificaciones genéticas.
Señala que se permitirá la importación de maíz quebrado para usos no relacionados con el consumo humano y aclara que, a partir de la entrada en vigor de este decreto, el ingreso al país de maíces genéticamente modificados con destino distinto al consumo humano únicamente debe permitirse en su modalidad de maíz quebrado, grano fragmentado, de manera que carezca de capacidad para germinar.
La UNA expuso que no es conveniente obligar al sector a importar un grano de menor calidad, por sus riesgos para la producción de huevo y carne de pollo.
La organización de avicultores recordó que en México se consumen anualmente cerca de 47 millones de toneladas de maíz, de las cuales únicamente se producen alrededor de 27 millones en nuestro país, de ese total, alrededor de 88% corresponden a maíz blanco y 12% a maíz amarillo, grano del cual se importan aproximadamente 20 millones de toneladas. Del grano que se importa, entre 8 y 9 millones de toneladas se destina al consumo avícola.
Igualmente puntualizó que la medida de prohibir la siembra de maíz transgénico y permitir la importación de maíz quebrado para usos no relacionados con el consumo humano, forma parte del denominado “Plan C” del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien busca proteger la biodiversidad y la identidad cultural del país.
“De igual modo, un grano de menor calidad imposibilita su certificación, dado que su manejo acarrea una considerable complejidad logística para transportarlo, almacenarlo y para usarlo como alimento para las aves. Esto representaría, un aumento en nuestros costos de producción de un 15% a 20%”, advierten los avicultores.
Un grano de menor calidad imposibilita su certificación y su manejo complicaría la logística para transportarlo, almacenarlo y usarlo como alimento para las aves; los costos de producción aumentarán entre 15% y 20%.
Reforma, para productores y más riesgos sanitarios: GCMA
Por su parte, el Grupo de Consultor de Mercados Agricolas (GCMA) manifestó que el dictamen aprobado por la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados podría cambiar el panorama agrícola y comercial de México.
Citó que el nuevo artículo “Quinto Transitorio”, adicionado a la legislación en materia de agua, alimentos y protección al medio ambiente, permite la entrada de maíces genéticamente modificados en su modalidad de maíz quebrado, que no esté destinado al consumo humano.
¿Protección al medio ambiente o simulación de regulaciones? La justificación oficial señala que esta medida busca mantener al país “libre de cultivos y semillas de maíz transgénico”, preservando al maíz como un “elemento de identidad nacional”.
Sin embargo, el hecho de permitir la importación de maíz quebrado, bajo la premisa de que no es un grano entero, podría comprometer nuestra seguridad alimentaria y del mercado nacional.
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Las regulaciones adicionales incluidas en la reforma indican que la modalidad de maíz quebrado podrá exceptuarse bajo ciertas condiciones de evaluación de riesgos, pero esto podría abrir la puerta a interpretaciones flexibles y malintencionadas. ¿Realmente se protegerá la biodiversidad?
En resumen, añadió el GCMA que los costos asociados del maíz quebrado, pueden afectar desde la pérdida de valor comercial, gastos adicionales de almacenamiento, procesamiento y pruebas de seguridad en conservación, ambiental y contaminación, lo que afectara la rentabilidad a lo largo de la cadena de suministró, proceso y comercialización de productos finales
México enfrenta un momento crítico en la definición de sus políticas agrícolas y comerciales. La falta de claridad de esta reforma y la posible simulación en su aplicación podrían agravar los problemas en lugar de resolverlos .
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