El templo de San Hipólito informó en días pasados que cerrará sus puertas este sábado 28 de noviembre durante todo el día, para evitar aglomeraciones y disminuir los riesgos de contagio, por la crisis sanitaria provocada por la pandemia de Covi-19.

Asimismo, informó que sus actividades religiosas las reanudará un día después, es decir el domingo.

En su oportunidad, el rector del templo, el religioso claretiano Mario González, llamó a los devotos de san Judas Tadeo Apóstol, a quien se venera de manera especial en esta iglesia, a que celebren al "Santo de las causas difíciles" en sus hogares y comunidades.

Siempre con las debidas precauciones. También invita a los fieles a que, desde sus casas, participen en la Santa Misa que será transmitida a las 12:00 horas por las redes sociales del templo y de la Arquidiócesis Primada de México.

Recordar que el mes pasado en su cumpleaños hubo un descontrol a pesar de que se había anunciado que no iba a ver acceso a la iglesia, finalmente se abrieron las puertas para que los fieles pudieran ingresar al templo que se encuentra sobre Paseo de la Reforma, esquina Hidalgo.

Los creyentes a San Juditas superaron el operativo que puso el gobierno capitalino. Su confianza fue mayor a los riesgos de contraer el Covid-19.

Esta vez una minoría se aproximó al templo para poder rezar desde afuera de la iglesia ante la prohibición de las autoridades eclesiásticas.

Las personas que asistieron lo hicieron responsablemente con cubrebocas y algunos más con careta, sobre todo los adultos mayores que son los más vulnerables a este letal virus.

Conocido también como “el patrón de las causas difíciles”, o muchas veces imposibles, al que se le atribuyen diversos milagros, sobre todo, relacionados con la curación de enfermedades. Sus fieles aseguran que tiene un poder milagroso para resolver todos los problemas.

Entre los pedidos por los creyentes a San Juditas, esta que ya termine esta “pesadilla de la pandemia”, así como pedir por la salud y problemas monetarios.

Las personas llegan desde cualquier punto de la Ciudad de México acompañados de estampillas, arreglos florales, imágenes de casi un metro de estatura, sí como pulseritas y dulces que regalan cuando asisten por primera vez.

Esta vez, los fieles acudieron en minorías, pero con gusto de poder rezar un rato para regresar a sus hogares reconfortados.