Hugo Ismael Arenas Vázquez es un productor de maíz, avena, calabaza, chile criollo, forraje para las vacas (remolacha), forma parte de la quinta generación de campesinos de su familia. Cultiva una hectárea en el paraje Primer Cuadro de San Juan Ixtayopan, alcaldía Tláhuac, una reserva ecológica del sur-oriente de la Ciudad de México.
Desde los 8 años comenzó a ayudar a su papá en la siembra de maíz y otros cultivos. Ahora, a sus 42 años, produce más de 4 toneladas de elote tierno, nativo criollo orgánico, que se consume en su pueblo y en muchas colonias de la CDMX.
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Con gran amor a la tierra, explicó que a finales de marzo comienza a arar su tierra, 10 mil metros cuadrados, algunas veces con máquina, azadón, con la yunta de animales –lo cual le sale más económico que alquilar la maquinaria– para prepararla y echar las semillas que en 5 meses serán verdes y vigorosas plantas.
Si hay buenas lluvias, su parcela se llenará de lindas milpas a los 5 meses, las cuales estarán listas para cortar los elotes, detalló el agricultor oriundo del Pueblo de San Juan Ixtayopan.
NACER EN EL CAMPO
Dentro de su parcela, vestido con su gorra y sus botas de plástico, que le protegen los pies del lodo, describió que con su experiencia de agricultor, ha aprendido a conocer en qué momento ya están listos los elotes para su corte.
“Los que nacemos en el campo conocemos las milpas y con verlas, se puede decir que los elotes ya están listos para el corte”, comenta orgulloso.
En entrevista con LA PRENSA, recordó que el pueblo de San Juan Ixtayopan está ubicado en la zona sur-oriente de la Ciudad de México y colinda con San Pedro, San Andrés Mixquic, San Antonio Tecómitl y Santiago Tulyehualco y es uno de los siete pueblos originarios de la alcaldía Tláhuac.
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"Si hay buen temporal, en 5 meses las milpas alcanzan más de 2 metros y elotes macizos, y si no hay agua, tarda entre 6 y 7 meses, depende de cómo estén las lluvias”, narró.
Platicó que él y los demás campesinos del ejido dejan una hectárea para sembrar las demás parcelas, de ahí obtienen la semilla, que ocuparán para las futuras siembras. Su producción es para consumo fresco, y no para mazorca, pues la mayoría de las personas de su pueblo dejaron de hacer tortillas.
Arenas Vázquez, quien es divorciado y con la ilusión de tener una nueva relación sentimental, vende sus elotes frescos a la comunidad para que los preparen y vendan cocidos, como esquites, tamales, panes, nieves, chileatole, platillos con carne acompañados de rodajas de elote, entre otros alimentos que preparan en San Juan Ixtayopan.
Es padre de una hija, quien está por graduarse de la carrera de psicología y por sus estudios ya no le puede ayudar en el campo; “si le gusta la agricultura, pero decidió estudiar, lo cual le da mucho gusto”.
En un recorrido de este diario con la Secretaría de Agricultura y la representación de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural en la CDMX, Arenas Vázquez, puntualizó que “una hectárea produce aproximadamente 100 bultos, son entre 4 y 5 toneladas”.
En la entrada del paraje, el cual está custodiado, se puede ver una imagen de Emiliano Zapata con su frase, “La tierra es de quien la trabaja”. Después de pasar un largo camino, totalmente sembrado, llegamos a la parcela de Hugo, quien recordó que hay 64 tipos de semillas de maíz en México.
Precisó que tras la siembra de maíz se realiza una rotación de cultivos, viene la de avena, porque llega el temporal y el frío.
El campesino resaltó que los propietarios del ejido siembran sólo el maíz nativo criollo orgánico, la semilla es originaria de la zona.
Con Hugo trabajan 8 personas y 10 que le ayudan a vender el elote tierno en el pueblo. A la fecha y hasta el 15 de agosto, se realiza la exposición culinaria del elote y la tortilla, y él les vende a algunos de los expositores que ofrecen diferentes alimentos a base de maíz.
FUERTE INVERSIÓN
El productor aseguró que para sembrar su parcela realiza una inversión de 40 mil pesos, si bien sus ganancias no son tantas, le gusta su trabajo y le tiene gran amor al campo. Aunque reconoció que su ganancia mayor está en el zacate, la pastura para los animales.
A él, como a todos los trabajadores del agro, la guerra entre Rusia y Ucrania, les ha afectado debido a que aumentaron 30 por ciento el precio de los fertilizantes y germicidas. Además, ha mermado sus ganancias, el alza del precio del diésel que utiliza el tractor. “Todo se ha encarecido”, indicó preocupado.
Refirió que algunos de los fertilizantes que utilizan se lo compran a un señor de San Nicolás Tetelco, otro de los siete pueblos originarios de Tláhuac; él los trae de la Universidad Chapingo.
Las semillas del maíz –nativas de la zona–, las guardan y le ponen una pastilla para que no se agorgoje, y les pueda servir para la siguiente siembra de maíz, que será consumido por los habitantes de Tláhuac, Coyoacán, Tlalpan, Cuauhtémoc y el resto de las alcaldías capitalinas que acuden a ese paraje a comprar elotes frescos y tiernos recién cortados.
Hugo Arenas detalló que los fertilizantes que utiliza en su parcela son el guano y la urea, de origen orgánico; en la actualidad, una tonelada cuesta 19 mil pesos; igualmente le ponen abono orgánico de estiércol de res y composta.
EJIDO DE SAN JUAN
Todo el ejido de San Juan Ixtayopan son 343 hectáreas, desde El Pato, el Primer Cuadro, Segundo Cuarto, Tercero, La Magdalena, El Segundo, El Llano y Santo Domingo, suman 343 productores.
En el paraje El Primer Cuarto, donde tiene su parcela, hay cerca de 50 productores, que además de sembrar maíz cultivan avena, calabaza, chile criollo, forraje para las vacas. También hay viveros que cultivan flores y plantas de ornato.
Especificó que esta área verde de la capital mexicana es una zona de reserva ecológica, “normalmente somos dueños, pero es un ejido, que no puede vender ni construir ni hacer otro tipo de actividades más que las agrícolas.
El productor manifestó que esta región, como muchas otras de la capital, ya padecen la falta de agua, “hay poca, por ello la mayoría de nuestros cultivos son de temporal, para no utilizar el agua sucia. Tanto la comisaría como la alcaldía Tláhuac mandan agua tratada, hace tiempo hubo una fuga y nos fue un poco mal, pero ya se compuso”.
La tratadora de agua está en el paraje El Llano y otra de Lomas Estrella, de ahí llega tratada para el paraje el Primer Cuadro.
MEJORAN VENTAS ESTE AÑO
En el caso de costos, el campesino reconoce que en este año está mejor la venta, que los dos años pasados, donde estuvo muy baja, así como los precios están un poco mejor, “pero para lo que se invierte y se trabaja en el campo, de sol a sol, deberíamos tener más y mejores ganancias”.
Ismael Arenas Vázquez vende su maíz tierno por bulto, surte a los puestos del centro del pueblo y los compradores de otras alcaldías; los están dejando en 300 o 400 pesos por bulto (aproximadamente de 13 a 15 docenas, depende del tamaño), “para que la gente le pueda ganar un poco más”, destacó.
El trabajo en el campo debe ser reconocido y valorado, por ello pide a las personas que no regateen en los precios de los alimentos que se producen en la tierra, “ya que a los campesinos les cuesta mucho trabajo producirlos”.
Aseveró que sigue produciendo igual que en otros años. Pero eso sí, en la pandemia las ventas estuvieron un poco bajas; a la fecha, ya se están recuperando. “Tenemos la misma producción cada año, lo que estuvieron bajas fueron las ventas”.
Puntualizó que cuando está fresco es elote y cuando se seca se le llama mazorca. “Cuando va dejando de ser fresco, las hojas se ven más amarillas y su cabello (los pelos de elote) es más oscuro.
MAÍZ NATIVO
También determinó que en todo el paraje nada más se siembra el elote criollo paralelo orgánico. Otro tipo no se da por las condiciones climáticas y la tierra salitrosa.
Ejemplificó que el cacahuazintle, es otra variedad de maíz originaria de México, de mazorca grande y grano más blanco, lo siembran arriba de Topilejo, por la altura.
En el caso del maíz palomero se tiene que cumplir con ciertas condiciones sobre todo zonas altas y tierras arenosas.
Mencionó que el maíz azul y rojo lo trabajan poco, aunque es criollo nativo de Tláhuac, “porque es muy acelerado su proceso, se tarda tres o 4 meses y se pone duro rápidamente, se hace mazorca de una manera más veloz”.
En el caso del maíz nativo criollo, dura más en crecer, pero también tarda más tiempo en elote –hasta 15 días tierno–, después de ese periodo, el elote se empieza a utilizar para el tamal.
GUSANOS ACABAN CON CULTIVOS
En el campo no todo es miel sobre hojuelas, agregó, hay temporadas que las siembras se las acaban las plagas o los gusanos.
“Hay temporadas en que entra el gusano soldado, como fue el caso de 2017, se acabó casi toda la producción del ejido, acabó con muchos cultivos. Por eso se deben cuidar las siembras. Gracias a la orientación de los investigadores y expertos de la Universidad de Chapingo, se nos enseñó unas técnicas para hacer la recolección y matanza de ese bicho que acaba con todas las plantas”.
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Es necesario comprar otros plaguicidas. “Nos están dando unas pláticas para hacer un plaguicida con cal, jabón y azufre. A la fecha no tenemos plagas, pero hay ocasiones que en una noche esas pestes acaban con todos los cultivos”, finalizó.
DATOS
De acuerdo con la Secretaría de Agricultura, el consumo per cápita de maíz de los mexicanos, en sus diversas preparaciones, es de 3 mil 31.9 kilogramos.
México es el octavo productor de maíz en el mundo con 27 millones 424 mil 528 toneladas.
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