/ lunes 6 de abril de 2020

Hay temor a Covid-19, pero da más miedo que mis hijos mueran de hambre

“Si no trabajamos no comemos, vamos al día, ni modo que ahora por la contingencia nos quedemos sin comer”, expresó Elizabeth

“¿Qué si le tengo miedo al Covid-19?...pues no… no es miedo, quizá sí un poco de temor por todo lo que se ha dicho. Lo que si da mucho miedo es no tener nada que llevar de comer a casa y que nuestros hijos mueran de hambre”.

Fue la respuesta tajante que expreso Benito Maya, trabajador de la fonda de doña Elizabeth, donde trabajaban diariamente siete personas hasta antes de la contingencia sanitaria por el coronavirus. Ahora solo quedan tres y ya están pensando en rolar turnos, para sobrevivir a la otra cara de la crisis por COVID-19.

Es una pequeña fonda de comida corrida, ubicada en la calle de Nezahualcóyotl en las inmediaciones del Centro Histórico de la ciudad de México. La especialidad de la casa son las enchiladas verdes y los tacos dorados. Su principal clientela son los trabajadores de oficinas gubernamentales circunvecinas, como son la Secretaría de Educación Pública, el Sistema de Aguas de la ciudad de México y la Penitenciaria, entre otras.

“La venta de comida cayó en más del 90%, ya no pudimos pagar los sueltos de las siete personas que estaban trabajando, ahora solo estamos cuatro, tres trabajadores y yo, las otras personas tuvieron que buscar otro trabajo porque no podían estar en sus casas sin ingresos”, explicó la señora Elizabeth, de quien dependen sus hijos y su mamá.

“Si no trabajamos no comemos, vamos al día, ni modo que ahora por la contingencia nos quedemos sin comer”, expresó Elizabeth, quien en un día normal vendía 110 comidas, y ahora solo está sirviendo 5. “Nuestros clientes de las oficinas de gobierno nos avisaron que ya no iban a venir, eso nos bajó la venta”.

“Es mucho tiempo 40 días y no podemos ponernos a pensar mucho, porque ya se viene encima el pago de luz, gas y la renta, vivimos al día y si no trabajamos no comemos, así de sencillo”, explicó Elizabeth al hacer un llamado al gobierno para que brinde algún tipo de apoyo a los empresarios independientes que no tienen una fuente de ingresos estable ni extra.

“Queremos pedirle a las autoridades que el apoyo que han anunciado lo entreguen verdaderamente y no quede solo en promesas, porque a mi mamá que es una persona adulta mayor ni siquiera le han depositado su pensión”, indicó Elizabeth.

Benito Maya, trabajador de la fonda y padre de familia, consideró que la contingencia ha venido a afectar toda la actividad económica y productiva de la ciudad de México. “Aquí estamos todavía, pero no sabemos hasta que momento podamos resistir”, agregó.

“Vamos a resistir abriendo el local y trabajando lo más que se pueda”, comentó Benito, quien consideró que las familias ni el gobierno estaban preparados para enfrentar esta crisis.

Al ser cuestionado si no le daba miedo contagiarse por coronavirus, Benito Maya, respondió con tristeza, pero sin titubear: “Pues si hay temor, pero la verdad hay que tener más miedo a no comer o no tener nada que poderles llevar de comer a mis hijos y morir de hambre”.

“Yo podría ser considerado como población vulnerable, porque soy hipertenso, la verdad está triste la situación, pero hay que tratar de salir adelante, cuidarnos y tomar todas las medidas para no enfermarnos”, expresó Benito.

Sobre el anuncio de las autoridades de que se brindaran apoyos económicos, Benito comentó: “yo les diría a las autoridades que antes de hablar tengan para cumplir lo que van a hablar, porque lo que hemos visto siempre es que todo queda en promesas o la ayuda solo queda en unas cuantas manos”.

Elizabeth, Benito y Mario Alberto platicaron a LA PRENSA que no han hecho compras de pánico, porque no tienen dinero. “¡No!, no, cómo, con qué, vamos al día, compramos solo lo que se requiere, decir otra cosa sería mentir, aunque uno quiera hacer compras de pánico, pues no se puede, no hay dinero”, respondieron.

A su vez, Mario Alberto, quien es mesero y ayudante de cocina manifestó su preocupación por lo que está ocurriendo. “Mi esposa es comerciante, pero no ha salido a trabajar, aunque salga, no hay venta. Yo como padre de familia soy el que sale a buscar el pan y ella se está quedando en casa”, platicó.

“Ahorita nadie piensa en comprar nada, más que comida, y aunque nadie salga de su casa, los gastos siguen. No hay que desesperar, aunque sea tener frijoles y arroz para tratar de aguantar lo que viene”, apuntó Mario Alberto

“¿Qué si le tengo miedo al Covid-19?...pues no… no es miedo, quizá sí un poco de temor por todo lo que se ha dicho. Lo que si da mucho miedo es no tener nada que llevar de comer a casa y que nuestros hijos mueran de hambre”.

Fue la respuesta tajante que expreso Benito Maya, trabajador de la fonda de doña Elizabeth, donde trabajaban diariamente siete personas hasta antes de la contingencia sanitaria por el coronavirus. Ahora solo quedan tres y ya están pensando en rolar turnos, para sobrevivir a la otra cara de la crisis por COVID-19.

Es una pequeña fonda de comida corrida, ubicada en la calle de Nezahualcóyotl en las inmediaciones del Centro Histórico de la ciudad de México. La especialidad de la casa son las enchiladas verdes y los tacos dorados. Su principal clientela son los trabajadores de oficinas gubernamentales circunvecinas, como son la Secretaría de Educación Pública, el Sistema de Aguas de la ciudad de México y la Penitenciaria, entre otras.

“La venta de comida cayó en más del 90%, ya no pudimos pagar los sueltos de las siete personas que estaban trabajando, ahora solo estamos cuatro, tres trabajadores y yo, las otras personas tuvieron que buscar otro trabajo porque no podían estar en sus casas sin ingresos”, explicó la señora Elizabeth, de quien dependen sus hijos y su mamá.

“Si no trabajamos no comemos, vamos al día, ni modo que ahora por la contingencia nos quedemos sin comer”, expresó Elizabeth, quien en un día normal vendía 110 comidas, y ahora solo está sirviendo 5. “Nuestros clientes de las oficinas de gobierno nos avisaron que ya no iban a venir, eso nos bajó la venta”.

“Es mucho tiempo 40 días y no podemos ponernos a pensar mucho, porque ya se viene encima el pago de luz, gas y la renta, vivimos al día y si no trabajamos no comemos, así de sencillo”, explicó Elizabeth al hacer un llamado al gobierno para que brinde algún tipo de apoyo a los empresarios independientes que no tienen una fuente de ingresos estable ni extra.

“Queremos pedirle a las autoridades que el apoyo que han anunciado lo entreguen verdaderamente y no quede solo en promesas, porque a mi mamá que es una persona adulta mayor ni siquiera le han depositado su pensión”, indicó Elizabeth.

Benito Maya, trabajador de la fonda y padre de familia, consideró que la contingencia ha venido a afectar toda la actividad económica y productiva de la ciudad de México. “Aquí estamos todavía, pero no sabemos hasta que momento podamos resistir”, agregó.

“Vamos a resistir abriendo el local y trabajando lo más que se pueda”, comentó Benito, quien consideró que las familias ni el gobierno estaban preparados para enfrentar esta crisis.

Al ser cuestionado si no le daba miedo contagiarse por coronavirus, Benito Maya, respondió con tristeza, pero sin titubear: “Pues si hay temor, pero la verdad hay que tener más miedo a no comer o no tener nada que poderles llevar de comer a mis hijos y morir de hambre”.

“Yo podría ser considerado como población vulnerable, porque soy hipertenso, la verdad está triste la situación, pero hay que tratar de salir adelante, cuidarnos y tomar todas las medidas para no enfermarnos”, expresó Benito.

Sobre el anuncio de las autoridades de que se brindaran apoyos económicos, Benito comentó: “yo les diría a las autoridades que antes de hablar tengan para cumplir lo que van a hablar, porque lo que hemos visto siempre es que todo queda en promesas o la ayuda solo queda en unas cuantas manos”.

Elizabeth, Benito y Mario Alberto platicaron a LA PRENSA que no han hecho compras de pánico, porque no tienen dinero. “¡No!, no, cómo, con qué, vamos al día, compramos solo lo que se requiere, decir otra cosa sería mentir, aunque uno quiera hacer compras de pánico, pues no se puede, no hay dinero”, respondieron.

A su vez, Mario Alberto, quien es mesero y ayudante de cocina manifestó su preocupación por lo que está ocurriendo. “Mi esposa es comerciante, pero no ha salido a trabajar, aunque salga, no hay venta. Yo como padre de familia soy el que sale a buscar el pan y ella se está quedando en casa”, platicó.

“Ahorita nadie piensa en comprar nada, más que comida, y aunque nadie salga de su casa, los gastos siguen. No hay que desesperar, aunque sea tener frijoles y arroz para tratar de aguantar lo que viene”, apuntó Mario Alberto

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