Vacunación para todos, semáforo verde en la Ciudad de México; agua potable en cada plantel; contar con personal médico por escuela; rehabilitar y construir los sanitarios y lavamanos necesarios en las escuelas; menos alumnos en cada salón para mantener la sana distancia, garantizar que haya conectividad y buen funcionamiento del sistema eléctrico, son algunas de las condiciones que pide la CNTE para regresar a clases de manera segura, el próximo 7 de junio.
Los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación hicieron suya la consigna que se ha popularizado entre la comunidad educativa y la academia: “para el regreso a clases presenciales hacen falta recursos, no discursos”.
Asimismo, demandan dotaciones mensuales de artículos de higiene y limpieza para la población educativa, además de túneles de sanitización. Que la cantidad de estudiantes sea acorde a las dimensiones de las aulas, para mantener una sana distancia.
Reducción de alumnos por grupo y fortalecimiento de los turnos vespertinos. Considerar a los trabajadores y población infantil en situaciones vulnerables (enfermedades y tercera edad). Sanitarios suficientes y en buenas condiciones.
Así como contar con computadoras funcionales y una adecuada conexión gratuita de internet para todas las escuelas y la revisión integral de los edificios escolares.
En un pronunciamiento de la sección 9 Democrática SNTE-CNTE resaltó que los docentes quieren regresar a las aulas con sus alumn@s; pero de manera responsable.
La CNTE recordó que la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum y Luis Humberto Fernández, titular de la Autoridad Educativa de la CDMX, anunciaron que el 7 de junio del 2021 (un día después de las elecciones y a 22 días de clases para que concluya el ciclo escolar) “se reanudarán las clases presenciales de manera voluntaria y escalonada”.
El anuncio se realizó después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador “sugiriera” a la Jefa de Gobierno “que se pueda regresar a más tardar en la segunda semana de junio para aprovechar del calendario en promedio un mes...” aun cuando la entidad sigue en semáforo amarillo.
Sólo se han “intervenido 599 escuelas por parte del Gobierno de la Ciudad y las Alcaldías en mantenimiento mayor y menor”; de las más de 4000 escuelas de educación básica en la entidad.
Además de que la vacunación al personal educativo está en proceso y calculan que sólo el 50 % de la población en la entidad estará vacunada hacia el 7 de junio.
El maestro Pedro Hernández, secretario general de la Sección 9, expuso que la CNTE asume responsablemente la defensa de los derechos de los estudiantes, entre los que se encuentran la salud y la educación; pero también, los laborales y asistenciales para l@s trabajadores y trabajadoras de la educación, mismos que son irrenunciables.
“Las y los trabajadores de la educación somos conscientes de que la estrategia del sistema educativo remoto o a distancia no es el mejor y que el regreso a las clases presenciales es sumamente necesario para garantizar mejores aprendizajes; sin embargo, después de un año de pandemia encontramos que: una parte importante de las escuelas no tiene las condiciones básicas de infraestructura para cumplir con los protocolos sanitarios por que la SEP no intervino en estos 14 meses de cierre”, expuso el líder magisterial.
No contar con agua potable, es un factor que cierra la posibilidad de una cantidad considerable de escuelas para el regreso presencial a clases. Sin agua, el riesgo de contagio es exponencialmente mayor, esto debe ser un llamado de atención para que las autoridades encuentren soluciones inmediatas y eficaces.
Además, la CNTE destacó que la pandemia puso en crisis el currículo y la pertinencia de los planes y programas frente a la emergencia sanitaria. No podemos volver a enseñar los mismos contenidos y a potenciar los mismos aprendizajes, en los mismos espacios precarios y sin lo indispensable; sería como no haber aprendido nada de un fenómeno que cambió la vida.
Maquillar los libros de texto o implementar clases remediales, es insuficiente.
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La Coordinadora lamentó que el gobierno esté tomando decisiones unilaterales, sin tomar en cuenta a las y los trabajadores de la educación, a los estudiantes y a las familias.
La decisión para el regreso a clases presenciales no se reduce a decir “Sí” o “No”, lo que se tiene que resolver, pasando por encima de las urgencias que no velan por el bien común, es el cómo y en qué condiciones se regresará.
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