Con ilusión se llega a la celebración más hermosa del pueblo cristiano, la de otro año del natalicio de Jesús, líder espiritual de esta comunidad, llegando a México con la conquista del Nuevo Mundo por parte de los Reyes Católicos y Evangélicos creando una tradición mestiza que prevalece hasta este siglo y lo vivimos desde la Nochebuena y Navidad (nacimiento) del niño esperado.

Los mexicanos no permiten que se devalúe esa tradición y su fe es más poderosa que la pobreza o riqueza, siempre hay un plato en la mesa que comienza con la visita a los mercados distribuidores de lo necesario para bendecir esa fecha, como los romeritos con mole y papas, lechones, carne porcina o costillas de cordero y que decir del bacalao y pavo para hacer la gran cena, sin importar qué se coma, se celebra con el alma en un ambiente festivo nacimientos de figurillas y árbol con luces para demostrar su alegría, ¡ah!, pero no podía faltar la tradicional posada con piñatas multicolores de figuras diversas.

JLP