Esclavitud en gasolineras; Sobreviven con propinas

Padecen despachadores de combustible precariedad laboral, sin sueldo y prácticamente nadie tiene seguridad social

Patricia Carrasco / La Prensa

  · jueves 11 de agosto de 2022

Foto: Rogelio Tinoco / La Prensa

Los despachadores de gasolina viven como en la época de la esclavitud. Ni con la llegada de franquicias extranjeras ha mejorado su situación laboral, en la ciudad de México; sobreviven con salario mínimo y propinas. En algunos casos deben pagar derecho de piso, es decir, dar una aportación por trabajar en la estación de servicio, además, de vender una cuota diaria de aceites y aditivos.

En las gasolineras Hidrosina, Total-Gasored, Pemex, Exxon Mobil, Repsol, Total, Chevron,BP, Arco se replica esa situación de precariedad, como en el siglo pasado. En éstas pocos trabajadores cuentan con Seguro Social, eventualmente se les paga un salario. Otros no tienen un sueldo y su ingreso son sólo las propinas de los clientes.

La situación de las estaciones de Pemex es peor, “no hay ninguna mejoría laboral para los despachadores, siguen sin tener salario; los empresarios simulan dar de alta en el IMSS, a tres o cuatro, aunque tengan una plantilla de 20 ó 30 personas”. “Lo único que cambió es el margen de ganancias, con nuevos contratos, hay más ganancias para los dueños de esas concesiones”.

Así denunció en entrevista con LA PRENSA, Salvador Arellano Ayala, secretario del Sindicato Nacional de Trabajadores de Servicios, Casas Comerciales, Oficinas y Expendios, Similares y Conexos de la República Mexicana (SINTRACC), tras lamentar la política laboral del Secretario de Trabajo capitalino, José Luis Rodríguez, a quién le han denunciado dicho panorama y la necesidad de realizar inspecciones, pero hacen caso omiso.

Describió que la pandemia por el Covid-19, en el 2020, 2021, ha agravado la precariedad de los despachadores; en respuesta, las autoridades argumentan que no hay presupuesto, que los inspectores están enfermos y no quieren salir a la calle. Por ello, los empresarios, hacen de las suyas, actúan con total impunidad, porque no hay quien los supervise o fiscalice.

En la Ciudad de México hay cerca de 11 mil despachadores, en 340 estaciones de servicio. Poco menos del 80% cuenta con un salario base y sus ingresos dependen de los automovilistas (propinas).

Arellano Ayala ejemplifica que el contrato de Corpogas, sigue con Pemex, y ellos manejan un esquema de trabajo de explotación. En Hidrosina, los turnos son de 12 horas.

En otras estaciones, el personal está circulando de manera constante, no permanece mucho tiempo en alguna sucursal, lo que provoca que los despachadores trabajen de dos a tres turnos, para que les alcance, porque no les pagan un sueldo ni ninguna prestación, pero si se les obliga a cumplir esas jornadas.

"El trabajador tiene que comprar desde el calzado, antiderrapante, el overol, calibradores, todo el equipo necesario para trabajar es a costa del trabajador".

En Repsol está lo peor, agregó el líder sindical. Esta compañía española vino con la espada desenvainada. No sólo llegó con la práctica de no cubrir salarios ni prestaciones, sino a cobrar piso, a cobrarles a sus trabajadores para que puedan trabajar, de esclavitud y explotación.

Foto: Rogelio Tinoco / La Prensa

LA HISTORIA DE UNA EX ADMINISTRADORA DE REPSOL

Yesica trabajó con esta empresa en el área administrativa. Narró a este diario que a su llegada, notó como los despachadores debían pagar 250 pesos al día para poder trabajar, su derecho de piso, por lo cual le tenían que talonear para sacar un buen ingreso.

“A mí me tocaba recopilar ese dinero, y sólo de uso de suelo, el empresario se llevaba casi 400 mil pesos al mes libres”, afirmó.

Esta empresa cuenta con sindicato de protección afiliada a la CTM, y ninguna inspección de parte de las autoridades laborales. “Existe el supuesto sindicato, no hay ningún movimiento, no hay revisión de contrato, ni inspecciones de seguridad”, describe Yesica.

“Los despachadores ni los administrativos contábamos con Seguridad Social. Los primeros tenían que firmar una hoja de manera obligatoria, donde se decía que ellos contaban con IMSS, aunque eso no era cierto, ellos se quejaban por qué los hacíamos firmar… me tocaba decirle, eso lo manda el jefe”.

En una de las más grandes puede haber una planilla de 120 personas, en las pequeñas 60 personas, con tres turnos fijos. No les daban uniformes y si lo hacían, se los cobraban.

El dueño de las gasolineras Repsol donde trabajó es un diputado local tiene 5 estaciones, en la Picacho-Ajusco y otras en Iztapalapa, además es propietario de verificentros, “aunque nunca aparece su nombre, siempre figuran los apoderados legales”, citó.

El propietario no es Repsol, la mayoría son empresarios mexicanos que “compran la franquicia”, y esa empresa les surte el combustible, pero no la administra”, puntualizó.

Aunque aclaró, que en los últimos 3 años, le contaron algunos de sus ex compañeros, Repsol ya afilió al IMSS a sus trabajadores con salario mínimo.

EN OTRAS ESTACIONES PAGAN ENTRE $100 Y 8O PARA TRABAJAR

En otras conocidas estaciones de servicio, los despachadores dicen que les cobran entre 100 y 80 pesos por trabajar y tienen que vender los productos aceites, líquido de frenos y aditivos.

El secretario general del SINTRACC comentó que Hidrosina es muy practicante de la filantropía, pero lo hacen a costillas de sus trabajadores, a ellos les toca cooperar para que vayan a presumir a Teletón un abultado cheque.

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EN EL EDOMEX, SIN LEY, GASOLINERAS LLENA DE CONTRATOS DE PROTECCIÓN

En la zona conurbada de la Ciudad de México, pero sobre todo en el Estado de México, no hay ley, nada regula la situación laboral de los despachadores de gasolina. “Ahí sí de plano la gran mayoría, no están inscritos en el IMSS.

En muchos municipios del Estado de México y Querétaro han proliferado las gasolineras, a diestra y siniestra. “Muchas de las trasnacionales compraron estaciones, hecho no sucedió en muchas de la Ciudad de México.

Un importante número de trabajadores están sindicalizados, aunque ellos no lo saben, porque tienen contratos de protección, como son los que tienen Vicente Contreras de la CTM; Salim Kalkach Navarro de la CROC, siguen firmando contratos al margen de la Ley Federal del Trabajo, asegura Salvador Arellano.

En las pocas que están afiliadas al SINTRACC se busca que los trabajadores tengan prestaciones de ley, horarios justos y no los obliguen a pagar derecho de piso o que tengan que vender cierta cantidad de aceites o aditivos.

Platicó que con la implementación de la Reforma Laboral del 2019, las Juntas de Conciliación que están por desaparecer, están muy lentas, hay asuntos que no se pueden notificar en tres años, los contratos están parados, situación idea para los empresarios, ya que siguen con las mismas prácticas viciadas.

El dirigente sindical recordó que Pemex ya no distribuye a todas las gasolineras, las trasnacionales como la francesa Total, la inglesa BP, la holandesa Shell o española Repsol tienen la manera de tener su combustible propio almacenado, algunos tienen barcos contenedores en puertos, su margen de ganancia es más alta, porque ellos traen su combustible.

Aunque sean diversas razones sociales (transnacionales), los que están administrando siguen siendo los mismos mexicanos, sentenció.

Foto: Ignacio Huitzil / La Prensa

ADRIANA TRABAJADORA EN SHELL

Cuando Shell se instaló en México se empezó a laborar con buenas condiciones. “Nos dijeron que íbamos a tener prestaciones de Ley, sin represalias o presiones como en otras estaciones de servicio de otras empresas'', comentó Adriana, una mujer que laboró ahí como despachadora.

Sólo que esa situación nos duró 6 meses con los empresarios directos de Shell. “Al pasar con los franquiciatarios o concesionarios, la situación de precariedad se replicó como en otras estaciones. Teníamos que vender una cuota de aceites y aditivos, ya que “ellos manejan un carrito con muchas promociones con su marca”.

“Nos empezaron a escatimar las prestaciones, ya no, nos querían pagar días festivos, nos condicionaban el lugar para trabajar, a exigir que se promocione y convenza a los clientes que compren la marca Shell V-Power Premium, la roja, para que se tuvieran mayor venta".

La despachadora platicó que empezaron a tener represalias por intentar crear un sindicato; a partir de ese momento a los trabajadores los comenzaron a hostigar y a despedir a los que vieron como cabecillas del movimiento.

Describió que laboran jornadas de 8 horas con tres turnos; de 6 a 2; de 2 a 10 y de 10 a 6 am. “Pagan un salario mínimo que a la fecha es de 172.87 pesos diarios, 1297 pesos a la semana; con horarios rolados.

Adriana detalló que las primeras bombas son las que tienen más clientes, “para nosotros eso es muy importante; si vendes menos te mandas a las de atrás, los que tienen más ventas, los ponen adelante y a los que no para atrás.

Nuestro ingreso real son las propinas. “Estas dependen del día, la isla en la que te coloquen y el horario, en ocasiones te puedes llevar 200 y 150 pesos. Y tal vez, en un día muy bueno 600 pesos, en la peor bomba 70 pesos".

Aseguró que en estas estaciones de servicio no hay derecho de piso, “uso de suelo”, pero si venta de aditivos, aceites y gasolinas... y si no vendían los aditivos los castigan con las bombas de atrás, y horario de trabajo, por la noche de manera fija.

Afirmó que en una gasolinera, con una plantilla de 29 personas, 17 tenían seguridad social, el resto no aparece en la nómina. Si tienen accidentes con o sin IMSS, la gerencia no se hace responsable de algún accidente.

Adriana ha trabajado en estaciones de servicio de Pemex, donde había una situación similar. Para trabajar tenía que pagar y los aditivos que no vendían se los tenía que llevar y pagar.

“En una promoción de la Fórmula 1, nos pusieron a vender carritos, y los que no se podían colocar con los clientes, los teníamos que pagar, cada uno costaba 100 pesos”.

“El primer uniforme nos lo dieron gratis y completo, y después tuvimos que pagar una parte proporcional. Y de acuerdo a la fecha, te obligan a ponerse gorros navideños en diciembre, corazones en febrero, pintarse de muerto en noviembre, artículos que se compran con los recursos de los trabajadores y están obligados por su patrón a cumplir ese requisito”.

La G500 o Repsol tienen dos maneras de trabajar, una le llaman bandera, “la empresa renta su imagen, y la otra RP, significa que en el caso de Shell son empresarios extranjeros, por eso se suponía que estaríamos con mejores condiciones laborales'', indicó la despachadora.

De acuerdo a Salvador Arellano, en el Estado de México hay un gran número de estaciones bandera, “sólo está rentada la imagen, ellos siguen trabajando de tiempo atrás como cuando era Pemex".

Shell en la capital mexicana, si cubre algunos salarios y tratan de cumplir con el esquema laboral. No es la empresa transnacional la que administra, sino los concesionarios, por ello, la política laboral que implementan es la de hace años de explotación, hostigamiento y acoso, recalcó.

Foto: Ignacio Huitzil / La Prensa

La primera empresa extranjera que se instaló en México, tras la reforma energética, fue Gulf, la que terminaría con el monopolio de la marca Pemex en las estaciones de expendio de gasolina en México.

Esta empresa llegó respetando derechos laborales de los trabajadores y tratando de dar otra imagen de lo que trataba dar otra cara en ese rubro en el país, entonces llegó BP (British Petroleum) con dos estaciones una en Satélite, en el Edomex, también comenzaron respetado los derechos laborales.

Adelantó que con Shell tiene un recuento. Es la empresa que abandera, la estación como tal, pero administra Megagas, razón social que desde años, viene manejando 4 estaciones, en Revolución, Eje 8, Zaragoza y Eje 6. De esa forma están las de BP, Petro Seven, y otras franquicias.

Gasolineras en México 2021

A la fecha existen 12 mil 817 gasolineras en el país, de las que Pemex mantiene 7 mil 80 estaciones bajo su marca, lo que representa 55 por ciento del mercado.

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