"Es una gran bendición tener una reliquia así en México": Carmen devota de San Judas Tadeo

Familias que acudían al lugar emocionados contaban entre sí su experiencia

Yennyfer Mena / La Prensa

  · jueves 1 de agosto de 2024

Carmen ha sido devota de San Judas desde hace aproximadamente 17 años. Foto Guillermo Pantoja / La Prensa

Con el rostro lleno de emoción y algunos con los ojos llorosos, los devotos de San Judas Tadeo se dieron cita en el templo de San Hipólito, en la Ciudad de México, para ver una parte del brazo derecho del santo de los casos difíciles.

Algunos evitaron las filas kilométricas y decidieron llegar más tarde antes de que cerrarán la iglesia a las ocho de la noche.

Al ingresar a la iglesia personal del gobierno pedía que se dividieran en dos filas, posteriormente decían "se pueden tomar fotos pero sin flash, porque la reliquia es muy delicada y así lo solicita la iglesia".

Familias que acudían al lugar emocionados contaban entre sí su experiencia, unas decían "yo sentí bien bonito, como que te limpia el ver la imagen". Otras más decían "ya cumplí, no me pidas que vuelva a venir, ¿Que no viste las filas en la mañana?"

Unas personas solo comentaban entre sí que era buen horario el de la noche, porque así no se asoleaban, no se engentaban y podían pasar rápido sin tardar mucho.

La fila a las seis de la tarde era muy corta, por lo que el acceso era rápido y en menos de 5 minutos ya ingresaban al templo y podías comenzar a grabar desde que ingresabas.

Foto Guillermo Pantoja / La Prensa


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Carmen, que ha sido devota de San Judas desde hace aproximadamente 17 años, compartió para La Prensa, "es una gran experiencia de hecho desde hace cuatro días tenía un dolor en la cadera de lado derecho y al llegar aquí sentí un gran alivio"

"La fe no me la heredó nadie, a mi sola me nació y me siento muy muy feliz porque el tener una reliquia así aquí en México es una gran bendición", enfatizó Carmen que iba vestida de blanco con una playera de San Judas Tadeo y un rosario en su cuello.

Foto Guillermo Pantoja / La Prensa

A la salida de los devotos estaban ubicados varios puestos ambulantes donde vendían pulseras, fotos, cuadros, mantas con la imagen para que complementarán el recuerdo del momento. Señoras mayores solo decían "ya traigo mi foto y hasta bendita, pero gracias"

Cabe destacar que en la mañana y tarde se registraron filas kilométricas de todos los fieles devotos y quienes no pudieron ingresar a la catedral Metropolitana para ver aunque sea unos segundos la reliquia.

Foto Guillermo Pantoja / La Prensa

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