Es necesario impulsar políticas públicas que dignifiquen a la mujer en el ámbito de la maternidad y visibilicen el aporte social, económico y laboral que realiza la mujer como madre y trabajadora en todas sus dimensiones.
Así lo señaló Paulina Mendieta, presidenta del Colectivo “Mujeres de México”, que nació en 2021 en el contexto de post pandemia, para generar estrategias que dignifiquen y fortalezcan la maternidad, que hoy en día está muy desprestigiada.
En entrevista con LA PRENSA, Pau Mendieta cuestionó que actualmente se dedique un día a la celebración de la despenalización del aborto, “como si hubiera algo que celebrar”, cuando está práctica no es ninguna solución, y solo es “tratar de tapar el sol con un dedo”.
“El aborto no está resolviendo las principales problemáticas de la mujer, por eso hay que preguntarnos desde una visión crítica ¿sí hay algo qué celebrar?, porque despenalizar el aborto no garantiza un avance en los derechos de la mujer”, indicó.
Señaló que las mujeres que deciden abortar solo están perdiendo la oportunidad de ser madres, además de enfrentarse a un riesgo físico y psicológico, sin que este procedimiento resuelva los problemas de desventaja económica, violencia y de oportunidades en que se encuentran muchas mujeres.
Cifras poco transparentes
De acuerdo con cifras recabadas por el Colectivo Mujeres de México se estiman que en México se han realizado más de 700 mil abortos desde que se despenalizó esta práctica, siendo Ciudad de México y Oaxaca, las entidades del país con el mayor número de este tipo de procedimientos, ya que fueron las primeras en contar con la llamada Ley para la Interrupción Legal del Embarazo (ILE).
Datos de la Secretaría de Salud (Sedesa) de la Ciudad de México señalan que en la capital del país se han realizado más de 200 mil abortos desde 2007, fecha en que se despenalizó la interrupción del embarazo.
Paulina Mendieta indicó que organizaciones feministas que promueven el aborto destacan las estadísticas de mujeres que recurren a abortos clandestinos; sin embargo, cuestionó la veracidad de estos datos, cuando por tratarse de una práctica que se realiza en la ilegalidad y clandestinidad, no hay posibilidad de obtener una información genuina y confiable.
Incluso, indicó que durante la pandemia se diseñaron programas para repartir misoprostol a las mujeres, para que tuvieran un aborto “seguro en casa”, lo cual es una incongruencia cuando “supuestamente el interés de estas organizaciones es que las mujeres tengan acceso a un aborto seguro”.
“Si realmente queremos que el aborto sea seguro, nunca debería mandarles el misoprostol a las mujeres para que realicen un aborto en casa, porque muchas mujeres pueden presentar hemorragia y desangrarse, así como otros efectos adversos, ya que uno de los derechos de las y los pacientes es conocer y estar plenamente informado sobre el procedimientos al que se le va a someter”, indicó.
Explicó que cuando una mujer va a solicitar la interrupción del embarazo nunca se les hace un ultrasonido, que debería realizarse de forma obligatoria en este procedimiento.
“Ninguna plática virtual o videollamada para explicar cómo usar el misoprostol hace que sea seguro el aborto”, advirtió Paulina al destacar que este proceso no está exento de riesgos y daños a la salud física y mental de las mujeres.
Maternidad cada día más estigmatizada
Paulina Mendieta, presidenta del Colectivo Mujeres de México señaló que las nuevas generaciones, las jovencitas ya tienen “muy claro que sí se embarazan a temprana edad tienen que abortar y ni siquiera se preguntan o se plantean la posibilidad de tener ese bebe”.
Las jóvenes deben saber que no es la única opción que hay y que tampoco no es la única solución, destacó Paulina al subrayar la importancia de que a las y los jóvenes se les hable sobre todas las posibilidades que hay frente a un embarazo no planeado.
Por ello se pronunció –en primer lugar- por desterrar la falsa idea que en los últimos años se ha propagado, para hacer creer a las nuevas generaciones que un embarazo es un sinónimo de fracaso, que es un evento adverso que puede terminar con su proyecto profesional, académico, personal y económico.
“Un embarazo abre un nuevo capítulo en el libro de la vida de las mujeres y es normal sentir miedo o incertidumbre frente a un embarazo, sean planeado o no planeado, porque es una situación nueva que vas a enfrentar en tu vida, pero eso no quiere decir que esté mal”, explicó Paulina.
“El aborto es como arrancar esas últimas hojas, por lo que nunca sabrás qué habría pasado”, explicó Paulina al comentar que decidir un aborto no es una experiencia fácil ni inocua para ninguna mujer.
“Hay mujeres que pasan años tratando de embarazarse y nunca lo logran, por lo que no cualquier mujer tiene la dicha y el regalo de ser madres…y el hecho de que una mujer se embarace es que es una mujer sana. El embarazo no es ninguna enfermedad, habla de salud, habla de la capacidad que tiene la mujer para traer vida”, indicó.
Actualmente, dijo, se ha generado una corriente ideológica en la que la maternidad es vista como una amenaza, que es lo peor que le puede pasar en la vida a las mujeres, porque les va a cerrar oportunidades y éxito profesional.
“Esto no es cierto, porque el enemigo no es el bebé, porque la maternidad es una de las experiencias que más llenan de plenitud la vida de las mujeres. Es encontrar un sentido en la vida y un gozo, lo cual va más allá de estar contento o estar alegre, es un sentimiento profundo que pasa por renuncia, sacrificios, esfuerzo y amor, lo que llena la vida de sentido y no nada más el placer o las cosas pasajeras”, apuntó.
Políticas públicas que acompañen la maternidad
Es necesario impulsar políticas públicas en materia de salud, educación y empleo que acompañen la maternidad y la crianza saludable en todas sus etapas, y no solo plantear a las jóvenes parejas el aborto “como una supuesta solución ante un embarazo inesperado”.
Paulina Mendieta indicó que ante los graves problemas sociales de violencia, criminalidad, desintegración familiar, maltrato y abandono infantil, es necesario revalorizar la crianza de los hijos en ambientes familiares armónicos y saludables.
“Actualmente estamos viendo niveles escalofriantes de enfermedades mentales, de depresión y ansiedad”, indicó Pau Mendieta al destacar que la sociedad cada vez es más comodina, busca más el placer, enaltece la belleza física, el éxito, el dinero y el poder sin importar los costos.
“Lo que debemos preguntarnos es sí todo esto nos está llevando a ser felices en la vida realmente. Estamos viendo que hoy se construyen edificios habitacionales con gimnasios o áreas para pasear perros o gatos y ha empezado a surgir un fenómeno social conocido como ‘niñofobia’, en el que hay gente que muestra mucha intolerancia y rechazo –por ejemplo- al llanto de los bebés”, comentó.
“Tenemos que hablar más de cómo apoyar a las mujeres que están solas para que puedan salir adelante con sus hijos, y que el dinero público que hoy se va en abortos, mejor se vaya a programas que apoyen a las madres de familia, para que tengan oportunidad de estudiar, trabajar y un acompañamiento en la atención y crianza de sus hijos”, indicó.
Según datos de Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), el 94% de las denuncias por despido laboral injustificado es por embarazo. “Esto no se vale, estamos poniendo en riesgo el futuro del país, porque la pirámide poblacional se sigue invirtiendo y en unos cuantos años ya no tendremos una nueva generación de reemplazo”.
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No discriminarlas
La mamá debe ser el eje de las políticas sociales, económicas y laborales y no descriminalizarla como actualmente está ocurriendo, señaló Pau Mendieta al señalar que alcanzar cifras record en abortos realizados no es algo para celebrar, presumir o que haya resuelto algo.
Esto, agregó, revela el fracaso y las deficiencias de la educación e información en salud sexual y reproductiva que están recibiendo las y los jóvenes, porque además también estamos viendo un incremento importante en el embarazo adolescente en los últimos años.
El aborto no ha resuelto ninguna de las problemáticas que enfrentan las mujeres, como son las altas tasas de embarazo adolescente, ni tampoco las cifras de violencia contra las mujeres, quienes pueden acceder a la interrupción del embarazo, pero van a regresar al mismo ambiente de riesgo donde seguirán siendo violentadas.
“Una mujer que sufre un abuso sexual va a abortar, pero no debe terminar ahí. Es necesario que se tomen medidas legales, preventivas y de protección a las mujeres en el asunto, para resolver el problema de raíz y evitar que esto siga ocurriendo”, destacó.
El acceso a servicios de salud sexual y reproductiva tampoco se está resolviendo, porque la estadística muestra que un alto porcentaje de mujeres que acceden a un primer aborto, solicitan el servicio por segunda y hasta tercera ocasión.
El mensaje que envía el aborto a los jóvenes es que la vida es desechable, además de generar la idea de que “sí ocurre un embarazo no importa, porque siempre se podrá recurrir al aborto", lo que fomenta la irresponsabilidad, la deshumanización y el desprecio por la vida en una sociedad cada vez más violenta, indicó.
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