Ahora que esta por iniciar septiembre, mes donde por lo general se registran temblores en la Ciudad de México es necesario que los capitalinos tengan claro las acciones que deben llevar a cabo para ponerse a salvo ante este tipo de emergencias.
El Gobierno de la Ciudad de México dio a conocer las medidas preventivas en caso de sismo en estos tiempos donde la pandemia de Covid-19 aún no concluye.
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Y recomienda que antes de un sismo se debe tener a la mano una mochila de vida con cubrebocas, caretas y gel antibacterial, se debe considerar traer al menos tres cubrebocas para cada integrante de la familia.
Si hay una persona con Covid-19, es necesario incluir en la mochila: oxímetro, termómetro y sus respectivos medicamentos.
Durante un sismo antes de salir se debe colocar el cubrebocas, guardar sana distancia, durante y después de la evacuación, evitar tocarse ojos, nariz, boca y el cubrebocas con las manos. En caso de estornudar o toser cubrir nariz y boca.
Después del sismo se debe lavar las manos al regresar a casa, cambiarse de ropa y desinfectar llaves, celulares y zapatos.
Guía Práctica de Simulacros de Evaluación en Inmuebles
Por su parte, el Gobierno de México puso a disposición la Guía Práctica de Simulacros de Evaluación en Inmuebles en donde se explican los pasos a seguir ante este tipo de contingencias.
La planeación del simulacro debe contener la definición clara del objetivo e identificar los riesgos y las características del inmueble, quién tomará parte en el simulacro.
La guía también recomienda la elaboración de escenarios así como contar con planos, croquis y formatos de observación, evaluación y los recursos para llevarlos a cabo.
En las características del inmueble, la guía indica que se debe tener conocimiento del tipo de riesgo a los que por razones de ubicación, operación, uso o servicio que preste el inmueble pueden estar expuestos sus usuarios, así como a sus características que lo hacen más vulnerable.
Para resolver este punto se deben identificación las características físicas y uso del inmueble, por ejemplo, se deben conocer el número de niveles, la superficie del terreno tanto la libre como la construida.
También resulta de utilidad conocer el año de construcción, el uso de suelo, el uso del inmueble, si cuenta con escaleras de emergencia, los tipos de acceso a él.
Así como los datos estructurales, no estructurales o arquitectónicos relevantes, conocer las salidas de emergencia, los puntos de reunión, saber cuáles son las áreas de mayor seguridad, el uso y estado actual de las Instalaciones hidráulicas, conocer dónde se ubica la toma principal.
Otro punto relevante es conocer el estado actual de las instalaciones de gas, si es tanque estacionario, conocer la fecha de instalación, regulador de presión y la ubicación de válvulas.
También resultará de mucha utilidad conocer las calles y avenidas que circundan el inmueble donde se llevará a cabo el simulacro o ante una emergencia real.
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Además de ubicar los espacios abiertos existentes en el entorno (parques, campos, etc) así como los inmuebles vecinos, tipos y giros: bodegas, almacenes, comercios, oficinas, habitacional.
La información anterior permitirá elaborar un croquis o plano sencillo del edificio, por cada nivel, anotando las áreas circundantes.
Las identificaron de los anteriores puntos permitirá detectar Instalaciones peligrosas y la presencia de materiales que tengan características corrosivas, reactivas, explosivas, tóxicas, inflamables y biológico infecciosas.
“Una vez que se ha concluido la identificación de amenazas es conveniente preguntarse en qué medida el inmueble y usuarios están preparados para enfrentarlos.
Debe tenerse presente que un inmueble que haya sido diseñado y construido bajo los lineamientos de un reglamento de construcciones y cuyo uso sea consistente con los usos de suelo y licencia autorizados, ofrecerá menor vulnerabilidad física que otros inmuebles que pertenezcan al sector informal de la construcción; los que se caracterizan por escasos controles de calidad y supervisión, lo que contribuye a que sean en general susceptibles de dañarse”, se lee en la guía.
La realización de las actividades señaladas mostrarán, en su conjunto, la vulnerabilidad del inmueble de manera que sus resultados serán la base para que la elaboración de las hipótesis del simulacro y escenarios sean lo más realista posible.
En caso de dudas respecto de la seguridad de su inmueble sobre aspectos estructurales, arquitectónicos y de instalaciones, es recomendable establecer comunicación con algún Director o Perito Responsable de Obra, quien es un profesional calificado y registrado ante la autoridad competente para emitir algún dictamen o peritaje oficial. Las oficinas de licencias y los colegios de profesionistas (ingenieros o arquitectos) ofrecen orientación sobre cómo tener acceso a estos servicios profesionales.
Reducción de riesgos para la evacuación
El objetivo de que previamente se identifiquen riesgos y obstáculos que puedan entorpecer la evacuación, dará la ventaja de reducirlos y corregirlos.
Por lo anterior, tanto en el exterior como en el interior del inmueble se debe reconocer toda situación que implique riesgo en el momento de la evacuación: como por ejemplo, los objetos susceptibles de caer o volcarse, obstáculos en pasillos, escaleras, revisar que las puertas de acceso abren libremente, checar las condiciones estructurales del edificio (preferentemente con la asesoría de un ingeniero).
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En el exterior del inmueble es recomendable reconocer el flujo vehicular y ubicar los riesgos cercanos como alguna gasolinería, gaseras e industrias, establecimientos comerciales que manejen sustancias peligrosas, líneas de conducción de energía o ductos que conduzcan materiales peligrosos.
Otro punto importante al llevar a cabo un simulacro de sismo es cuantificar y clasificar a los ocupantes del edificio es decir, si son lactantes, infantes, adolescentes, personas adultas, personas adultas mayores, personas con discapacidad, personas enfermas, población flotante.
La guía también recomienda elaborar un censo y un registro de acceso a las instalaciones, que durante la evacuación servirán para control y este debe realizarse de manera semestral con el fin de que durante el ejercicio se precise desde dónde se les debe evacuar.
“Es importante considerar que la dinámica de ocupación de un inmueble depende de su uso o giro establecido y que hay horarios o áreas internas que por el servicio que proporcionan pueden favorecer la concentración de muchas personas, lo que obliga a considerar también como se verá más adelante, escenarios de evacuación bajo condiciones crítica”, explica la guía.
En todos los simulacros de evacuación se han de utilizar las rutas y salidas identificadas previamente. No se deben limitar a una sola, sino todas las que sean posibles ante cualquier evento adverso. La determinación de las más adecuadas se logra mediante pruebas preliminares de tiempos de recorrido y simulacros.
Y se debe estimar el lapso necesario de cada piso o área para abandonar el edificio, y al orden de realización del proceso de salida. Si se carece de ello, las escaleras o salidas de emergencia se pueden saturar o congestionar, e impedir la fluidez de tránsito de las personas y generar caos.
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Es muy importante recordar que las las personas tienen la obligación de circular por el lado derecho de las rutas de evacuación, de tal manera que por el espacio libre de éstas puedan transitar los brigadistas o cuerpos de auxilio.
Cuando en un inmueble habiten, trabajen o acudan personas con discapacidad auditiva o visual deberá diseñarse un código especial para llamar su atención, de manera que tengan las mismas oportunidades y recursos que el resto de los usuarios durante una evacuación.
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