El problema de escasez de agua en el Valle de México y el estrés hídrico que enfrenta el territorio mexiquense se debe, entre otros factores, a que se explota más agua de la que se recarga de manera natural en esta región.
Tal afirmó el gerente operativo de la Comisión de Cuenta Presa Madín, Eduardo Espinoza Medel, quien advirtió que persiste un crecimiento urbano inviable y los impactos están aquí, en el corto plazo.
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Al participar en el Foro Binacional: "Intercambio de Experiencias de Rescate de Cuerpos de Agua, Frente a la Crisis del Agua y el Cambio Climático en las Zonas Metropolitanas", realizado en la Cámara de Diputados estatal, Espinoza Medel agregó que existen estudios oficiales e históricos que demuestran que el Valle de México está siendo sobreexplotado.
El gerente de dicha comisión, la cual es un órgano ciudadano auxiliar del Consejo de Cuenca, insistió en que se “saca más agua de la recargada de manera natural”.
Ante representantes de diversas organizaciones sociales defensoras de los ecosistemas y del cuidado del agua, mencionó que la política voraz de destrucción de zonas boscosas para instalar viviendas sigue sin freno.
En el foro binacional, que presidió el presidente de la Comisión de Asuntos Metropolitanos del Congreso local, Max Correo, el gerente operativo añadió que tan sólo en Naucalpan y Jilotzingo se están permitiendo proceso de urbanización inviable.
Proyectos conjuntos
En ese sentido, manifestó que en ambos municipios hay proyectos de construcción de casi 30 mil viviendas; 22 mil en Jilotzingo y 7 mil en Naucalpan, territorios contiguos a la presa Madín.
“Se están permitiendo procesos de urbanización como el de 22 mil casas en el municipio de Jilotzingo y 7 mil en Naucalpan; la consecuencia es un crecimiento urbano insostenible en el corto plazo, así como la devastación de las zonas boscosas de la zona”, dijo.
También recordó que para crear la zona esmeralda de Atizapán de Zaragoza se derrumbaron zonas boscosas y hoy casi 87 por ciento de esas viviendas dependen del suministro de agua de presa Madín y Sistema Cutzamala.
Al respecto, Miguel Miramontes Lira, residente de Naucalpan y quien se ha dedicado en los últimos años a combatir jurídicamente la afectación de la presa Madín, se pronunció a favor de emprender un frente común para detener la ambición económica de los desarrolladores que proyectan miles de casas en dicha zona norte del Estado de México con la complicidad de autoridad municipal y estatal.
El ramo inmobiliario
“Cuando vienen las elecciones los desarrollos salen como hongos; ahorita les están dando los permisos pese a que no tienen factibilidad de agua”, expresó tras sostener que el gobierno estatal quiere quedar bien con los empresarios del ramo inmobiliario”, apuntó.
Durante su participación, Max Correa Hernández coincidió con expertos y activistas en la urgencia de trabajar por el cuidado del agua en el Estado de México, así como en la zona centro y norte del país.
Demandó inmediatas acciones viables en el corto, mediano y largo plazo que se garantice abasto del vital líquido en los hogares y se realice un manejo transparente y adecuado de presas y pozos, además de la preservación de zonas boscosas que permiten la recarga de mantos acuíferos.
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Disminución del vital líquido
Aseveró que, de acuerdo con la UNESCO, el 80 por ciento de las aguas residuales generadas por la industria y los hogares, regresan a los cuerpos de agua sin haber sido tratadas, lo que implica una disminución considerable del vital líquido para ser reutilizado en diferentes ámbitos de la economía y vida cotidiana como sector agropecuario y hogares, respectivamente.
“Los ríos y cuerpos de agua no deben ser lugares de descarga de desechos humanos e industriales”, enfatizó el legislador, quien también forma parte de la comisión Especial de Seguimiento de la Agenda 20-30 para el Desarrollo Sostenible en la 61 Legislatura estatal.
Advirtió que en estos momentos se registra una crisis por falta de agua, por lo cual es fundamental que cada gobierno o institución competente, tenga un diagnóstico puntual de su respectiva zona, porque a partir de dichos datos duros se podrán emprender acciones concretas en pro del agua, cuidado de bosques y mitigación de efectos adversos a la naturaleza a consecuencia de procesos de desarrollo urbano
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