La nueva instalación del Puesto Central de Control (PCC-1) beneficia la movilidad de 2 millones 123 mil usuarios al día, en promedio a 14 meses del inicio de operaciones pues regula el tráfico de trenes de las Líneas 1 a la 6.
Dicho cerebro del Metro ocupa un espacio en el C5, la instalación más resiliente de la Ciudad de México y su operación completamente autónoma.
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El nuevo cerebro del Metro, funciona con base a un nuevo sistema digital, para el que se requirió la reconversión de los sistemas de señalización análogos a una red de fibra óptica para el tráfico de trenes.
Sobre este tema, el Sistema de Transporte Colectivo indica que el proceso para concretar la migración de las primeras seis Líneas fue paulatino e inició en las Líneas 4 y 3, posteriormente en las Líneas 2, 5 y 6; la Nueva Línea 1 también se regula desde el nuevo PCC y se integrará al cien por ciento una vez que concluya el proceso de modernización en el tramo Salto del Agua a Observatorio.
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Con una inversión de 500 millones de pesos, esta nueva instalación estratégica permite un control más eficaz y mayor flexibilidad operacional; alto nivel de fiabilidad y seguridad a través de nueva interfaces hombre-máquina, cien por ciento digitales.
En la actualidad trabajan 108 reguladores en tres turnos continuos que controlan el tráfico de trenes en las Líneas 1, 2, 3, 4, 5 y 6, es decir, el 50% de las 12 Líneas de la red.
En el diseño y puesta a punto de esta nueva instalación estratégica participaron activamente ingenieros del Metro, con vasta experiencia, así como técnicos especializados del organismo.
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