Ciudad de México.- Jaime Uribe es el único sobreviviente de 20 personas que se encontraban en el edificio de ocho niveles de la calle de Chimalpopoca y Bolívar aquella mañana del 19 de septiembre del 2017.
Luego de tres años apoyado en su silla de ruedas, porque ese día catastrófico perdió una pierna, sale a las calles a vender chicles o dulces para ganarse la vida.
Asegura que su caso fue un milagro y una oportunidad de vida, ya que los cuerpos de socorro como Los Topos lo emergieron de los cientos de toneladas de concreto y hierro.
Quien se desempeñaba como vigilante asegura debido a su incapacidad, desde ese entonces tiene que ganarse la vida en la calle y con ello, enfrenta también, por ser una persona vulnerable a la pandemia causada por el coronavirus.