El 90% de los habitantes de la Ciudad de México separan la basura, y este es uno de los ejemplos de cómo, sin grandes recursos económicos, a través de cambios en la conducta y la suma de nuevos desarrollos tecnológicos, es posible reducir las emisiones de gas de efecto invernadero.
Así lo señaló la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, al participar en el Foro Medio Ambiente: Sembrando Bienestar, como parte del conservatorio La Ciudad y la Transformación, en el cual estuvo acompañada por el Secretario de Agricultura y Desarrollo Rural del gobierno de México, Víctor Manuel Villalobos Arámbula, y el coordinador de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe), Víctor Hugo Páramo Figueroa.
Durante el foro, la jefa de gobierno destacó la importancia de separar la basura, ya que los desechos no orgánicos se llevan a la planta de reciclamiento en Vallejo. “Estamos haciendo la segunda, va a permitir el reciclamiento de alrededor de 2 mil toneladas al día”, informó.
En cuanto a la basura orgánica, la mandataria capitalina explicó que ésta se lleva a una planta de composta para la elaboración de cuadritos de carbón vegetal, que después pueden ser utilizados, inclusive, en carboeléctricas.
Admitió que al hablar del tema ambiental, “a veces sale uno deprimido, porque parece que todo es catastrófico”, por lo que destacó “la visión de mucha esperanza” que se planteó durante el foro.
“Es cierto que tenemos que cambiar muchas cosas y que hay que hacerlo rápido, lo que es cierto es que México hoy es ejemplo para muchos países de lo que se está haciendo. Y lo que hay que hacer es seguir con una orientación, en donde nunca podemos olvidar al que menos tiene, es decir, tiene que haber bienestar, tiene que haber disminución de los impactos ambientales y tiene que haber, por supuesto, un desarrollo económico que nos permita generar ambas condiciones”, apuntó.
Ciudad más verde
Al referirse a las acciones más sobresalientes que ha llevado a cabo la Ciudad de México en materia ambiental, la funcionaria destacó las 200 hectáreas de nuevos parques, como el Parque Cuitláhuac, que antes era un relleno sanitario en Iztapalapa; el Parque Ecológico de Xochimilco, que estaba privatizado y abandonado, así como parques más pequeños, entre los que mencionó, el Leona Vicario, en Tlalpan; recuperación del Bosque de Aragón, que hoy tiene una playa especial para aves, y el Parque Cantera, que también era una zona abandonada en Coyoacán.
También se refirió al tema de los humedales y los cuerpos de agua, como el que se recuperó en Canal Nacional. Destacó que otra acción fue abrir las Áreas Naturales Protegidas que ahora puede disfrutar la ciudadanía y que antes estaban cerradas.
“En la ciudad hemos demostrado que, sencillamente con abrir nuevos cuerpos de agua, hemos recuperado alrededor de 60 especies que antes no llegaban a la Ciudad de México, aves migratorias”, indicó la funcionaria, al mencionar también el humedal en Lago de Xico.
La jefa de gobierno indicó que la mitad del territorio de la Ciudad de México es suelo de conservación, sin considerar, el Bosque de Chapultepec, o el Bosque de Aragón, que de acuerdo con la Ley Ambiental capitalina no son suelo de conservación, pero están en la categoría de Áreas de Valor Ambiental.
“El suelo de conservación son principalmente las alcaldías del sur, una parte de la Sierra de Guadalupe, que está en la Gustavo A. Madero, una parte de la Sierra de Santa Catarina, que está en Iztapalapa”, explicó.
El 80% de las Áreas Naturales Protegidas es propiedad social; es decir, son ejidos y comunidades, indicó la funcionaria al destacar por ello la importancia del programa Altépetl, que a la fecha ha dado 4 mil 200 millones de pesos al suelo de conservación, lo que significa alrededor de mil millones de pesos al año.
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Detalló que estos recursos son para Brigadas de Conservación, es decir, que los propios comuneros, los propios ejidatarios puedan conservar sus tierras. Son 4 mil 500 brigadistas en la ciudad que conservan, protegen los bosques y los restauran también y, al mismo tiempo, toda la zona que tiene que ver con la producción agrícola.
Por ello, indicó que la Ciudad de México es de los principales productores de nopalitos en el país, de romeritos, y el segundo productor de árboles de Navidad.
“Todo eso es gracias a este apoyo que estamos dando a través del programa Altépetl, que sin el Altépetl, los ejidatarios y comuneros tendrían todavía que vender más sus tierras, para que siguiera aumentando el suelo urbano sobre el suelo de conservación”, apuntó.
“¿Qué importancia tiene esta zona? No solamente, agrícola, cultural, porque además ahí está la mayor parte de los pueblos originarios, sino que brinda los servicios ambientales a la ciudad. Si esa zona se perdiera, desaparecería la infiltración, o por lo menos el 70% de la infiltración de agua a los mantos acuíferos de la ciudad”, señaló Sheinbaum Pardo.
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