/ sábado 18 de marzo de 2023

¿Duermes menos de 6 horas? Tu salud mental y física se encuentran en peligro

Aumenta el riesgo de trastornos mentales, demencias, cardiopatías y muerte prematura

Dormir menos de seis horas genera consecuencias devastadoras en la salud física y mental de las personas en todas las etapas de la vida, informaron especialistas en ocasión al Día Mundial del Sueño que este 2023 se celebra el 17 de marzo.

En personas mayores de 18 años, no dormir bien provoca desde fatiga general, irritabilidad, falta de atención, problemas de memoria y ansiedad, lo que puede incrementar el riesgo de sufrir accidentes laborales y en vía pública.

La privación de sueño también incrementa la resistencia a la insulina, lo que desencadena enfermedades metabólicas, como sobrepeso/obesidad, diabetes y aumento de riesgo cardiovascular, además de acelerar el proceso de envejecimiento y ser factor de mortalidad prematura.

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No tener un adecuado periodo de descanso y sueño también aumenta hasta en 30% el riesgo de sufrir algún tipo de demencia, como Alzheimer, así como otro tipo de trastornos mentales, como depresión, ansiedad y estrés.

La etapa de sueño en el caso de los niños, niñas y adolescentes es vital, porque es cuando se libera la mayor producción de hormona de crecimiento.

Especialistas en trastornos del sueño del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente (INPRF) advierten que el 66% de los mexicanos duerme entre 7 y 9 horas en promedio, pero con distintos niveles de calidad del sueño.

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Al respecto, expertos de la Clínica del Sueño de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) estiman que cerca del 50% de la población tiene una mala calidad de sueño, cerca del 19% padece insomnio y alrededor del 11% ronca.

Sin embargo, algunos estudios advierten que en el caso de los habitantes de la Ciudad de México, el insomnio se puede disparar hasta el 42% de la población adulta.

Los expertos definen el insomnio como una dificultad habitual para conciliar, mantener el sueño o presencia de despertar más temprano a lo deseado. Se trata del trastorno del sueño más común en la población en general, seguido por ronquidos, apnea de sueño o somnolencia diurna.

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Estudios de la Secretaría de Salud destacan que el sueño tiene diferentes funciones benéficas en el organismo. De acuerdo a la edad, es como se determinan las horas que toda persona debe dormir. Por ejemplo, un bebé de 14 a 15 horas, los niños pequeños de 12 a 14 horas, los niños en edad escolar de 10 a 11 horas y los adultos al igual que los adultos mayores, de 7 a 9 horas diarias.

Existen diversos factores que influyen en el sueño como la actividad física diaria, la alimentación y el estado de salud en general. Si hay alguna enfermedad, ingesta de algunos fármacos o dolor, no va haber un sueño reparador y eso daña el cuerpo.

La dependencia advierte que la falta de un sueño reparador disminuye la productividad, la expectativa de vida, provoca irritabilidad, se incrementa el riesgo de sufrir accidentes y puede causar enfermedades con mayor facilidad.

Actualmente la Organización Mundial de la Salud (OMS), reconoce 88 diferentes tipos de trastornos del sueño, siendo el insomnio el más habitual afectando cerca del 40% de la población, por lo que este tipo de trastornos ya los considera como una epidemia de salud pública que pueden derivar en trastornos neurológicos y cardiovasculares, así como problemas gástricos, incremento del apetito y desequilibrio en el rendimiento.


PELIGROSO DORMIR MENOS DE SEIS HORAS

Dormir menos de seis horas aumenta 30% el riesgo de demencia, según el estudio británico “Asociación de la duración del sueño en la mediana edad y la vejez con la incidencia de demencia”, informó la doctora Guadalupe Terán Pérez, presidenta de la Sociedad Mexicana para la Investigación y Medicina del Sueño.

El sueño nocturno de buena calidad ayuda a que el cerebro funcione de manera adecuada, lo prepara para las actividades del día siguiente y ayuda a mantener la salud mental al propiciar un manejo adecuado de las emociones. Mientras se duerme, el cerebro se prepara para las actividades del siguiente día y se forman nuevas conexiones para el aprendizaje y el almacenamiento de información.

En el marco del Día Mundial del Sueño que se celebra cada año el tercer viernes de marzo, la doctora Guadalupe Terán Pérez, presidenta de la Sociedad Mexicana para la Investigación y Medicina del Sueño, dijo que “en México 17% de la población tiene insomnio y la deficiencia en el dormir cambia la actividad en algunas partes del cerebro provocando que las personas se sientan irritables, fatigadas o no puedan adaptarse al cambio, además de que la falta de sueño se ha vinculado a la depresión y las conductas riesgosas”.

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Explicó que la melatonina es la hormona que regula el reloj biológico, controla los ciclos del sueño y ayuda a manejar el estrés, la depresión y enfermedades neurodegenerativas. Se produce de manera natural en el cerebro, sin embargo por la edad y otros factores como el uso de medicamentos ansiolíticos o hipnóticos y algunos trastornos del sueño, disminuyen los niveles de melatonina en el cuerpo.

“Dependiendo de las características de cada paciente, se puede administrar melatonina de liberación prolongada que actúa exactamente como la hormona natural para ayudar al paciente a tener un sueño regular y reparador. Algunos trastornos del sueño se han identificado como síntomas tempranos del desarrollo de deterioro cognitivo y en algunas personas con depresión se han visto bajos niveles de melatonina”, comentó la doctora Terán Pérez.

La especialista mencionó que la melatonina de liberación prolongada (Cronocaps) es auxiliar en el tratamiento de la fase del sueño retrasada, insomnio, desfase de horario y trastornos del sueño por el trabajo por turno, entre otros, siempre bajo supervisión de un médico.

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Con el objetivo de compartir con la sociedad y la comunidad médica el interés por la medicina del sueño como una vía para cuidar de la salud y su calidad de vida, y para promover el buen dormir, el 18 de marzo se realiza el Sleep Fest 2023, la primera EXPO en México dedicada al sueño en el salón de Eventos del BelAir Unique CDMX WTC.

Los asistentes tendrán acceso a conferencias con expertos nacionales e internacionales para hablar sobre la atención del sueño; talleres con facilitadores en el cuidado del descanso y conversatorios con especialistas en la atención e intervención del sueño en donde se abordarán temas como los de depresión, ansiedad, alimentación, obesidad y estrés y su relación con el sueño.

INSOMNIO

El insomnio es uno de los principales trastornos del sueño y a partir del inicio de la pandemia de Covid-19 en marzo del 2020, se ha registrado un incremento en su incidencia, pues según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 35% de la población global ha variado de forma desfavorable sus patrones de sueño a causa de esta contingencia global.

El insomnio se define como una dificultad persistente para iniciar el sueño con insatisfacción en su duración, consolidación o calidad y que causa deterioro en las funciones sociales.

Hoy en día, este malestar se ha convertido en un tema de salud pública al generar consecuencias posteriores a las horas en la que debería haber descanso como fatiga general, irritabilidad, falta de atención, problemas de memoria, ansiedad e incluso se asocian a enfermedades crónicas, trastornos mentales y limitaciones en el funcionamiento diurno.

“El insomnio es la alteración del sueño más frecuente en la población y desafortunadamente sus efectos no sólo provocan cansancio en el paciente. Este trastorno también se asocia a un riesgo elevado para desarrollar trastornos depresivos mayores y otro tipo de enfermedades cardiovasculares o metabólicas si no es tratado a tiempo. Llevar una buena alimentación, practicar actividad física y contar con el tratamiento adecuado ayuda a mejorar la calidad de vida del paciente.”, aseguró el doctor Alejandro Jiménez Genchi, Coordinador de la Clínica de Sueño del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente”.

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PARÁLISIS DEL SUEÑO

Existen múltiples mitos alrededor del dicho “se me subió el muerto”. Algunas personas afirman que, al momento de estar durmiendo sienten como si algo o alguien presionaran su pecho, o como si se hubieran subido sobre ellos y, por lo tanto, despiertan. Al despertar, la persona siente una sensación de pánico y ansiedad. A este fenómeno se le denomina parálisis del sueño.

El término científico para describir la pérdida de control muscular brevemente al despertar o después de quedarse dormido, se le conoce como atonía. El estrés de la parálisis del sueño puede aumentar cuando un individuo tiene una pesadilla y luego se despierta, pero no puede mover su cuerpo. La incomodidad de la pesadilla combinada con la incapacidad de moverse puede ser una experiencia aterradora para cualquier persona.

La parálisis del sueño puede deberse al estrés, la ansiedad, la fatiga, la modificación repentina del modo de vida (luto, mudanza, cambio de trabajo) o a la irregularidad en las horas de sueño.

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Aunque actualmente no hay una cura para este fenómeno del sueño, existen diferentes maneras de controlar y disminuir la frecuencia de los episodios. Una buena idea es encontrar formas que te relajen tanto física como mentalmente.

Para evitar este tipo de episodios, los expertos recomiendan: no cenar pesado, bañarse antes de ir a dormir, apagar todas las luces y bloquear luz que pueda entrar por las ventanas y sacar aparatos electrónicos de la habitación, como televisión, computadora, tabletas y celular.

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SUEÑO Y CRECIMIENTO

El sueño es esencial para el desarrollo de los niños, las niñas y los adolescentes, ya que una mala calidad de sueño en esta etapa de la vida puede provocar cambios de humor, apetito, en el sistema inmunológico e incluso afectar el crecimiento.

Según estudios, cuando los niños están en sueño profundo es entre las 12 y las 4 de la madrugada, es entonces cuando la hormona de crecimiento (GH) o también llamada Somatotrópica se libera; y esta fase predomina durante el primer tercio de la noche, durante este periodo el cuerpo de nuestro bebé sintetiza proteínas y forma glóbulos rojos, este proceso es de suma importancia para la formación y oxigenación de los tejidos.

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Por ello es muy importante que los padres de familia establezcan un horario para que sus hijos se vayan a dormir, de acuerdo con su edad, con el fin de no comprometer la secreción de dicha hormona.

Otro caso en donde se puede ver con claridad el efecto del sueño sobre el crecimiento es cuando los niños sufren apnea de sueño. Esto quiere decir que sus vías respiratorias se encuentran obstruidas, principalmente por un tema de adenoides y/o amígdalas. Cuando se dan estos casos, el sueño suele volverse más ligero como respuesta del cuerpo a la situación de que la oxigenación se está viendo afectada.

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Dormir menos de seis horas genera consecuencias devastadoras en la salud física y mental de las personas en todas las etapas de la vida, informaron especialistas en ocasión al Día Mundial del Sueño que este 2023 se celebra el 17 de marzo.

En personas mayores de 18 años, no dormir bien provoca desde fatiga general, irritabilidad, falta de atención, problemas de memoria y ansiedad, lo que puede incrementar el riesgo de sufrir accidentes laborales y en vía pública.

La privación de sueño también incrementa la resistencia a la insulina, lo que desencadena enfermedades metabólicas, como sobrepeso/obesidad, diabetes y aumento de riesgo cardiovascular, además de acelerar el proceso de envejecimiento y ser factor de mortalidad prematura.

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No tener un adecuado periodo de descanso y sueño también aumenta hasta en 30% el riesgo de sufrir algún tipo de demencia, como Alzheimer, así como otro tipo de trastornos mentales, como depresión, ansiedad y estrés.

La etapa de sueño en el caso de los niños, niñas y adolescentes es vital, porque es cuando se libera la mayor producción de hormona de crecimiento.

Especialistas en trastornos del sueño del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente (INPRF) advierten que el 66% de los mexicanos duerme entre 7 y 9 horas en promedio, pero con distintos niveles de calidad del sueño.

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Al respecto, expertos de la Clínica del Sueño de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) estiman que cerca del 50% de la población tiene una mala calidad de sueño, cerca del 19% padece insomnio y alrededor del 11% ronca.

Sin embargo, algunos estudios advierten que en el caso de los habitantes de la Ciudad de México, el insomnio se puede disparar hasta el 42% de la población adulta.

Los expertos definen el insomnio como una dificultad habitual para conciliar, mantener el sueño o presencia de despertar más temprano a lo deseado. Se trata del trastorno del sueño más común en la población en general, seguido por ronquidos, apnea de sueño o somnolencia diurna.

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Estudios de la Secretaría de Salud destacan que el sueño tiene diferentes funciones benéficas en el organismo. De acuerdo a la edad, es como se determinan las horas que toda persona debe dormir. Por ejemplo, un bebé de 14 a 15 horas, los niños pequeños de 12 a 14 horas, los niños en edad escolar de 10 a 11 horas y los adultos al igual que los adultos mayores, de 7 a 9 horas diarias.

Existen diversos factores que influyen en el sueño como la actividad física diaria, la alimentación y el estado de salud en general. Si hay alguna enfermedad, ingesta de algunos fármacos o dolor, no va haber un sueño reparador y eso daña el cuerpo.

La dependencia advierte que la falta de un sueño reparador disminuye la productividad, la expectativa de vida, provoca irritabilidad, se incrementa el riesgo de sufrir accidentes y puede causar enfermedades con mayor facilidad.

Actualmente la Organización Mundial de la Salud (OMS), reconoce 88 diferentes tipos de trastornos del sueño, siendo el insomnio el más habitual afectando cerca del 40% de la población, por lo que este tipo de trastornos ya los considera como una epidemia de salud pública que pueden derivar en trastornos neurológicos y cardiovasculares, así como problemas gástricos, incremento del apetito y desequilibrio en el rendimiento.


PELIGROSO DORMIR MENOS DE SEIS HORAS

Dormir menos de seis horas aumenta 30% el riesgo de demencia, según el estudio británico “Asociación de la duración del sueño en la mediana edad y la vejez con la incidencia de demencia”, informó la doctora Guadalupe Terán Pérez, presidenta de la Sociedad Mexicana para la Investigación y Medicina del Sueño.

El sueño nocturno de buena calidad ayuda a que el cerebro funcione de manera adecuada, lo prepara para las actividades del día siguiente y ayuda a mantener la salud mental al propiciar un manejo adecuado de las emociones. Mientras se duerme, el cerebro se prepara para las actividades del siguiente día y se forman nuevas conexiones para el aprendizaje y el almacenamiento de información.

En el marco del Día Mundial del Sueño que se celebra cada año el tercer viernes de marzo, la doctora Guadalupe Terán Pérez, presidenta de la Sociedad Mexicana para la Investigación y Medicina del Sueño, dijo que “en México 17% de la población tiene insomnio y la deficiencia en el dormir cambia la actividad en algunas partes del cerebro provocando que las personas se sientan irritables, fatigadas o no puedan adaptarse al cambio, además de que la falta de sueño se ha vinculado a la depresión y las conductas riesgosas”.

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Explicó que la melatonina es la hormona que regula el reloj biológico, controla los ciclos del sueño y ayuda a manejar el estrés, la depresión y enfermedades neurodegenerativas. Se produce de manera natural en el cerebro, sin embargo por la edad y otros factores como el uso de medicamentos ansiolíticos o hipnóticos y algunos trastornos del sueño, disminuyen los niveles de melatonina en el cuerpo.

“Dependiendo de las características de cada paciente, se puede administrar melatonina de liberación prolongada que actúa exactamente como la hormona natural para ayudar al paciente a tener un sueño regular y reparador. Algunos trastornos del sueño se han identificado como síntomas tempranos del desarrollo de deterioro cognitivo y en algunas personas con depresión se han visto bajos niveles de melatonina”, comentó la doctora Terán Pérez.

La especialista mencionó que la melatonina de liberación prolongada (Cronocaps) es auxiliar en el tratamiento de la fase del sueño retrasada, insomnio, desfase de horario y trastornos del sueño por el trabajo por turno, entre otros, siempre bajo supervisión de un médico.

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Con el objetivo de compartir con la sociedad y la comunidad médica el interés por la medicina del sueño como una vía para cuidar de la salud y su calidad de vida, y para promover el buen dormir, el 18 de marzo se realiza el Sleep Fest 2023, la primera EXPO en México dedicada al sueño en el salón de Eventos del BelAir Unique CDMX WTC.

Los asistentes tendrán acceso a conferencias con expertos nacionales e internacionales para hablar sobre la atención del sueño; talleres con facilitadores en el cuidado del descanso y conversatorios con especialistas en la atención e intervención del sueño en donde se abordarán temas como los de depresión, ansiedad, alimentación, obesidad y estrés y su relación con el sueño.

INSOMNIO

El insomnio es uno de los principales trastornos del sueño y a partir del inicio de la pandemia de Covid-19 en marzo del 2020, se ha registrado un incremento en su incidencia, pues según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 35% de la población global ha variado de forma desfavorable sus patrones de sueño a causa de esta contingencia global.

El insomnio se define como una dificultad persistente para iniciar el sueño con insatisfacción en su duración, consolidación o calidad y que causa deterioro en las funciones sociales.

Hoy en día, este malestar se ha convertido en un tema de salud pública al generar consecuencias posteriores a las horas en la que debería haber descanso como fatiga general, irritabilidad, falta de atención, problemas de memoria, ansiedad e incluso se asocian a enfermedades crónicas, trastornos mentales y limitaciones en el funcionamiento diurno.

“El insomnio es la alteración del sueño más frecuente en la población y desafortunadamente sus efectos no sólo provocan cansancio en el paciente. Este trastorno también se asocia a un riesgo elevado para desarrollar trastornos depresivos mayores y otro tipo de enfermedades cardiovasculares o metabólicas si no es tratado a tiempo. Llevar una buena alimentación, practicar actividad física y contar con el tratamiento adecuado ayuda a mejorar la calidad de vida del paciente.”, aseguró el doctor Alejandro Jiménez Genchi, Coordinador de la Clínica de Sueño del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente”.

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PARÁLISIS DEL SUEÑO

Existen múltiples mitos alrededor del dicho “se me subió el muerto”. Algunas personas afirman que, al momento de estar durmiendo sienten como si algo o alguien presionaran su pecho, o como si se hubieran subido sobre ellos y, por lo tanto, despiertan. Al despertar, la persona siente una sensación de pánico y ansiedad. A este fenómeno se le denomina parálisis del sueño.

El término científico para describir la pérdida de control muscular brevemente al despertar o después de quedarse dormido, se le conoce como atonía. El estrés de la parálisis del sueño puede aumentar cuando un individuo tiene una pesadilla y luego se despierta, pero no puede mover su cuerpo. La incomodidad de la pesadilla combinada con la incapacidad de moverse puede ser una experiencia aterradora para cualquier persona.

La parálisis del sueño puede deberse al estrés, la ansiedad, la fatiga, la modificación repentina del modo de vida (luto, mudanza, cambio de trabajo) o a la irregularidad en las horas de sueño.

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Aunque actualmente no hay una cura para este fenómeno del sueño, existen diferentes maneras de controlar y disminuir la frecuencia de los episodios. Una buena idea es encontrar formas que te relajen tanto física como mentalmente.

Para evitar este tipo de episodios, los expertos recomiendan: no cenar pesado, bañarse antes de ir a dormir, apagar todas las luces y bloquear luz que pueda entrar por las ventanas y sacar aparatos electrónicos de la habitación, como televisión, computadora, tabletas y celular.

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SUEÑO Y CRECIMIENTO

El sueño es esencial para el desarrollo de los niños, las niñas y los adolescentes, ya que una mala calidad de sueño en esta etapa de la vida puede provocar cambios de humor, apetito, en el sistema inmunológico e incluso afectar el crecimiento.

Según estudios, cuando los niños están en sueño profundo es entre las 12 y las 4 de la madrugada, es entonces cuando la hormona de crecimiento (GH) o también llamada Somatotrópica se libera; y esta fase predomina durante el primer tercio de la noche, durante este periodo el cuerpo de nuestro bebé sintetiza proteínas y forma glóbulos rojos, este proceso es de suma importancia para la formación y oxigenación de los tejidos.

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Por ello es muy importante que los padres de familia establezcan un horario para que sus hijos se vayan a dormir, de acuerdo con su edad, con el fin de no comprometer la secreción de dicha hormona.

Otro caso en donde se puede ver con claridad el efecto del sueño sobre el crecimiento es cuando los niños sufren apnea de sueño. Esto quiere decir que sus vías respiratorias se encuentran obstruidas, principalmente por un tema de adenoides y/o amígdalas. Cuando se dan estos casos, el sueño suele volverse más ligero como respuesta del cuerpo a la situación de que la oxigenación se está viendo afectada.

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