En la colonia Arboleda, en la zona de Tenayuca, municipio de Tlalnepantla, donde el pasado fin de semana se registró la caída de cinco enormes pedruscos de entre tres y cinco toneladas, persiste el peligro para las familias de la zona, debido a que dos rocas “campanean” en lo alto del cerro.
En un informe dado a conocer por el área de Protección Civil del municipio, las autoridades anunciaron que procedieron a notificar a las viviendas aledañas a la calle Cerezos la urgente necesidad de llevar a cabo un desalojo, en tanto se realizan los trabajos para demoler las gigantescas piedras.
Frente a esta amenaza se requirió la intervención de diversas dependencias locales, entre ellas, el área de Desarrollo Urbano, de Seguridad Pública, de Gobierno y la Secretaría del ayuntamiento.
La evacuación solicitada es de carácter temporal, pues según las autoridades el riesgo será neutralizado con la destrucción de las rocas, pero aclaró que existe peligro y es urgente evitar desgracias sobre los vecinos que se ubican en las partes señaladas como de alto riesgo y que están dentro de la reserva de protección marcada como prohibida para edificar inmuebles.
Las rocas que “campanean” serán demolidas por especialistas de Protección Civil y se calcula que el peso de éstas es de 50 toneladas, una de 30 y otra de 20, y se localizan en los riscos de la calle Cerezos.
Una de las rocas fue sujetada en primera instancia con un cable de acero para evitar que se precipite sobre las viviendas de la localidad, lugar en donde el fin de semana se deslizaron 5 piedras a un costado de las viviendas en la calle Cerezos.
Esta roca está siendo trabajada por personal certificado para laborar en las canteras y son quienes detectaron que la primera gran roca tenía grietas, provocadas por la raíz de un árbol que creció en la parte alta, ocasionando presión en ella, abriendo la posibilidad del desplome.
Prevención local
Estos trabajos, que de acuerdo con la administración municipal, forman parte de la estrategia de prevención local, y se realizan de manera permanente y a través de una estrategia interinstitucional e interdisciplinaria, en coordinación con los vecinos asentados de manera irregular en las zonas de riesgo. El objetivo es salvaguardar en la medida de lo posible la vida y patrimonio de estos.
El pasado fin de semana, las intensas lluvias provocaron el reblandecimiento de la tierra y aflojaron cinco rocas que se desplomaron, cayendo sobre algunas viviendas de la calle Cerezos 35.
Aun cuando el percance resultó aparatoso no se registraron pérdidas humanas, ni personas lesionadas, sólo destrucción por los impactos, debido a que las enormes piedras tenían un peso de entre tres y cinco toneladas, según los primeros reportes de Protección Civil municipal. Las moles golpearon tinacos de una vivienda y también causaron averías en ramales de drenaje del lugar.
Según el gobierno municipal, la casa más golpeada por las grandes piedras se encuentra en condición irregular; es decir, construida en zona no apta para viviendas, pues las advertencias del Atlas de Riesgos establecen peligros de residencia en el sitio.
Ante estos hechos se activaron los protocolos del gobierno local, con el fin de salvaguardar la seguridad de los lugareños, por lo que fueron retirados en tanto los efectivos de las diferentes corporaciones municipales comenzaron a trabajar en la zona.
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El área de Protección Civil exhortó a la población para que atienda las recomendaciones de las autoridades, dado que las construcciones en la zona se hallan en condición irregular.
De acuerdo con los moradores de la calle Cerezos, el desprendimiento de las rocas se escuchó desde las últimas horas del sábado y las primeras del domingo pasado, después de las intensas lluvias que han caído en el Valle de México.
Ante el desplome de las rocas los propios habitantes del lugar hicieron el llamado de auxilio a las autoridades municipales, por lo que el gobierno local determinó enviar a personal de Protección Civil y Bomberos.
Según las autoridades, la emergencia se atendió desde las primeras horas del suceso. Las maniobras de los cuerpos de emergencia fueron, en primer lugar, asegurar el bienestar físico de las personas, y luego se procedió a estabilizar el lugar, luego de los impactos de las gigantescas rocas.
Como parte de las acciones emprendidas por el equipo de trabajo, con el apoyo de especialistas se determinó, ahí mismo, llevar a cabo la demolición de las piedras, con el fin de convertirlas en un muro de amortiguamiento.
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