La nueva norma oficial para el control del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) promueve el uso de pastillas antirretrovirales sin distinción de derechohabiencia, así como la venta de autopruebas, entre otras medidas, las cuales beneficiarán a la población, destacó la directora de la Clínica Especializada Condesa, Andrea González Rodríguez.
El pasado 2 de junio la Secretaría de Salud publicó en el Diario Oficial de la Federación, la NOM-010-SSA-2023 para mejorar y actualizar los métodos, lineamientos y criterios para atender el virus.
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La directora de la Clínica Condesa comentó que esta actualización es importante, pues hubo un consenso entre las poblaciones afectadas, organizaciones civiles y los proveedores para mejorar y definir los procedimientos para la atención en los servicios de salud.
“El contexto de 1993 como recordamos no había terapias triples antirretrovirales, se contaba con un antirretroviral, el AZT en ese tiempo con muy poca eficacia y a partir 1997 en el mundo se incorporan las terapias triples que empiezan a estar en México, pero no para toda la población. Es hasta 2003 que se hace un programa para que todas las instituciones cuenten con antirretrovirales”, explicó a El Sol de México.
Es hasta 2003 que se hace un programa para que las instituciones cuenten con antirretrovirales”, dijo a El Sol de México.
Entre los cambios en la norma están el impulso de nuevas tecnologías diagnósticas y la prevención con antirretrovirales como Profilaxis Pre Exposición (PreEp) y Post Exposición (PEP), abiertos a quienes cumplan con los requisitos aun sin tener seguro social.
González Rodríguez mencionó que el uso de antirretrovirales para prevenir el VIH se hace a partir de procesos específicos dirigidos sólo a personas con alto riesgo o exposición al virus. Los primeros diagnósticos en México ocurrieron en 1983, de acuerdo con la Secretaría de Salud federal.
El proceso para acceder a las PEP y PrEP incluye una prueba de VIH negativa y una valoración médica. "Estos grupos poblacionales son hombres que tienen sexo con hombres y mujeres trans, ambos segmentos con vida sexual activa.
“Se puede ofrecer en casos específicos a mujeres cis que son parejas de hombres cis con VIH y sin tratamiento, a sobrevivientes de violencia sexual y a personas que se hayan expuesto a la infección en un contexto laboral”, dijo la experta.
El proceso para acceder a las PEP y PrEP incluye una prueba de VIH negativa y una valoración médica para estimar el riesgo.
“Estos grupos poblacionales son hombres que tienen sexo con hombres y mujeres trans, ambos segmentos con vida sexual activa.
"También se puede ofrecer en casos específicos a mujeres cis que son parejas de hombres cis con VIH y sin tratamiento, a sobrevivientes de violencia sexual y a personas que se hayan expuesto a la infección en un contexto labora”, dijo la experta.
Otra de las actualizaciones es la implementación de la autoprueba, la cual permitirá a las personas conseguirla en alguna farmacia y después aplicársela en su propia casa de manera rápida y fácil.
Debido a la pandemia por Covid-19, el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida promovió las autopruebas para que las personas conocieran si viven o no con el virus o el síndrome.
“Se incorporan las tecnologías, los métodos se flexibilizan, se agiliza y plantea promover los servicios universales de diagnóstico y de prevención, eso no venían en la norma anterior, son evidencias que vienen de 2011 a 2015, es una real actualización que nos pone a la vanguardia”, dijo González Rodríguez.
La directora de la Clínica Condesa, aseguró que esta norma mejora la parte del diagnóstico con servicios amigables, que buscan garantizar un acceso más amplio a poblaciones históricamente discriminadas.
“El mecanismo es evitar estigma, discriminación, basarlo en evidencia siempre. Otro elemento que establece es la importancia la incorporación los más pronto posible al tratamiento, porque se sabe que una persona mientras más rápido inicia y es adherente al tratamiento no infecta y no transmite el virus”, resaltó.
TEMEN FALTA DE EFECTIVIDAD
El investigador en temas de salud LGBT+, Ricardo Baruch, dijo que la actualización de la norma para atender el VIH reconoce los derechos humanos de la comunidad, pero puso en duda su correcta aplicación.
El experto expuso que, por ejemplo, los recortes en materia de salud podrían ser un problema para llevar a cabo los lineamientos de la nueva norma.
“Hemos sido testigos que durante este sexenio cada vez se han recortado más los recursos en materia de salud, pero también al programa nacional de VIH. Resulta una contradicción que exista una norma bastante buena si se invierte menos en materia de prevención y existe una pésima aplicación”, manifestó.
Destacó que si bien instituciones como el IMSS implementan estrategias para la prevención del VIH, quedan limitadas, pues tras la pandemia subieron los casos de VIH en el país.
De acuerdo con el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de VIH, de la Secretaría de Salud, en 2019 se diagnosticaron 17 mil 461 casos y un año después, con las interrupciones de los servicios de salud, la cifra bajó a 10 mil 395.
El más reciente informe anual revela que luego del primer año de la pandemia, los diagnósticos repuntaron a casi 16 mil en 2021 y a poco más de 14 mil en 2022. El año pasado, la Ciudad de México fue la que acumuló más casos, 47 mil 125, es decir, 13.5 por ciento del total en el país.
“Vemos con mucha preocupación que a pesar de tener una buena norma se siga debilitando la atención del VIH, imaginen lo que puede pasar con los otros padecimientos cuyas normas desaparecieron ni siquiera van a tener un lineamiento”, cuestionó el experto.
COMUNIDAD LBGT+ Y LA SALUD PRIVADA
De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía, al menos 49.8 por ciento de la comunidad LGBT+ utiliza los servicios de salud, como clínicas u hospitales privados o consultorios de farmacia.
En contraste, 52.2 por ciento de la población que no pertenece a la diversidad sexual acude a instituciones públicas como IMSS, ISSSTE, Seguro Popular o el Instituto de Salud para el Bienestar.
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“Puede ser por la percepción de que en los servicios públicos hay discriminación, lo que muchas veces los lleva a que —sobre todo los gais—, busquen médicos privados que además también pertenecen a la comunidad, ahí hay mucho interés, que la comunidad acuda con un médico con el que pueda hablar de su orientación y prácticas sexuales y sepan que no los van a juzgar”, explicó el investigador en temas de salud LGBT+, Ricardo Baruch.
El experto mencionó que otro factor por el cual la población de la diversidad sexual acude a consultorios de farmacia es porque tienen un acceso fácil y rápido, aunque su capacidad resolutiva muchas veces sea más baja.