Difícil es caminar / En un extraño lugar / En donde el hambre se ve / Como un gran circo en acción / En las calles no hay telón...”, dice la canción de Un gran circo, del grupo Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio, nada mejor para ejemplificar lo que, quizá desde 1991 año del lanzamiento del tema, pasa en las calles de esta, la gran Ciudad de México.
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Las personas que viven de y en la calle son niñas, niños, jóvenes, mujeres, hombres, familias completas, personas mayores, personas con discapacidad y otras con diferentes problemas de salud y adicciones.
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Tragafuegos, malabaristas, equilibristas, bailarines y más pueblan los pasos de cebra de casi cada esquina, ahí “trabajan” durante horas con la esperanza de obtener, gracias a la caridad de los automovilistas, unas monedas que los ayuden a sobrevivir.
Para la mayoría de estas personas, la calle es su único sustento, su único hogar y su única forma de sobrevivir. Muchas de ellas han elegido esta forma de vida luego de que las puertas de otras oportunidades laborales se les cerraron, otros la eligieron por la libertad que les da y otros tantos no tuvieron otra opción, pues es la única realidad que conocen.
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