La alimentación en México es un derecho humano que representa un enorme reto de salud, social y económico. Mientras 6 de cada 10 familias no les alcanza para comprar la canasta básica alimentaria; por otro lado, 7 de cada 10 adultos mayores de 20 años viven con sobrepeso u obesidad.

El sobrepeso y la obesidad representan un importante problema de salud pública, debido a que son una enfermedad crónica y multifactorial que aumenta el riesgo de desarrollar comorbilidades, como cardiopatías, diabetes, osteoporosis y problemas ortopédicos, problemas de tiroides y recientes investigaciones los relacionan con más de una 20 de diferentes tipos de cáncer.

En el marco del Día Mundial de la Alimentación, que se conmemora cada 16 de octubre, expertos en nutrición, endocrinología y economía advirtieron que los malos hábitos alimenticios, ya sea por la insuficiencia alimentaria en la ingesta de proteína y nutrientes, o el exceso en el consumo de productos altos en grasas, carbohidratos y azúcares, constituyen un grave problema de salud, que requiere atención inmediata.

Esta situación es grave si se toma en cuenta que más de 70% de la población adulta y 30% de la población infantil en México tiene sobrepeso u obesidad, según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2021 (Ensanut 2021), mencionaron los especialistas.

“La alimentación es la base de la salud, por ello, es necesario incluir en nuestras comidas diarias abundantes frutas y verduras crudas o cocidas (al menos cinco al día), lácteos, cereales integrales; y seleccionar cortes de carnes magros o sin grasa y pescados para cocinarlos al horno, a la plancha o al vapor”, informó la doctora Ruth Carmina Cruz Soto, especialista en endocrinología.

“Una alimentación saludable debe aportar todos los nutrientes que necesita el organismo: hidratos de carbono, grasas, proteínas, vitaminas, minerales y agua; así como estar equilibrada repartiendo los nutrientes y guardando una proporción entre sí. Además, debe ser suficiente, la cantidad de alimentos tiene que ser la adecuada para mantener el peso dentro de los rangos de normalidad y, en los niños, lograr un crecimiento y desarrollo proporcional”, señaló la especialista.

“Actualmente, el estilo de vida y las prácticas comunes -incluida la jornada laboral- han orillado a la población a aumentar la ingesta de “comida rápida” que, por lo general, contiene más grasa saturada y sodio, así como poca fibra, hierro y vitaminas; también consumen alimentos fuera de las horas establecidas, así como bebidas con alto contenido de azúcar”, comentó la doctora Cruz Soto

DIETA CORPORATIVA

El ritmo acelerado de vida ha impuesto nuevos modelos de alimentación en prácticamente todos los sectores de la población, sin importar condición económica o edad o lugar donde habita, lo que ha provocado un aumento explosivo en el consumo de alimentos ultraprocesados con altos niveles de azúcares, sal y grasas.

Durante el conversatorio “La dieta neoliberal y obesidad en México. El papel de las políticas públicas en la transformación de los ambientes alimentarios”, el profesor y sociólogo Gerardo Otero, investigador de la Universidad de Simón Fraser de Canadá definió este cambio de hábitos alimenticios, como “la dieta neoliberal o corporativa”, que básicamente incluye la ingesta de comida chatarra en la vida moderna.

En el evento híbrido organizado por el Instituto de Geografía de la UNAM y la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad (COUS), el especialista señaló que los alimentos ultraprocesados además de los ingredientes antes mencionados, también contienen endulzantes, colorantes, saborizantes, conservadores, espesantes y otros productos, varios de ellos derivados del petróleo.

Comentó que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, en un informe de 2012 señaló que 870 millones de personas sufren de inseguridad alimentaria, 850 millones de ellas viven en países en desarrollo. Destacó que en un mundo productor de suficiente comida, la inequitativa distribución del ingreso impide que todos tengan acceso a una alimentación suficiente e inocua.

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A su vez, el director general del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades, Ruy López Ridaura, dijo que los ambientes alimentarios del país se han modificado para mal. “Existe una degradación y el acceso a opciones alimentarias saludables es cada vez más difícil”.

En su oportunidad, Claudia María Mesa Dávila, del Área de Enseñanza de los Servicios de Salud Pública de la Ciudad de México, consideró que en esta cultura de alimentación las escuelas son decisivas para implementar una nueva alimentación saludable. Refirió además la alta prevalencia de obesidad y enfermedades cardiovasculares entre la población nacional.

Simón Barquera Cervera, director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública, destacó que en este asunto es importante un enfoque impulsado en la persona y en las políticas públicas que favorezcan la salud.

“Esa visión centrada en la persona debe tener una profunda claridad de cuáles son sus determinantes sociales. Si uno no tiene claridad de qué es lo que está causando en México esta epidemia, puede a nivel individual hacer recomendaciones equivocadas de qué están causando estos problemas”. Lo correcto es el enfoque que le permite al individuo tener las condiciones para lograr una vida saludable, indicó.

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6 DE CADA 10 FAMILIAS NO LES ALCANZA PARA COPRAR LA CANASTA BÁSICA

La tendencia inflacionaria en la mayoría de los productos de consumo básico coloca a 7 de cada 10 familias en situación de inseguridad alimentaria, enfatizó Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) al señalar que este fenómeno golpea principalmente a los hogares más pobres.

Destacó que de los 127 millones de mexicanos, 14 millones viven en pobreza extrema, 43 millones en pobreza, 65 millones en la informalidad y 90 millones tienen insolencia que no les permite comprar los alimentos de la canasta básica.

Advirtió que el bajo poder adquisitivo de la población y el aumento de precios ha provocado una caída en el consumo, ya que tan solo en el último mes, el costo promedio de la Canasta Básica Alimentaria se incrementó 1.42% al pasar de 1,661 a 1,685 pesos.

El líder de ANPEC indicó que para hacer alcanzar el gasto, las jefas de familia recurren a diversas estrategias de compra, a través de las cuales se deteriora más la calidad y cantidad de los alimentos, ya que no solo se está comprando menos, sino también los consumidores han migrado a productos de menor calidad, como son los alimentos de venta a granel o que suelen tener mayor contenido de grasas y azúcares.

Explicó que las familias han dejado de comprar los alimentos que aportan la proteína y los nutrientes, como son los productos de origen animal, como son pollo, res, pescado, mariscos, cerdo, leche y huevo. Señaló que la sequía y el aumento de precios agropecuarios han provocado también que las familias reduzcan su consumo de frutas y verduras.

PROGRAMAS SOCIALES NO HAN BAJADO LA POBREZA

Los programas “sociales” de transferencias monetarias no pueden reducir la pobreza y excluyen al 66% de los hogares de menor ingreso, destacaron investigadores de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.

Hace 30 años, en 1992, había 46.1 millones de personas viviendo en pobreza por ingresos. En 2020, son 66.7 millones de personas, lo que significa que hay 20 millones de personas más viviendo en pobreza por ingresos en 2020, aunque el porcentaje sea el mismo de 53%, ya que se debe considerar el crecimiento demográfico, explicaron.

México requiere una gran reforma para reducir sustancialmente la pobreza, destacaron los investigadores de Acción Ciudadana al plantear tres bases fundamentales: trabajo digno y bien remunerado; derechos sociales garantizados mediante un sistema de protección universal que incluya servicios de salud, sistema de cuidados y mecanismos de garantía de ingresos, así como un sistema educativo de calidad y gratuito.

Sin embargo, Acción Ciudadana contra la Pobreza destacó que la medida inmediata debe ser la inminente revisión del salario mínimo, que se ha estancado por lo menos durante los últimos 20 años.

“Esto es algo escandaloso porque el trabajo es y debe ser la puerta de salida de la pobreza. Pero en México, millones de trabajos son en realidad fábricas de pobreza, alrededor del 40% de la población tiene un ingreso laboral menor al costo de la canasta alimentaria desde hace casi 20 años”, advierten los investigadores en su documento “Reporte Especial, Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, 17 de Octubre 2022”.

En su estudio, señalan que “los programas “sociales” de transferencias monetarias - la política pública más empleada para administrar la pobreza- no alcanzan a reducirla y actualmente excluyen al 66% de los hogares de menor ingreso.

La experiencia ha demostrado que la pobreza conculca el ejercicio de otros derechos sociales básicos: la educación, la salud, la vivienda digna, la alimentación suficiente y nutritiva, sostienen.

Acción Ciudadana Frente a la Pobreza exhorta a la sociedad en su conjunto y en particular a quienes toman decisiones en las empresas y en el gobierno a tomar medidas para erradicar la pobreza laboral y para reducir la pobreza y las carencias con efectos en el ejercicio de los derechos humanos a la educación, la salud, la alimentación, la vivienda digna y en general lo necesario para vivir con dignidad.

Para contribuir con las autoridades, la iniciativa privada y la sociedad a asumir compromisos con la erradicación de la pobreza, pusieron a disposición de los interesados el Reporte Especial que incluye 10 fichas informativas sobre la evolución reciente de la pobreza en México.

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