Día Internacional de la Mujer: La violencia hacia ellas deja una herida casi imborrable

Para prevenir, atender y enfrentar este fenómeno, primero hay que conocerlo y enseñar a la población cómo detectarlo, dicen especialistas

Genoveva Ortiz | La Prensa

  · miércoles 8 de marzo de 2023

La doctora Valle Arteaga llamó a las mujeres a identificar sí están siendo expuestas a algún tipo de violencia, hacer la denuncia y a no sentirse solas. Foto Sergio Vázquez | La Prensa

La violencia contra la mujer constituye un problema de salud pública y una grave violación a los derechos humanos que puede tener repercusiones negativas en la salud física, mental, sexual e incluso reproductiva.

La gravedad de las secuelas dependerá del tipo de agresión, grado de violencia y tiempo de exposición, señaló la doctora Eunice Itzel Valle Arteaga, subdirectora del Hospital de Psiquiatría Morelos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en la Ciudad de México.

“Ante cualquier evento de violencia, lo importante es dar atención lo más pronto posible, no solo para cortar su presencia, sino también para evitar secuelas físicas, neuroquímicas futuras, y su riesgo potencial de generar todavía más violencia”, señaló la especialista.

“Cuando una persona se encuentra inmersa en un ambiente donde la agresión es continua la persona se va a ver inexorablemente afectada en su comportamiento, si se mantiene por el tiempo suficiente, incluso en aspectos fisiológicos y esto nos va a llevar a repercusiones significativas incluso en la neuro-bioquímica”, alertó.

Los distintos rostros de la violencia

La doctora Eunice Itzel Valle Arteaga, subdirectora del Hospital de Psiquiatría Morelos del IMSS en la CDMX, señaló que para prevenir, atender y enfrentar el fenómeno de la violencia, primero hay que conocerlo y enseñar a la población cómo detectar a tiempo este problema.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que la violencia contra la mujer constituye un problema de salud pública y es una violación grave a los derechos humanos, “pero, ¿por qué?, ¿de dónde sale esto? Antes que nada, debemos de saber cuáles son nuestros derechos humanos, porque ¿cómo pedimos si no sabemos qué nos toca?”, indicó la especialista.

Hay varias definiciones de lo que son los derechos humanos. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), por ejemplo, nos dice que son aquel conjunto de prerrogativas sustentadas en la dignidad humana, cuya realización resulta efectiva.

La OMS resalta que estos derechos son inherentes a todas las personas sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de nacimiento, residencia, sexo, origen racial o étnico, color religión, lengua o cualquier otra condición.

Cuando se habla de violencia, la especialista refirió que existen muchísimos tipos, entre los que mencionó la violencia física, como un acto que va a infligir un daño o lesión usando la fuerza física o algún tipo de objeto.

La campaña No Estás Sola tiene como objetivo erradicar agresiones en el núcleo familiar, mediante la exposición de sus casos para recibir atención y facilitar su denuncia. Foto GCDMX

También está la violencia psicológica que implica toda agresión realizada sin la intención de un contacto físico entre las personas, cuyo propósito es disminuir o eliminar los recursos internos que la persona tiene.

Suele ser desafortunadamente, la más normalizada y precisamente por ser normalizada es incluso de las más difíciles de detectar

La ONU, recordó, define la violencia contra la mujer como todo aquel acto de violencia de género que resulte o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico, inclusive las amenazas de tales actos.

También la coacción o privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada, y esta violencia incluye también dos conceptos que son muy importantes: como la violencia de pareja y la violencia sexual, señaló.

“La OMS, el 8 de marzo de 2021 estimó que 1 de cada 3 mujeres en el mundo han sufrido violencia, ya sea física o sexual, por parte de su pareja o por terceros, en algún momento de su vida”, indicó.

El organismo advierte que en casi un tercio de los casos, el agresor suele ser la pareja; es decir, “un 27% de las mujeres entre 15 y 49 años han estado en una relación donde informan haber sufrido algún tipo de violencia física y/o sexual por parte de sus parejas, de las personas en las que ellas eligen confiar”, advirtió al agregar que hasta el 38% de los asesinatos de mujeres a nivel mundial son cometidos por su pareja.

Efecto devastador

La violencia puede afectar a un ser humano en diferentes niveles, ya sea como una experiencia única en el aquí y en el ahora, pero también dejar antecedente de un evento traumático en la vida, lo que tendrá diversas manifestaciones o repercusiones a lo largo de la vida de la persona.

La doctora Valle Arteaga explicó que el grado de afectación de la persona dependerá del tipo de agresión, además de su propia capacidad de adaptación, su grado de resiliencia, antecedentes de patología mental previa y el abordaje otorgado.

Foto @UNAM_MX

“Ante cualquier evento de violencia es importante dar una atención lo más pronto posible para que de esa manera podamos coartar la presencia o la potencial expresión de complicaciones o secuelas futuras”, subrayó.

“Cuando alguien se encuentra inmersa en un ambiente donde la agresión es continua, la persona se va a ver inexorablemente afectada en su comportamiento, si se mantiene por el tiempo suficiente, incluso en aspectos fisiológicos y esto nos va a llevar a repercusiones significativas incluso en la neurobioquímica”, agregó.

Incluso, alertó que si los estímulos se mantienen todavía por un tiempo mayor y suficiente puede incluso repercutir en alteraciones estructurales a nivel del sistema nervioso central.

Mencionó, por ejemplo, que el maltrato infantil invariablemente tendrá un fuerte impacto en el desarrollo neurobiológico y psicológico de cualquier ser humano, ya que la exposición al estrés y maltrato de manera temprana, cuando el cerebro se encuentra desarrollándose va a producir una cascada de eventos neurobiológicos, que tienen el potencial de causar cambios en el desarrollo del cerebro a nivel estructural, funcional y neuro-moral.

Durante la transmisión virtual “Clínica Salud Digital”, donde abordó el tema “Salud Mental y Prevención de Violencia contra las Mujeres”, la especialista en psiquiatría señaló que el maltrato infantil va a asentar “tierra fértil” para el desarrollo de trastornos mentales o del comportamiento, para desarrollar depresión temprana, ansiedad e incluso padecer el trastorno de estrés post-traumático, cuando la persona es expuesta a niveles de violencia que superan su capacidad de adaptación.

“Es muy importante saber que aquella persona que desde pequeña ha estado expuesta a un ambiente hostil va a normalizar la violencia como un estilo de vida y, de manera inadvertida va a contribuir a perpetuarla, por eso es sumamente importante identificar el problema y trabajar en él”, alertó la doctora Valle Arteaga.

Consecuencias

La violencia siempre va a tener un efecto sobre quien es ejercida, atentará contra la seguridad del individuo, su autoestima, va a afectar sus relaciones interpersonales, puede llegar incluso a alterar, a cambiar la visión que tiene del mundo y, por supuesto, de su comportamiento futuro, indicó la doctora Eunice Itzel Valle.

La especialista explicó que las repercusiones que tiene la violencia en la salud de las mujeres, puede ir desde un malestar transitorio, hasta detonar algún trastorno mental o del comportamiento, incluso, la pérdida de la vida misma.

“La consecuencia va a ser directamente proporcional al nivel de la agresión experimentada y a las herramientas adaptativas de quien experimenta ese tipo de violencia”, apuntó.

Asimismo, señaló que existen factores asociados que van a perpetuar los ciclos de violencia, como es un bajo nivel de instrucción, no académica, sino de la experiencia de vida que cada persona debe tener para su crecimiento emocional e interpersonal saludable.

Otro factor importante son los antecedentes familiares, como el haber sufrido maltrato infantil o haber presenciado escenas de violencia familiar, consumo nocivo de alcohol, estereotipos de género y la falta de una comunicación óptima y asertiva, entre otras, situaciones.

¿Qué hacer?

¿Qué nos ofrece el IMSS y qué ha hecho por esto? Antes que nada el IMSS siempre ha tenido una prioridad muy grande y esa es capacitar a su personal, facilita la instrucción de manera periódica en temas de derechos humanos, mantiene una política de no violencia y sensibiliza a todos sus trabajadores en el trato a sus derechohabientes y cada vez, afortunadamente, con mayor ímpetu apuesta por la salud mental, indicó la doctora Eunice Itzel Valle Arteaga.

La subdirectora del Hospital de Psiquiatría Morelos del IMSS en la CDMX indicó que también realiza actividades que no se centran en algunos sectores, son campañas a nivel nacional que buscan prevenir, promover, informar y reconocer la importancia de generar espacios libres de violencia para las mujeres y las niñas.

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Asimismo, indicó que el IMSS promueve la participación activa de sus trabajadores con campañas de prevención contra la violencia, instruye a su población derechohabiente con folletos, infografías, cápsulas, pláticas informativas y todas estas tienen una difusión masiva.

Entre estos talleres están: “Actívate por los derechos Humanos”, “Herramientas para la Igualdad”, “Cero tolerancia al Hostigamiento Sexual”, “Estrategia Nacional para el Fortalecimiento del Buen Trato”, “SER IMSS responsabilidades legales en el Actuar de las y los Servidores Públicos en los servicios de Salud”, “Acciones de Sensibilización para prevenir la Violencia” e implementó también el protocolo para la prevención, atención y sanción del hostigamiento sexual y acoso sexual, además, tiene ya mecanismos establecidos para poder atender las denuncias en este rubro hasta su conclusión.

Finalmente, la doctora Valle Arteaga llamó a las mujeres a identificar sí están siendo expuestas a algún tipo de violencia, hacer la denuncia y no sentirse solas.

Recomendó incrementar las herramientas adaptativas para mejorar las relaciones interpersonales, romper patrones, no temer a un proceso de psicoterapia, hacerse responsable de los propios sentimientos y saber marcar límites de manera clara y acertada, incluso, proceder a la denuncia y no postergar decisiones importantes por culpa, vergüenza o miedo.

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