A sus manos llegan niños hechos añicos, en mil pedazos, que la gente lleva a reparar por el cariño y devoción que les tiene a sus niños. "Nos han traído niños a reparar que tienen más de 60 años.
Don Armando repara niños en el mercado de la Romería del Niño Dios, en el Centro Histórico desde hace muchos años, que llevan las personas, con el fin de tenerlos en óptimas condiciones para llevarlos a la iglesia a bendecir, el 2 de febrero.
En una charla con La Prensa describió que algunos niños para arreglarlos se tardan entre 20 y 30 minutos… Pegan sus piezas una a una, los detallan, luego pasan a pintura, la decoración de su carita, ojitos y pestañas... y está listo, agrega don Armando, originario de Iztapapala, quien tiene más 13 años reparado figuras religiosas, pero su familia lleva varias generaciones haciendo este actividad artesanal.
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“A muchos niños se les descarapelan los pies, manos brazos, se les caen sus pestañas o se les despintan sus ojitos, o bien partes de su cuerpo, pero de manera cuidadosa, se vuelve a reparar y quedan como nuevos”, comentó el artesano.
La labor de restauración de Niños Dios, es un arte, “nos llegan niños rotos desde los brazos, pies, o prácticamente deshechos, un rompecabezas, por lo que restaurarlos y repintarlos es cuestión de mucha paciencia y dedicación por qué no cualquier persona lo hace; es un don que Dios me dio, refiere Don Armando.
Narró que luego hay muchos niños que no se quieren ir del puesto, "ya los tenemos arreglados, se los vamos a pasar a sus dueños y se rompe el bracito, y se tiene que volver a pintar o bien le pasa al pintor, por lo que se les habla con mucho cariño para que se dejan reparar y se vayan su hogar.
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Una reparación de un niño cuesta entre 100 y 300 pesos, lo cual depende del tamaño. Restaura imágenes de diferentes materiales como madera y yeso, resina, porcelana, pasta, plástico, barro cocido en horno, en algunos casos, las personas buscan pintura completa para el Niño Dios.
Algunas imágenes se resanan desde cero, pues prácticamente las reconstruyen ya sea un brazo o la pierna que le haga falta a los niños, sin ocupar algún molde, todo lo hacen de manera manual.
El 2 de febrero termina el ciclo de la Navidad en México, por ello, en muchos poblados se acostumbra "levantar" al niño que lucía en el Nacimiento para vestirlo con las mejores ropas y accesorios durante esa fecha.
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