El Consejo Directivo de la Fundación Comunitaria Malinalco A.C., fue acusado por una de sus directoras generales de ser “machista, clasista y racista” durante su gestión a finales de 2020 a mediados de 2022.
En una carta enviada al consejo, firmado por la entonces directora general de la fundación, Yazmín Miranda Molina, y los miembros del equipo operativo del organismo, señalan el uso sistemático de violencia por parte de los integrantes del Consejo Directivo.
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Entre los integrantes denunciados del consejo directivo está Pedro Álvarez Icaza Longoria, designado recientemente por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo como titular de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP).
También son señalados Julio Javier Copo, abogado y asesor de asociaciones como Reinserta México; Andrés Aguilar Larrondo, fundador de Risaterapia, y a Remi Etienne Berthelemot, cónsul honorario de Francia en Cartagena, Colombia.
Violencia ejercida derivó en trastornos mentales
El documento señala que el Consejo Directivo estaba conformado por seis hombres y una sola mujer además de haber un ambiente hostil, lleno de gritos, desprecios y ofensas.
“No es normal que a las mujeres nos tachen de locas y de exageradas, que constantemente cuestionen su conocimiento e intentaran “iluminar” nuestro discurso con su “sabiduría”, y que se lleven los créditos de sus iniciativas y trabajo.
La afectada indicó que, a raíz de su violencia, le diagnosticaron trastorno depresivo y de ansiedad que la obligaron a tratarse médicamente, tratamiento que aún lleva.
También comentó que esa organización de la sociedad civil llevó, durante años, a personas externas de Malinalco a hacerse cargo de una organización que promueve el “desarrollo comunitario y local”.
Y mencionó que constantemente han tratado con desprecio y arrogancia a la gente de un pueblo que históricamente ha sido despojado por personas privilegiadas.
Posiciones económicas, sociales y políticas privilegiadas
Desde el origen de la Fundación hace 16 años, personas ajenas a la comunidad de Malinalco, habían estado al frente de la Fundación. Es decir, no había gente local en la toma de decisiones, por lo que los proyectos de “desarrollo comunitario” se estaban haciendo bajo la visión de la gente de “afuera”.
La entonces directora general de la Fundación mencionó que el Consejo Directivo estaba formado en su mayoría por hombres de mayor edad, externos a la localidad, con posiciones económicas, sociales y políticas privilegiadas.
En tanto que el Equipo Operativo de la Fundación estaba conformado por mujeres, jóvenes, racializadas, originarias de la localidad, de clase media-baja y pertenecientes a familias que, por años, habían servido a las familias de los que llegaban de “afuera”.
Además, la Fundación Comunitaria Malinalco A.C., estaba controlada por personas con poder adquisitivo en el país, pero no tenía recursos financieros para operar, lo que vulneraba la situación laboral de los trabajadores.
Además, el principal donante de la Fundación era y había sido una organización internacional, la cual respondía a los intereses de la Casa Blanca en Estados Unidos de América.
El 99% de los donantes son externos a la comunidad representativa de Malinalco, lo que también significa un problema de realidad para establecer metas y compromisos con ellos.
E indicó que la Fundación no tenía una estrategia clara y aterrizada de movilización de recursos, y aunque en el pasado hubo esfuerzos por establecerse, no contaba con un Comité de Procuración de Fondos.
Beneficiarios en contextos de pobreza
La Fundación ha buscado mecanismos para procurar fondos etiquetados y no etiquetados provenientes de convocatorias nacionales e internacionales, premios, donantes individuales, empresas y gobierno.
La población de Malinalco que más necesita ser beneficiada por la Fundación, vive en contextos de pobreza y pobreza extrema. El grueso de beneficiarios, ex beneficiarios y sus familias, viven en contextos de pobreza.
Las mujeres que forman parte del Equipo de la Fundación tienen la sensación de marcar un nuevo comienzo en la historia de la Organización: contar con una Fundación más plural, real y de cara al momento histórico que la lucha de las mujeres había generado para crear espacios de denuncia, diálogo y reflexión.
No obstante, el Consejo Directivo de la Fundación negó la violencia machista hacia las mujeres de la organización, pues argumentó que se daban talleres de masculinidades en su vida cotidiana además de que las denuncias hechas eran imposibles.
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