Samuel venía de Copilco. Traía una mascarilla de tela con estampado verde que me gustó y le pregunté si la había fabricado de manera casera; no - me dijo - la compré en el centro y también compré cuatro más de otros colores y una N95 porque tengo que usar todos los días. Es despachador de un sitio de taxis cerca de Ciudad Universitaria.
Nunca nos hubiéramos imaginado todavía a principios de marzo que el uso de cubrebocas se iba a convertir en una moda necesaria y parte de las compras básicas que tenemos que hacer para sentirnos protegidos en caso de salir a la calle.
La mayoría ya lo está usando en el Metro de todos tipos, colores y materiales. Observé que hay gente que lo usa debajo de la nariz porque sienten que se sofocan, me dicen.
El hecho es que los usuarios ya se están acostumbrando a utilizar tapabocas durante sus viajes en el Metro. Gran parte de las personas trae mascarillas de tela, estampadas y hasta con leyendas escritas. Vi a un hombre con uno que decía Free o Libre en español. Otra chica traía su accesorio color rosa con un dibujo de trompa de puerco. El mejor cubrebocas llamado Respirador N95 es el más efectivo para evitar posibles contagios. Vi a pocas personas que lo usan.
Un vigilante en uno de los torniquetes en Zócalo, tenía su cubrebocas en el cuello. Le comenté: difícil traerlo todo el turno bien colocado ¿Verdad? Me respondió ¡Imagínese, tengo ocho horas aquí con este calor! En Chabacano, una pareja de jóvenes subió con tapabocas similares y les dije ¡Buen detalle! Solo sonrieron.
La industria de cubrebocas, protectores, guantes y gel antibacterial ha crecido en gran medida en las semanas recientes, al igual que quienes se dedican a la venta de estos materiales de manera formal o informal. Ahora te encuentras a este tipo de vendedores por todas partes.
En San Miguel Huautla Nochixtlán, Oaxaca, las artesanas indígenas están elaborando mascarillas con palma de la región y los venden a cinco pesos. En la Sierra de Chihuahua, los tarahumaras ya también los fabrican con tela, 65 por ciento poliéster y 35 por ciento algodón, a 135 pesos cada uno. En otros sitios de la república están haciendo lo mismo con estampados hermosos.
La Organización Mundial de la Salud señala que los cubrebocas no sirven porque se trata de hilos entrelazados con los espacios suficientes para que el virus alcance a entrar a nuestro organismo. Para la OMS, el tapabocas de ningún material es útil ya que lo fundamental es lavarse las manos y no tocarse los ojos, nariz o boca para evitar enfermarse de COVID 19.
Sin embargo, científicos de la Universidad de Cambridge realizaron un estudio sobre mascarillas hechas con varios materiales. Proyectaron sobre ellas partículas de una bacteria con tamaño menor al del coronavirus y encontraron que los tapabocas fabricados con bolsas de aspiradoras tienen un 86 por ciento de efectividad, paño de cocina, 73 por ciento y tejidos mezcla de algodón y poliéster, 79 por ciento.
El jueves pasado un hombre de unos 60 años de edad, sin cubrebocas, estaba entrando al andén de Zapata cuando dos policías se acercaron, algo le dijeron y lo condujeron a la salida ¿Lo sacan porque no trae tapabocas? Les pregunté ¡No, viene borracho! ¿Usted se lo quiere llevar? Me contestó tajante y de mal modo uno de los guardias.
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